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Red Internacional
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Carta Abierta. Juan José Paz: "Es en las calles donde se defienden los derechos"

Reproducimos a continuación la carta abierta de Juan José Paz, médico neurólogo precarizado del Hospital Padilla y candidato a Intendente de San Miguel de Tucumán por el Frente de Izquierda Unidad, con motivo de la jornada de paro y movilización de los trabajadores de la Salud.

Martes 6 de junio de 2023 23:02

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Hace más de 6 meses el gobierno sostiene el maltrato a los trabajadores y trabajadoras de la Salud. Los representantes del gobierno que hoy se encuentran en los sindicatos de ATSA y SUMAR, firmaron una paritaria por debajo de la inflación y celebraron la promesa de que la legislatura tratará el proyecto de modificación de la carrera sanitaria luego del 14 de mayo. Lo concreto es que la legislatura, hasta el día de hoy, ni se ruborizó por no sesionar.

Lo que reclamamos es justo. Las y los trabajadores que sostenemos la atención pública de la salud lo hacemos con bajos salarios, precarización laboral y bajo amenazas y aprietes permanentes. De las 4 categorías que agrupan a los trabajadores, 3 no cubren la canasta básica. Somos más de 4.000 las y los trabajadores que estamos precarizados en el Siprosa, como en mí caso hace más de 10 años.

La realidad que vivimos genera mucha bronca, mucha impotencia, por eso salimos al paro. No es solo el salario, es la precarización, es el reclamo contra el destrato a nuestra profesión y a nuestra dedicación. Y porque además no queremos ser cómplices al ver cómo el gobierno está destruyendo la salud pública y la salud mental en nuestra provincia.

En esto hay que ser claros, no es que no haya recursos, porque vemos que el oficialismo está usando millones en la campaña de Rossana Chahla. Jaldo, Manzur, Chahla, Ávila, Sánchez, Alfaro, Bussi y Masso no podrían vivir con el salario de una enfermera, que hoy ronda los 185.000 pesos, cuando la canasta familiar está en los 280.000 pesos. Ninguno de los que hoy se llenan la boca hablando de la salud, viven con ese sueldo. Nos lo imponen a los trabajadores y trabajadoras, y por eso seguimos en la lucha y decimos que “salud unida jamás será vencida”.

Los medios de comunicación hicieron eco de que faltan profesionales en el SIPROSA, publican solicitadas y convocatorias porque muchos profesionales renuncian cansados de los salarios de pobreza y los destratos. ¿Por qué no comienzan por pasar a planta permanente, con plenos derechos, a los más de 4.000 profesionales que estamos en negro en el sistema publico de salud? Neurólogos como en mi caso, pediatras, ginecólogos, médicos generalistas, enfermeros y enfermeras, psicólogos, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, trabajadores sociales, etcétera queremos trabajar en la salud pública. Sin embargo el gobierno nos empuja al sistema privado, en donde la precarización laboral es más profunda fortaleciendo a ese sector de empresarios al excluirnos de los hospitales públicos. La salud pública está en terapia intensiva.

Comprendemos que es en las calles donde se defienden los derechos. Por eso nos movilizamos con paros y jornadas luchas en los hospitales; no porque no nos importen los pacientes - como dicen los voceros gubernamentales-, sino porque el gobierno ha bastardeado el diálogo demostrando que es a ellos los que no les importa la salud pública. Exigimos al gobierno que reabra la negociación para la actualización de la paritaria y el reconocimiento de nuestra organización gremial.

En muchas provincias del país, la salud y la docencia están de pie, y los gobiernos nos quieren poner en el lugar de ser los malos de la película. En Salta, en Jujuy y en Tucumán quieren robarnos el derecho a reclamar y luchar en defensa de la salud, porque quieren hacer pasar el ajuste del FMI con las y los trabajadores sumergidos en la pasividad. No vamos a ser indiferentes ante esto.

Esta lucha es una lucha de todos. Pelear contra el ajuste y terminar con la precarización laboral es necesario para todos los sectores y, fundamentalmente, para el futuro de las nuevas generaciones que hoy la casta política quiere condenarlas a vivir en la informalidad.