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Extractivismo. Indunor SA: la planta de tanino que contamina el Chaco y que Capitanich y Fernández elogian

El presidente y el gobernador chaqueño inauguraron una planta de "energía forestal renovable" en la fábrica. Contaminación para la población, talas de bosques de quebrachos y beneficios para una multinacional con recursos estatales.

Rosa D'Alesio

Rosa D’Alesio @rosaquiara

Viernes 9 de julio de 2021 13:40

En La Escondida, localidad de la provincia del Chaco, la actividad económica gira en torno a la fábrica de tanino de la empresa Indunor S.A, del grupo italiano Silvateam. El tanino es un polvo rojizo que se extrae de la madera del quebracho colorado. Indunor tiene una producción anual de cerca de 27.000 toneladas de este producto demandado por distintas industrias: curtiembre de cueros, alimentación animal, vitivinicultura, minería, cartón e hidrocarburos, entre otros.

La planta se encuentra justo en el centro del pueblo. Según cuentan habitantes del lugar, siempre emanó humo espeso y blanco en horas de la noche, de una sola chimenea.

Sin embargo, desde que fue “modernizada”, mediante la instalación de una central de biomasa, el humo es mucho más denso, negro y sale de dos chimeneas durante varias horas del día. Esta central de biomasa, según la empresa y el Gobierno nacional y provincial, les permite generar “energía forestal renovable”, a partir de la quema de los restos del quebracho que quedan luego de la extracción de tanino.

Vista aérea de la empresa Silvateam en Chaco.

Patricio Eleisegui, periodista e investigador de temas ambientales, recogió los testimonios de algunos vecinos. “Vivo a 2 cuadras de la planta. La expulsión de humo, cenizas y carbonilla se potenció con esto de la energía renovable que dice aprovechar la firma. La contaminación se percibe a simple vista”, comenta Fernando.

“Hicieron una inversión multimillonaria para poner esas chimeneas que no tienen filtros adecuados. La gente que vive frente a la fábrica es la que tiene más problemas", agrega.

"La carbonilla les cae todos los días, los extractos del quebracho. Los patios quedan completamente cubiertos con ese polvillo. Y cuando lavan el piso se ve todo como sangre que corre. Por el extracto de la madera de quebracho y los químicos que usan”, asegura.

En tanto Darío, otro habitante de La Escondida, relata que antes “sólo la chimenea central expulsaba algo de humo. Ahora da miedo”.

La población siempre sufrió las consecuencias de esta industria. El tanino se extrae de la madera mediante un tratamiento químico a base de dióxido de azufre -llamado sulfitación-, o la evaporación directa. Entre los agentes que se utilizan para la extracción de tanino, se encuentran el sulfito sódico o disulfito sódico, que se emplean en la última parte de la producción. Los sulfitos y el azufre son agentes químicos de riesgo asociados a enfermedades respiratorias como rinitis alérgica, disnea asmatiforme, asma bronquial, insuficiencia respiratoria crónica obstructiva, etc. Todas ellas están incluidas como enfermedades laborales en el Decreto 659/96 de la ley de Riesgo de Trabajo.

Para producir el tanino necesitan de la deforestación de bosques de quebracho. Tal como explica otro artículo -producto de esta presente investigación-, los acuerdos que ha tejido la empresa con el Estado para acceder a esta materia prima, se remontan a principios de siglo: desde 1904. Más adelante volveremos sobre las consecuencias de la deforestación, que tiene a la provincia del Chaco entre las que más han avanzado en este crimen ambiental.

Hasta el momento Indunor SA no dio ninguna explicación sobre el incremento del humo por la producción de biomasa. Mientras que desde la empresa estatal, encargada de distribuir el suministro eléctrico que se genera en la planta destacaron la “calidad” de la energía, que es “renovable, nueva y limpia”.

Alberto Fernández y Jorge Capitanich festejan la inversión, sin hablar del desmonte del quebracho

En febrero de 2020 el gobernador recorrió las instalaciones de La Escondida. En su cuenta de Facebook aseguró que se pondría en marcha la planta de biomasa con una inversión de 22 millones de dólares y generaría energía de 12 megavatios a partir del aprovechamiento de desechos de madera. Tiempo después, cuando volvió a recorrer la planta de Indunor, sostuvo que “es una de las más modernas del país que responde a los estándares de sustentabilidad ambiental”. Un comunicado de la provincia sostenía que la obra “permitirá el autoabastecimiento de la firma con 2 megavatios y aportará 10 megavatios al sistema, a partir de la utilización de los residuos de la fabricación del tanino”.

El CEO de Silvateam, Michele Battaglia, destacó que la planta es una de las más grandes del país y del mundo. Explicó que la central de biomasa sería una planta separada que generaría energía eléctrica con una turbina.

Finalmente en diciembre de 2020 Jorge Capitanich inauguró las plantas de biomasa en Puerto Tirol -otra localidad que tiene una planta de tanino- y La Escondida, en un acto con Alberto Fernández y la vicegobernadora, Analía Rach Quiroga.

“Queremos destacar el valor estratégico de esta inversión por varias razones: la provincia del Chaco tiene 47,4 % de superficie boscosa, donde el bosque nativo cumple un rol vital para el desarrollo sostenible de la producción forestal, por lo que estamos ejerciendo un liderazgo en la producción de energía y además un aprovechamiento integral de estos recursos”, afirmó Capitanich.

Por su parte, el presidente de la Nación llamó “mi amigo Coki” al gobernador y celebró “que en Chaco estemos desarrollando proyectos como este, que suponen grandes inversiones para producir energías renovables”, y destacó: “quisiera que al final de esta pandemia la enseñanza sea que tenemos que construir otra normalidad, con la posibilidad de producir utilizando energías renovables”.

Sin embargo, las energías renovables tienen muchas contradicciones. Chaco es una de las provincias con mayor deforestación, según el monitoreo realizado por Greenpeace. El relevamiento -que se muestra a través de imágenes satelitales tomadas entre el 15 de marzo y el 30 de abril de 2020-, indica que desmontaron 9.361 hectáreas. Una superficie similar a media ciudad de Buenos Aires.

“La deforestación genera cambio climático y nos vuelve más vulnerables al aumento e intensidad de las precipitaciones. Esto provoca cada vez más inundaciones, como las que se vienen sufriendo durante los últimos años en el norte de Argentina. Una hectárea con bosque absorbe diez veces más lluvia que una con soja, y tres veces más que una con pasturas para ganadería”, advirtió Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.

En diálogo con La Izquierda Diario, Patricio Eleisegui puso en cuestión lo que se afirma sobre la producción de biomasa: "dicen que es energía renovable y sí, lo es, el quebracho vuelve a crecer. Pero eso no es sustentable. No están quemando combustibles fósiles, pero emiten gases todo el tiempo y sostienen la tala en una provincia con una de las mayores tasas de desmonte”.

Eleisegui afirma que “en Chaco la producción de tanino, y ahora de energías renovables, está basada en la depredación de los últimos bosques de quebracho. De no haber una reposición de esos bosques, termina liquidando esos recursos naturales”.

Agrega que en este caso lo único que tiene de renovable “es que están usando permanentemente los resabios de la madera, lo que no utilizan en la producción de tanino. En tanto continúan haciendo extractivismo de los montes, extractivismo forestal, lo que es un desastre”.

Finalmente, y a pesar del temor a las represalias por parte del gobierno provincial y la empresa, a mediados de junio los vecinos se animaron a denunciar el cambio en la cantidad y el aspecto del humo que largan las chimeneas.

Fue así que la secretaria de Desarrollo Territorial y Ambiente, Marta Soneira, se reunió con el intendente Francisco Winnik, para luego dirigirse a la empresa a realizar las verificaciones y dialogar con los responsables. A casi un mes de las “verificaciones” estatales, no se informó a la población los resultados.

Beneficios estatales para la empresa

La planta industrial de biomasa Indunor-Sersa demandó una inversión de U$S 25.000.000 y cuenta con 408 trabajadores.

Las obras inauguradas por las autoridades y representantes de las empresas en Puerto Tirol y La Escondida, significaron una inversión total de U$S 43.000.000.

Según los últimos datos del Indec, la pobreza que a nivel nacional alcanza al 42 % de la población, en Gran Resistencia, Chaco, supera ese promedio por casi diez puntos: 51 %. Mientras, la legislación de promoción industrial del gobierno provincial, le otorga múltiples beneficios a los empresarios del tanino, como exenciones tributarias, bonificación de tarifas de agua y energía, así como reintegros de inversión.

Las plantas de biomasa se construyeron en el marco de la ley de Energías Renovables que se votó en 2015, bajo el gobierno de Mauricio Macri. La ley 27191, otorga excepciones fiscales como facilidades de financiamiento a los empresarios que implementan este tipo de energías: devolución anticipada del IVA; beneficios para deducciones al impuesto a las ganancias; impuesto a las ganancias mínimas presuntas; quedan exceptuados, también, del impuesto por los dividendos de la compañía. A través de un fondo fiduciario, el gobierno les entrega préstamos con tasas muy favorables a las empresas con devoluciones a largo plazo.

La empresa extorsiona: más materia prima para conservar puestos de trabajo

No solo se trata de una empresa que contamina. Indunor recibe los recursos de promoción industrial por parte del Estado, más las facilidades para obtener la materia prima: el quebracho. Sin embargo, en enero de este año planteó la imposibilidad de abordar paritarias salariales debido a las restricciones a la materia prima que dice sufrir por parte del gobierno provincial.

Sobre el tema, la secretaria de Desarrollo Territorial y Ambiente, Marta Soneira, sostuvo que “desde el Estado provincial no se ha generado ninguna política restrictiva respecto al abastecimiento de la madera, siempre y cuando esté bajo la normativa vigente, cumpla con los protocolos establecidos y se aplique la Ley de Bosques Nativos", aseguró.

Sin embargo, en abril de este año, la empresa reiteró sus amenazas. Esta vez sobre futuros despidos de su personal. Fue entonces que Soneira y el presidente de la Legislatura Chaqueña, Hugo Sager, se reunieron con referentes del sector taninero para avanzar en un plan de “sostenibilidad y desarrollo forestal”.

El representante de Indunor, Alfredo Saica, afirmó que fue una reunión muy auspiciosa. “Tenemos trabajo para llevar a la casa y en mayo nos volveremos a reunir para analizar el avance en esta cuestión relacionada a la producción de madera en el interior del Chaco”, indicó.

El optimismo del representante de la empresa se debe a que la Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente trabaja en el nuevo ordenamiento de Bosques Nativos. “Desde el Consejo Provincial del Ambiente esperamos tenerlo reglamentado entre junio y julio, permitiendo tener ideas certeras sobre las áreas de aprovechamiento forestal, de reservas, rojas y como queda segmentado el sector de uso de suelo o agricultura”, afirman.

Por el momento se desconoce cuál es el plan, pero como afirma Patricio Eleisegui, la tala del quebracho amenaza su renovación como recurso natural. La crisis ambiental aumenta, mientras la empresa embolsa fortunas en base a subsidios del Gobierno.

Marina Aizen integra el colectivo Periodistas por el Planeta. Recientemente publicó una investigación en elDiarioAR. Allí se refiere al quebracho, “cuya explotación y saqueo a escala industrial constituyó buena parte de la historia más oscura de la Argentina y de su gente más vulnerable. Además de tener mucho tanino y un tronco de hermoso color colorado, guarda en su interior una gran capacidad para retener carbono. Este tipo de árboles, que incluyen también al Quebracho Blanco y al Palo Santo, no se encuentran en ninguna otra ecorregión”.

“Se trata de especies de crecimiento lento, sometidas a un calor enorme. Tienen la capacidad de estar varios siglos en pie, proveyendo servicios ambientales por generaciones. Una topadora, sin embargo, puede derribarlos en cuestión de minutos”, agrega Aizen.

El quebracho proveyó un insumo esencial para la industria textil que generó la Revolución Industrial. Ahora, dice la periodista, “la mejor ayuda que puede prestarle a la sociedad es secuestrando el exceso de carbono de la atmósfera que empujó, paradójicamente, la misma Revolución Industrial que casi lo destruye”.

Producción del equipo de LID Investiga


Rosa D’Alesio

Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.

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