Tandil. La Universidad del Centro empieza a organizarse: “Arte marca el camino”

El año universitario, tanto a nivel nacional como local, comenzó con una enorme movilización el 23 de abril y con reclamos de toda la comunidad educativa en defensa de la educación pública, mientras que el gobierno de Milei sólo dió excusas ante sus políticas de desfinanciamiento. La calle le dijo “no” al congelamiento presupuestario, que puso en riesgo la apertura y funcionamiento de las universidades.

El gobierno nacional otorgó miserables aumentos para el funcionamiento, yen materia salarial la cuestión es mucho peor. Los aumentos están lejos de recuperarse de la brutal devaluación de Caputo y se estima que la pérdida salarial de docentes y nodocentes en lo que va del año es del 55%, salarios que se ven a la baja desde el 2015 hasta hoy.

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El panorama para lo que viene es mucho peor. Muchos trabajadores deberán pagar el impuesto a las ganancias y se vienen nuevos tarifazos y aumentos de transporte ante lo cual el gobierno de Milei ofrece un 2% de aumento para septiembre que se sumaría al 3% otorgado en agosto. Si pensamos solo los últimos meses, la inflación registrada es de 134%, mientras que los salarios apenas aumentaron un 80%. Esto es un dato más que se suma a algo ya conocido por quienes pasamos por las facultades: muchas veces las cátedras se sostienen con miles de docentes ad honorem en todo el país.

En este contexto de ataques a la educación pública, hace pocos días en el Congreso se le dio media sanción al proyecto que declara a la educación primaria y secundaria como un servicio esencial. El argumento es que “ahora va a mejorar la educación” insinuando que la crisis educativa es culpa de los y las docentes que reclaman y paran por su salario y por mejores condiciones de estudio. La calidad educativa se relaciona directamente con la calidad de vida. Con 70% de pobreza en niños y niñas es muy difícil que haya un buen rendimiento en las escuelas. No se puede sostener la calidad educativa si una maestra cobra 470 mil pesos cuando la canasta básica es de más de 900 mil.

Los y las estudiantes empiezan a organizarse

Dialogamos con Florencia, estudiante de Trabajo Social y Melina, estudiante de Teatro, quienes fueron parte de la Asamblea que se realizó en la facultad de Artes.

LID: ¿Cómo ven la situación de la educación pública y que perspectivas para este segundo cuatrimestre?

Florencia: La Educación pública muchas veces parece un privilegio y creo que ahí está la primera cuestión. Con salarios de pobreza a los docentes y nodocentes y estudiantes haciendo malabares para alquilar y bancarse mientras estudiamos sin becas y laburando mayoritariamente en trabajos precarizados, no se puede pensar en educación pública. En Tandil los alquileres y el boleto del colectivo ocupan el podio entre los más caros del país. Todas las semanas nos enteramos de algún compañero o compañera que deja de estudiar por que no le alcanza, por que tiene que laburar y no le dan los horarios o por que se vuelve a su pueblo. Ya es difícil ver estudiantes de afuera, porque se hace insostenible bancarse en una ciudad empaquetada para el turismo. Educación pública no es solamente no tener que pagar todos los meses para poder estudiar sino poder sostenerse, tener un sueldo digno y tener para alquilar y bancarte hasta que terminemos la carrera.

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Melina: Lo primero que me parece importante aclarar es que la educación es un derecho. En estos tiempos en los que se la quiere abordar como un servicio para mercantilizar como un producto más, es necesario dejar en evidencia que no es una cuestión de esencialidad, sino de garantías. Si es un derecho el estado se tiene que hacer cargo y garantizar el acceso a cada uno de los niveles educativos. Esa debería ser nuestra mayor exigencia.
Con la educación universitaria, me parece que esas garantías hace rato no se cumplen y las últimas decisiones tomadas por el gobierno solo agravan la situación. No podemos comernos el cuento de “la educación pública” cuando muchos pibes tienen que elegir entre cursar o laburar, entre darle la dedicación que el estudio merece o mantener un trabajo la mayoría de las veces precario, dónde si sos madre o padre tus garantías se vuelven prácticamente nulas. No podemos hablar de educación pública si no se dan las condiciones para que el acceso a la educación universitaria sea posible para cualquiera que quiera realizarla.

LID: ¿Cómo ves la pelea que se viene dando?

Florencia: Me parece alentador que docentes y no-docentes paren esta semana, porque es brutal su pérdida salarial. Pero también creo que si esta pelea no la damos de conjunto, el Gobierno de Milei nos va a pasar por arriba. Y no me refiero solo a estudiantes, docentes y no-docentes, sino al conjunto de la sociedad. El lunes estaba convocada una asamblea interclaustro, sin lugar ni horario, para debatir cómo organizarnos y los sindicatos y la federación estudiantil decidieron levantarla el mismo día, alegando que la convocatoria era baja. No es por ahí, son centrales los espacios para debatir y unirnos. Por eso creo que es muy bueno que hoy se haya convocado a una asamblea en la facultad de Artes, para empezar a organizarnos, pensar y debatir democráticamente como la peleamos. ¿Cómo puede ser que no se sepa en qué se gasta el presupuesto universitario? ¿quién decide que en la unicen solo 400 personas cobren una beca? ¿Dónde se votó que las becas sean de 12 mil pesos? Es un monto que no te ayuda ni a pagar un mes de comedor. Hoy la Facultad de Arte y la de Sociales están siendo auditadas por el Ministerio de Capital humano. Son unos caraduras. No les importa más que ajustar y recortar nuestros derechos. No tienen ninguna intención en defender nuestra educación.
Milei pega de conjunto y no podemos responder separados. En lugar de caer en la crítica destructiva, o en la frustración y abandono de la causa, tenemos que enfocarnos en crear instancias de diálogo y coordinación interclaustro, desde abajo hacía arriba. En ese sentido creo que la facultad de Arte marca el camino convocando, a pesar de la negativa de la conducción de los sindicatos y la federación universitaria, a esta asamblea para ponernos de pie. Es un gran primer paso.

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Melina: Creo que podríamos estar haciendo más. Y no lo digo desde el lugar de los estudiantes únicamente. La sociedad toda debería estar preocupada por la situación de las universidades públicas. Después de todo, es donde nos formamos en todas las áreas. Y es una discusión que, como decíamos antes, va más allá de los salarios docentes, algo que obviamente acompañamos. Lo que se está cuestionando y poniendo en juego es el acceso a un derecho. Un derecho, que de más está decir se ganó y se mantiene gracias a el esfuerzo de todos los claustros.
Por eso resulta esperanzador que en la facultad de arte, donde estudio Teatro, seamos los estudiantes y graduados quienes impulsamos la discusión desde abajo, llamando a asamblea a pesar de la falta de acuerdo de los sindicatos para hacer la interclaustro. Ojalá toda esa energía se multiplique y seamos todos los que tenemos que ser defendiendo la educación pública.

LID: ¿Cuáles son los pasos a seguir?

Florencia: Hoy en la asamblea fue bueno vernos las caras, pensar, tener en claro los objetivos y entender el valor de la asamblea para encarar cualquier pelea. Me parece que es algo que no tiene que quedarse ahí, tenemos que sumar a estudiantes de otras facultad, a docentes y nodocentes. Esta pelea la ganamos en unidad. Los centros de estudiantes no pueden dar la espalda y los sindicatos tienen que estar a la cabeza de impulsar espacios de debate democráticos, donde todos y todas podamos pensar y debatir cómo salir de esta. Tenemos que pensar en recuperar la calle, es ahí donde se ganan todas las peleas, donde nos fortalecemos y contagiamos la energía que hoy tenemos a quienes aún están dormidos.

Melina: Lo primero es estar e impulsar cada asamblea y reunión, ya que es ahí donde se da la discusión de base y donde podemos escuchar y conocer la realidad universitaria de la voz de los que la viven cotidianamente. Tenemos que hacer crecer las asambleas y encarar una gran pelea en defensa de la educación. Me parece importante apoyar las luchas de los docentes de todos los niveles por sus salarios y unirnos. Yo quiero que las maestras de mi hija cobren bien para que ella tenga una mejor educación. Que sus compañeritos coman todos los días. Nadie debería cobrar por debajo de la línea de pobreza. No nos podemos quedar encerrados en nuestros lugares de estudio. Milei nos pega a todos y todas, entonces hay que responder en unidad, junto a estudiantes de todas las facultades, a docentes de todos los niveles y a toda la sociedad.
De acá en adelante, sería importante organizar más actividades y encuentros para dejar de pensar la educación como un privilegio y empezar a valorarla dándole el lugar que le corresponde. Ojalá entendamos que la universidad pública es una herramienta para problematizar la sociedad en la que vivimos y que la Universidad no solo “genera” profesionales, sino también investigación y desarrollo que podrían responder a distintas necesidades de la población.