Dos reuniones del gobernador bonaerense con intendentes de Juntos por el Cambio sin anuncios, y una “desmentida” de propuesta de acuerdo político. Los intentos del kirchnerismo por controlar el conurbano mientras el ajuste no da tregua a los sectores populares y el Gobierno acelera la crisis económica y política.
Jueves 21 de julio de 2022 19:39
Este jueves por la mañana el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, recibió a los intendentes del PRO. Del encuentro participaron los intendentes de La Plata, Julio Garro; de Tres de Febrero, Diego Valenzuela; de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro; y de Junín, Pablo Petrecca. De la misma no hubo acuerdos que anunciar, más bien los reclamos cayeron en saco roto, y el gobernador salió públicamente a aclarar que no realizó propuestas de acuerdo político a la oposición macrista, luego de pedir su ayuda en un acto el miércoles, y ser rechazado. Una muestra más de la encerrona del Frente de Todos por sostener el equilibrio imposible de ajustar a los sectores trabajadores y populares, y no perder influencia política y votos en el conurbano especialmente.
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Los intendentes del PRO realizaron un comunicado conjunto donde informaron que en el encuentro le pidieron al gobernador "respuestas ante la crisis económica que atraviesan los bonaerenses" y sostuvieron: “No hay un rumbo económico claro y vemos con preocupación el gran internismo dentro del oficialismo, tan alejado de lo que pasa en la calle”. El motor del reclamo son las partidas presupuestarias destinadas a obras e infraestructura en cada distrito, que producto de la inflación quedaron desactualizados. Los intendentes reclamaron la actualización de los fondos coparticipables que llegan a los municipios, frente a lo cual entendieron que el gobernador hará una devolución la semana próxima para paliar los efectos.
Además, como referentes de Juntos por el Cambio exigieron que como parte del Frente de Todos que gobierna el país, resuelva los problemas de la administración nacional, es decir, lo hicieron responsable de los problemas económicos y la crisis del Gobierno.
El miércoles el gobernador había recibido también a intendentes radicales de Saladillo, José Luis Salomón; de Trenque Lauquen, Miguel Ángel Fernández; de Suipacha, Alejandro Federico; y de Rauch, Maximiliano Suescún. Allí se abordaron temas vinculados a la producción, las obras impulsadas a través del Fondo de Infraestructura Municipal, el programa Escuelas a la Obra y el plan de caminos rurales.
En la reunión de este jueves, Kicillof intentó mostrar que continúa en marcha el plan de infraestructura para la provincia, sin estar perjudicado el presupuesto por la inflación. Explicó que “la economía está creciendo y estamos mostrando resultados concretos: nunca hubo un plan tan ambicioso en materia de infraestructura como el que estamos llevando adelante”. Y remarcó que "para sostener el plan de obras sin ningún tipo de postergaciones, entre otros programas que se ejecutan en los distritos, los recursos automáticos que recibieron los municipios durante los primeros 6 meses de 2022 crecieron un 67 por ciento respecto de los últimos 6 meses de 2021, lo que representa un 6,3 por ciento por encima de la inflación interanual; en tanto que la recaudación de los municipios se ubicó 3,8 por ciento arriba de la variación de precios". No hace falta ser economista para ver que la situación de la salud y educación pública, salarial y de vivienda están lejos del panorama que pinta el gobernador sobre la provincia.
De la reunión no salió ningún acuerdo concreto. El gobernador no obtuvo la colaboración que buscaba por parte de la oposición bonaerense, ni tampoco los intendentes lograron un reconocimiento de la crisis económica. Lo único que quedó es la propuesta de una próxima reunión.
Ayer en un acto en Florencio Varela, Axel Kicillof había dicho en su discurso que "hoy necesitamos ayuda, pero también de nuestra oposición". Esto junto a las reuniones con los dirigentes de Juntos por el Cambio bonaerenses, fue entendido como una convocatoria a un acuerdo con la oposición macrista, en línea con las afirmaciones de Cristina Fernández de Kirchner en su último discurso desde El Calafate donde llamó a un acuerdo de todas las fuerzas políticas.
Sin embargo, horas después de la reunión que dejó a todos insatisfechos, y de que públicamente Juntos por el Cambio rechazara sentarse a debatir un acuerdo con el Frente de Todos, el gobernador dijo en sus redes sociales que su intención nunca fue proponer un acuerdo a Juntos por el Cambio, sino que su “único pacto es con el pueblo”. Llamativamente, la aclaración fue después de la reunión donde no pudo anunciar buenas noticias, y no cuando salieron los titulares con su discurso de conciliación. No son solo dichos del kirchnerismo, sino que Wado de Pedro, ministro del Interior y dirigente de La Cámpora fue a la reunión de la UIA para acordar un proyecto productivo con empresarios como Funes de Rioja, lo cual fue mostrado como ejemplo por la vicepresidenta. También posteriormente convocó a Horacio Rodríguez Larreta a dialogar. Lejos de ser una malainterpretación discursiva lo de Kicillof se inscribe en un intento de acercarse a la oposición macrista y sectores de grandes empresarios.
El kirchnerismo se encuentra en la encrucijada de saber que el plan económico de ajuste está golpeando duramente a los trabajadores y sectores populares, en particular del conurbano bonaerense. La necesidad de controlar la crisis social y sostener la base electoral hizo que Cristina busque el respaldo de los intendentes, poniendo sobre la mesa que es el Estado quien debe administrar los planes sociales, contra las organizaciones sociales. Esta necesidad aumenta con cada día que el Gobierno nacional sigue ajustando, y sigue proponiendo salidas a la crisis económica que benefician a especuladores financieros y grandes empresarios mientras los salarios y asignaciones sociales se licúan con la inflación.
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Mientras todo esto ocurría hoy, se anunció un aumento del 40% en el transporte público del AMBA, está en marcha la quita de subsidios energéticos, lo cual se suma a una inflación descontrolada y presiones devaluatorias. La crisis, generada por el actual Gobierno y el anterior de Juntos por el Cambio, de la mano del FMI, impulsa a millones de trabajadores y trabajadoras a la pobreza, mientras los especuladores y grandes empresarios obtienen cada vez más ganancias. La única manera de darle otra salida a la crisis es poniendo en la calle los reclamos de los trabajadores y sectores populares, aumento de emergencia del salario, reapertura de paritarias, generación de empleo y terminar con la precarización laboral, entre otras medidas económicas de urgencia.