Este jueves se movilizan en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires, con medidas de seguridad, trabajadoras y trabajadores precarizados de call centers, comercios, comidas rápidas, apps, entre otros. Bajo la consigna "¡salimos a las calles por nuestros derechos!", tal como lo han difundido desde sus cuentas en Instagram, Facebook y por Whatsapp.
Jueves 14 de mayo de 2020 05:46
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Si llamás a un 0800 están ahí, otros los ves pedaleando las calles con sus mochilas, son la primer cara que ves al entrar a un comercio, y muchas veces también están en los hospitales, las clínicas privadas, los transportes y tercerizados en las fábricas: son las y los precarizados, son dos millones de pibes y pibas, pero sumado a los que trabajan en negro, viven de changas y son desocupados en Argentina cerca de 11 millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran en esta situación.
Algo de esta realidad nos cuenta Mara, ahora desocupada, pero habiendo trabajado toda su vida trabajo en negro: “mi último trabajo fue en un kiosco y desde que comenzó la cuarentena quedé sin nada, tengo tres hijos y la verdad que no me está alcanzando, ni con el IFE llego a fin de mes. Nos unimos con una amiga y decidimos juntar la mercadería que tenemos para poder comer todos los días”. Hoy decide organizarse por sus derechos en esta red de jóvenes precarizados e informales.
Estos son los mismos jóvenes que durante la cuarentena empresas como Burger King, Mc Donalds, Mostaza, les han recortado sus salarios pagándoles solo 25 horas de la jornada en el mes de abril y que lo hicieron visible gracias a la organización desde abajo, exigiendo el pago del 100% de su salario que las empresas tuvieron que reconocer. Al comienzo de este mes también cerraron trece locales de Burger King y Starbucks, dejando cientos en la calle sin un mango.
También los repartidores de Rappi, Glovo, Pedidos Ya, más de 80.000 trabajadores y trabajadoras de la apps, que se vienen movilizando y convocaron un paro hartos de que estas app les roben la guita de sus bolsillos, sin ningún tipo de derecho laboral, sin los insumos de protección necesarios: “en el medio de la pandemia, nos llegó un mail que nos instruía para que nosotros produzcamos nuestro propio barbijo. Un ’arreglate vos en esta pandemia’”, e incluso muchas veces dejando la vida en el trabajo.
Son también los trabajadores del call center que les han recortado el 25% de su salario gracias a un acuerdo entre el gobierno nacional, la CGT y la UIA, amenazando también con suspender a los que no pueden hacer “home office” desde sus domicilios. Mientras otros cientos de pibes y pibas son parte de los miles de despedidos o se encuentran en la búsqueda de laburo.
Muchos también cursan en terciarios y universidades, y en esta crisis no saben si van a poder seguir estudiando porque la guita no alcanza, porque tienen que mantener a sus familias, porque en la cuarentena las cursadas virtuales no están al alcance de la mano de todos. Y aunque quieran ocultar esta realidad, irrumpe en cada lugar de estudio de la Ciudad ¿se habla de ellos desde los centros de estudiantes?
Miles de familias de jóvenes precarizados se encuentran en esta situación, pagando los costos de una crisis social y económica. Según el Observatorio de Despidos de La Izquierda Diario, en la primer semana de mayo la cifra de despidos ascendió un 900%, son 2.2.649.010 los trabajadores y trabajadoras afectados por despidos, suspensiones y rebajas salariales. Mientras tanto los empresarios rápidos para cuidar sus intereses se la llevan de arriba. Incluso en el Congreso Nacional tanto Cambiemos como el Frente de Todos se niegan a discutir el proyecto de impuesto extraordinario a las grandes fortunas presentado por el diputado Nicolás Del Caño del Frente de Izquierda Unidad. ¿Alguien puede creerles a los que tienen tanta guita que ni ellos ni sus hijos o nietos van a poder gastarla, que están perdiendo? No, los que siguen perdiendo son los trabajadores, y entre ellos los más afectados son los pibes y pibas que solo les ofrecen contratos basuras.
La Red está en las calles
Este Jueves se movilizaran en el microcentro porteño y otros lugares del país como La Plata, Rosario, Córdoba, la Red de trabajadores precarizados e informales que surge desde abajo, organizándose en grupos de whatsapp, encuentros virtuales y lanzando la convocatoria por sus propias redes sociales. Se organizan porque hay bronca y cansancio frente a los atropellos de los empresarios, porque no se llega a fin de mes y muchos de ellos aún esperan el pago del bono de 10.000 pesos, mientras el impuesto a los que más tienen no llega, con el que se podrían cubrir seguros de desempleo o salarios durante la cuarentena para todos quienes están precarizados, en negro, viven de changas o se encuentran despedidos.
Organizados desde abajo, debatiendo en común y decidiendo juntos, porque si tocan a uno tocan a todos y no quieren ningún despido o suspensión, porque denuncian que en aquellos lugares donde los sindicatos debían cuidarlos, sus conducciones, le han dado la espalda, porque son estos mismos sindicatos los que tienen que ser recuperados por sus trabajadores para exigir por los derechos laborales de los precarizados.
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