La UE amenazó a Polonia con activar una clausula por la que perdería su derecho a voto en el bloque si no da marcha atrás con una reforma que deja al sistema judicial bajo el mando del gobierno.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Miércoles 20 de diciembre de 2017 17:00
El ejecutivo de la Unión Europea (UE) lanzó este miércoles un ultimátum sin precedentes para los derechos de voto de Polonia en el bloque regional, llamando a otros estados miembros para prepararse para imponer las sanciones a Varsovia si no revierte las reformas judiciales que, según Bruselas, "amenazan la democracia".
El artículo 7, también conocido como "opción nuclear", que pretende imponer bruselas nunca había sido utilizado en la historia de la UE y podría llevar a que Polonia pierda su derecho de voto en el bloque.
El partido de extrema derecha Ley y Justicia ganó las elecciones en 2015. La actual reforma que le otorga poder absoluto sobre el sistema judicial es solo la última de una serie de cruzadas que llevó adelante contra las mujeres, la comunidad LGTBI y los refugiados. Con un fuerte discurso xenófobo, homofóbico y conservador el partido Ley y Justicia es parte de la extrema derecha que emerge de las propias entrañas de una Unión Europea en decadencia, cuyas principales potencias llevaron adelante una política securitaria y antiinmigrante, al mismo tiempo que enterraban a millones de personas en la pobreza con extorsiones brutales como la que vivió Grecia.
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Así partidos como Ley y Justicia en Polonia llegan al poder en nombre de la restauración de la moral y en defensa de la soberanía. Bajo esas banderas atacó el derecho de las mujeres al aborto, persiguió homosexuales, atacó (junto a Hungría) el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo y llevó adelante una brutal cruzada contra los refugiados.
La tolerancia y complicidad de la Unión Europea durante estos años alimentó al "monstruo" que hoy intentan frenar con una medida ultimatista, que puede terminar escalando la tensión con otros países del este europeo.
El presidente polaco, Andrzej Duda, anunció este mismo miércoles que va a ratificar las polémicas leyes aprobadas por el Parlamento para reformar el Tribunal Supremo y el Consejo Nacional de la Judicatura, a pesar de las advertencias de la Comisión Europea (CE).
Duda dobló la apuesta y pasó a la ofensiva con dos argumentos. En primer lugar dijo que sus aliados de Hungría vetarían la sanción final de suspender sus derechos a voto en el bloque. En segundo lugar trató de hipócritas a quienes cuestionan la reforma diciendo que instaba a comprobar "cuántos países cuentan con sistemas en los que los poderes ejecutivo y legislativo influyen en la selección de jueces", no solo en la UE, sino que destacó en concreto el caso de Estados Unidos.
Dando cuenta del nivel de belicosidad del ultimátum, Hungría salió rápidamente a defender a Duda y dijo que la decisión de la Comisión violaba la soberanía de Polonia.
En medio de las negociaciones por el Brexit, con los que la UE pierden a la segunda economía del bloque, la pelea con Polonia -que algunos llaman exageradamente "Polexit"- alimenta a los gobiernos de extrema derecha y euroescépticos.
Partidos como Ley y Justicia, son producto de la propia degradación de la Unión Europea, de la crisis de su sistema de partidos y de la acción de las principales potencias, que no solo trataron como parias a los refugiados, sino que condenaron a la miseria a millones de trabajadores y trabajadoras de los países más empobrecidos del bloque.
Parece difícil entonces que pueda ser la UE la que de una respuesta a su avance. Hasta ahora fue más bien la propia resistencia interna en Polonia, como las multitudinarias marchas de las mujeres, las protestas de la comunidad LGBTI y las que se sucedieron contra la reforma judicial, las que le han venido poniendo un freno.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario