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Red Internacional
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HISTORIA DE LAS RELIGIONES. La Reforma Protestante: Cuando la Iglesia removió sus cimientos

Se cumple 501 años de la principal reforma que se introdujo en la Iglesia Cristiana. Sus críticas abrieron paso a transformaciones de todo tipo en la sociedad europea de esos años.

Miércoles 31 de octubre de 2018

  • Martín Lutero

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Mientras que el hombre luchó victoriosamente con la naturaleza, edificó a ciegas sus relaciones con los demás, casi al igual que las abejas y las hormigas. Con retraso y muy indeciso, abordó los problemas de la sociedad humana. Empezó por la religión para pasar después a la política. La Reforma representa el primer éxito del individualismo y del racionalismo burgués en un terreno donde había reinado una tradición muerta. León Trotsky, Qué fue la Revolución Rusa

El capitalismo empezaba a dar sus primeros pasos en el siglo XVI en Europa. El saqueo de los pueblos americanos que comienza en 1492: el oro, la plata, el bronce, las especies, el tráfico de esclavos de América y de África, darán parto al nuevo sistema social que “chorreará lodo y sangre por todos los poros”. La iglesia, una de las instituciones más antiguas de la humanidad también sentirá los efectos del nuevo mundo que empezaba a perfilarse.

Desde que los descubrimientos científicos dieron luz a la época del Renacimiento, la ciencia confrontará con los dioses y tratará de buscar una explicación terrenal sobre los fenómenos sociales. El historiador marxista italiano. Ambrogio Donini, comentará que “en las creencias religiosas de las masas se expresa con frecuencia una elemental necesidad de justicia, de bondad y felicidad sobre la tierra. En los más imponentes movimientos religiosos (…) se reflejan verdaderas corrientes revolucionarias cuya eficacia persiste aun cuando las aspiraciones de los fieles son desviadas hacia soluciones ultraterrenas, ilusorias o directamente reaccionarias”. Señalando su carácter de clase, comentará: “las clases dominantes, que en el fondo solo piden a la religión la defensa de sus intereses, incitan a los hombres a combatirse entre sí por lo que les espera en la otra vida para continuar explotándolos en ésta”. (Ambrogio Donini, Historia de las religiones)

El cristianismo tendrá su origen entre los judíos, en los territorios que conformaban el Reino de Israel, más tarde llamada provincia de Judea, perteneciente al Imperio Romano. Comenzará difundiendo la “palabra de Dios” a través de sus apóstoles por varios siglos en la antigua Roma. Finalmente en el año 313, el emperador Constantino concederá libertad para llevar a cabo su culto a los cristianos a través del edicto de Milán, y será el emperador Teodosio I quien la nombrara religión oficial del Imperio en el año 380, a través del edicto de Tesalónica. La secta que llegó a tener una voluntad de luchar por los pobres en sus comienzos, devendrá en una fuerza reaccionaria que gobernará casi con el mismo poder que los emperadores de las distintas sociedades europeas, manteniendo las desigualdades sociales.

La Iglesia cristiana en el siglo XVI mostrará su verdadero rostro: la “palabra” de Dios costará unas cuantas monedas, para quien pueda pagarla. En Alemania para 1517 el pago de indulgencias era escandaloso: el soborno se conocía como: “la remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la Iglesia”. Al pago por cometer los pecados, se agregaba la venta de reliquias religiosas y la venta de misas para los muertos. Esto transcurría frente a los ojos y el permiso del Papa León X, quien con la plata “recaudada” pensaba acabar con la construcción del Vaticano. La realidad superaba a la ficción de los hijos de Dios. Mientras avanzaba la Santa Inquisición, promovida esencialmente desde la monarquía española contra herejes, blasfemos, “brujas” y homosexuales.

Lutero abre el camino a la Reforma

El fraile agustino Martín Lutero (Alemania, 1483-1546) buscará un regreso a los postulados primeros del cristianismo. El 31 de octubre de 1517 expondrá en las paredes de la iglesia del castillo de Wittenberg, 95 tesis que harán historia. Si bien éstas no fueron doctrinas revolucionarias, y estaban dispuestas a seguir conservando lo tradicional del pensamiento bíblico, traerán un cisma en la Iglesia Cristiana: cuestionará la autoridad del Papa, endilgándole casos de corrupción, justificará la fe por medio de la biblia, el sacerdocio universal y la comunicación directa de cada persona con Dios y no con sus intermediarios. Estas críticas promoverán la división entre la Iglesia y el Estado, darán mayor autonomía a la política y a los gobiernos de esa época, dando sustento a las democracias como sistemas gobernantes en Alemania y otros países de Europa. En el plano económico, criticó la acumulación de bienes materiales que hacían los enviados de Dios en la tierra.

Los señalamientos de Lutero en contra de la Iglesia se propagarán rápidamente. La invención de la imprenta unas decenas de años antes, contribuirá a difundir su pensamiento exitosamente, traduciéndose en latín, al francés, holandés e inglés, además del alemán. Lutero enviará una copia al Papa, y a varios arzobispos de la iglesia. León X le ordenará que se retracte, a través de una bula en 1520, que Lutero quemará públicamente, defendiendo sus creencias reformadoras, argumentando que reordenaría sus ideas solo “mediante el testimonio de las escrituras”, declarando no confiar ni en el Papa ni en su concilio. A partir de sus publicaciones, Lutero liderará la rama protestantista del cristianismo, que junto con la católica, la Iglesia Ortodoxa y las Iglesias Ortodoxas Orientales, conformarán las cuatro variantes del cristianismo.

Si bien las tesis de Lutero favorecerá a cierto pensamiento crítico dentro de la Iglesia, dará nacimiento a nuevas tradiciones, y tendrá continuadores en Francia, Suiza, Holanda y otros países, llegando a cuestionar la máxima autoridad de la representación de Dios en la sociedad, con una nueva visión sobre el cristianismo; será en escencia una crítica conservadora. Seguirá fomentando la resignación ante las injusticias del mundo y considerará las desigualdades sociales y los poderes autoritarios como voluntad de Dios. Lutero incluso será reaccionario ante las guerras campesinas que se librarán en Alemania a partir de 1520 y durante varios años enfrentará a campesinos pobres con los señores gobernantes, por las injusticias a las cuales eran sometidos, condenando abiertamente a los campesinos por hacer uso de sus doctrinas. La máscara del cristianismo será cubierta por ideas “radicales” pero su verdadero rostro seguirá siendo el mismo, como señaló el marxista alemán Karl Kautsky: “La victoria del cristianismo no fue la victoria del proletariado, sino del clero que explotaba y dominaba al proletariado; que el cristianismo no resultó victorioso como una fuerza subversiva, sino como una fuerza conservadora, como un nuevo puntal de opresión y explotación; que no solo no eliminó el poder imperial, la esclavitud, la pobreza de las masas y la concentración de la riqueza en unas pocas manos, sino que perpetuó estas condiciones. La organización cristiana, la Iglesia, obtuvo la victoria claudicando en sus aspiraciones primitivas y defendiendo lo contrario”. (Karl Kautsky, Orígenes y fundamentos del cristianismo).