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Red Internacional
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REFORMA DE JUBILACIONES. Huelga en Francia: “tregua de Navidad” o continuidad de la lucha

El Gobierno de Macron y su primer ministro Edouard Philippe vienen pidiendo a los sindicatos una “tregua de navidad”. En una reunión con dirigentes sindicales, un sector ya aceptó hacer una “pausa”. ¿Cómo seguir la lucha contra la reforma de las jubilaciones?

Viernes 20 de diciembre de 2019 13:30

Los primeros intentos de traición al movimiento contra la reforma de las jubilaciones de Macron imponen la necesidad de reforzar la autoorganización desde la base para que los trabajadores sigan siendo los únicos con el derecho de decidir sobre la continuidad o no de la huelga.

Luego de una reunión multilateral con el primer ministro, Edouard Philippe, Laurent Lescure, secretario general de la UNSA (uno de los sindicatos franceses), anunciaba que en el sector de ferroviarios (UNSA SNCF) llamaba a una "pausa" del movimiento de huelga contra la reforma de las jubilaciones. Así, este sindicato y su secretario general se convierten en los primeros en concretar abiertamente el paso a la traición del movimiento.

Desde hace varias semanas, las direcciones sindicales visitan los pasillos de Matignon (sede del primer ministro), algunas para obtener migajas, otras para "negociar"… la reforma jubilatoria. Por ahora, los resultados concretos de estas "negociaciones" han sido a favor del gobierno, como se ve en la traición abierta de la UNSA a cambio de una "cláusula abuelo" (que en el sector ferroviario la reforma tenga vigencia solo para los nuevos empleados pero no para los que ya están en actividad).

Sin embargo, tanto en los piquetes como en las manifestaciones, las consignas son "¡No hay nada que negociar! ¡Pelearemos hasta el retiro de la ley! ¡Ninguna negociación, retiro ya! ¡Ninguna tregua! ¡Ni cláusula del abuelo ni cláusula de la abuela!".

En efecto, estos dirigentes sindicales no tienen nada que hacer en los salones y en las oficinas del Gobierno. Ningún huelguista quiere una negociación sobre la reforma, sino que quiere que se retroceda con ella. Y esto se vio desde el anuncio de la "pausa" por la UNSA SNCF.
Varios sindicatos, entre ellos sobre todo la UNSA RATP (transporte del área metropolitana de París), tomaron distancia respecto de esta decisión e incluso denunciaron cómo muy lejana la fecha del 9 de enero para realizar la próxima gran manifestación nacional, que acordaron las cúpulas de algunos sindicatos que conforman la Intersindical.

¡El 9 de enero es muy tarde!

Por su parte, Philippe Martinez, secretario general de la CGT, anunció que su organización, así como la intersindical, seguían oponiéndose a la reforma jubilatoria y al mismo tiempo que decía oponerse a una "tregua de navidad", llamó a una nueva jornada de movilización nacional para el 9 enero. Dicho en otras palabras, una imposición de una tregua de hecho, al menos en términos de "grandes jornadas de huelga nacional interprofesional (intersectorial)" que han marcado el movimiento desde el 5 de diciembre.

Destaquemos que el secretario general de la CGT no dijo nada de los huelguistas de la RATP (metro, ómnibus, tranvía) y de la SNCF (ferroviarios) que están haciendo huelga continua desde hace 15 días. Huelguistas que llevan adelante una lucha ejemplar, que se movilizan masivamente, que hacen piquetes a pesar del frío y de la lluvia, y que muchos de ellos enfrentan la represión policial.

Para imponer nuestro calendario, construyamos el movimiento desde la base

La única manera de garantizar que el destino de la huelga sigan quedando verdaderamente en manos de los trabajadores, sindicalizados o no, es fortaleciendo la autoorganización desde la base. Dicho de otro modo, las asambleas de huelguistas deben generalizarse en todos los lugares de trabajo, deben ser un ámbito de discusión real y de toma de decisiones, a nivel local y para el conjunto del movimiento. Para esto, la autoorganización local no es suficiente. Es en este sentido que es necesario que los huelguistas se coordinen, que lleven adelante o que refuercen los ámbitos de coordinación de las asambleas de base como ocurrió en la coordinación interprofesional de la región parisina. Iniciativas de este tipo comienzan a organizarse sobre todo en Ile de France (región de París y toda su periferia).

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Este tipo de coordinación no solo podría organizar acciones comunes de los diferentes sectores sino que también se podría convertir en un órgano de dirección de la huelga, que impone sus propias decisiones y su propio calendario a las direcciones sindicales. Estas últimas deben someterse a las decisiones de estas instancias decisorias de los huelguistas desde las bases. Por ejemplo, deberían facilitar lugares de reunión para todos los huelguistas, organizar fondos de huelga y sobre todo extender la huelga a otros sectores e impulsar la autoorganización. De este modo las organizaciones sindicales podrían hacer una contribución decisiva a la huelga.

Desgraciadamente lo que vimos este jueves a la tarde es todo lo contrario. No solo de parte de estas direcciones sindicales como la UNSA que traicionó abiertamente el movimiento o la de la CFDT (central sindical conciliadora que estaba a favor de la reforma jubilatoria hasta que anunciaron el aumento de la edad a los 64 años) que apenas puso un pie en el movimiento y ya trata de ver cómo salir de él lo más rápido posible, sino incluso las de la CGT, de FO y de la intersindical que, sin apelar a volver al trabajo, plantean una fecha de movilización para el 9 de enero, es decir dentro de veinte días.

La lucha debe continuar. Más que nunca hay que rodear de solidaridad a los huelguistas de la SNCF y de la RATP, empezando por participar en sus acciones, tratando de impulsar a otros sectores a unirse a la protesta pero también dando impulso a los fondos de huelga. En este sentido, las direcciones sindicales que no ofrecen ninguna perspectiva a los huelguistas antes del 9 de enero, deberían contribuir de manera determinante al sostén financiero para los huelguistas. Los trabajadores y trabajadoras en huelga están determinados a doblegar a este Gobierno y a su reforma nefasta. Y para esto la organización desde la base y la solidaridad serán fundamentales.

Traducción: Rossana Cortéz