Opinión. La intervención del PJ jujeño y su disputa por ir con Massa, el socio de Morales

La vocera presidencial, Gabriela Cerutti, a través de tuiter dio a conocer una resolución de Alberto Fernández por la cual se interviene el PJ de Jujuy por 360 días. Estarán a cargo, Gustavo Menéndez, empresario e intendente de Merlo (con licencia), y el “todo terreno”, Aníbal Fernández, actual ministro de Justicia.

En una carilla exponen los fundamentos de la intervención que están relacionados con el voto positivo del PJ a la Reforma de la Constitución provincial. Aunque para el Presidente solo se trató de un “grupo” de legisladores, cuando en realidad fueron los 13 convencionales los que votaron la Reforma; no una, sino dos veces.

Para Fernández esta votación fue contraria a “los principios y bases de acción política aprobados por el partido”, según indica la resolución. Extraño ¿no? que se dé cuenta de esta falta recién casi un mes después de aprobada la Reforma.

Sabemos que el Presidente no se caracteriza por las reacciones a tiempo. Y no solo paso casi un mes de la votación de la Reforma, sino que mucha agua pasó (y sigue pasando) bajo el puente.

Jujuy entró en una suerte de rebelión popular donde el régimen bipartidista, UCR y PJ, ha quedado impugnado por la sociedad. Y el PJ acusa la mayor parte de la crisis, no solo por el hecho de votar a favor la Reforma de Morales; sino sobre todo porque este apoyo fue la frutilla del postre de una sociedad con la UCR que comenzó hace 8 años, luego de perder la Gobernación.

Esta sociedad se selló en la jura del PJ sobre la nueva Constitución que impulsó Morales; pero también desde su pata sindical. La CGT y la CTA no llamaron nunca al paro general en apoyo al reclamo salarial docente y de las comunidades originarias, mucho menos para que caiga la Reforma.

La intervención ocurre (o casualidad) el viernes de una semana donde los cruces entre el PJ nacional y local se recrudecieron. Dejando heridos, resentimientos y nuevos episodios de crisis seguramente. Rivarola ya anunció que va a “ganar las PASO” y que a él "no lo asusta la intervención".

La lista de Carolina Moisés (actual diputada) y Guillermo Snopek (actual senador) quedó sin el apoyo de la Junta Electoral nacional. Y pasó a correr la misma “suerte” que la lista del presidente del PJ, Rubén Rivarola. Ambos van con boleta corta a las PASO.

La caída en desgracia de la lista de Moisés-Snopek tiene, en cada uno de ellos, sendas interpretaciones. La diputada nacional sostuvo en su cuenta de tuiter que Snopek se ausentó del quórum en el Senado el miércoles dado que “ya sabía” que habían bajado a su lista de la adhesión a la boleta de Massa-Rossi.

Snopek ese mismo día dio otra versión de los hechos. El martes en la comisión de asuntos constitucionales del Senado, el Frente de Todos se había negado al tratamiento de su proyecto de intervención de la Justicia jujeña. Lo cual, para el senador (que rompió con el bloque del FdT en febrero pasado) era un guiño a Morales.

La ausencia de Snopek dejó sin quórum al Senado y así sin la posibilidad de aprobar el pliego de la jueza Ana María Figueroa, una pieza clave para los intereses de la vicepresidenta, Cristina Fernández, en la causa Hotesur. El faltazo no se perdonó y según esta línea de interpretación, se cobró con la condena a la boleta corta.

En este conventillo, no podía faltar La Cámpora, cuya diputada por Jujuy, Leila Chaer, fue acusada por Moisés de conspirar para que caiga la adhesión a la lista presidencial (Massa-Rossi) que hasta entonces había logrado con exclusividad. La lista de Chaer-Snopek (Alejandro, ex diputado por el Frente Renovador aliado a Morales), tras la impugnación por la lista de Moisés, aceptada por la Justicia Federal con sede en Jujuy, tuvo que conformarse de ir solo con Grabois. Este último festejó la intervención, y ya aclaró, “Si Massa gana la interna voy a pedir los votos para él”.

El resultado de esta interna despiadada dejaría a la fórmula Massa-Rossi con boleta corta también. En estos días se sabrá si la intervención apuntó a una salida de compromiso de último momento donde enmiende esta situación y finalmente vuelva a haber “boleta larga”.

Pasado y presente del PJ

Respecto al futuro del PJ jujeño algunos tiene expectativas que se “haga la luz” y se pueda “normalizar” un partido que de la mano de Rivarola y Jenefes (los Fellner quedaron de muletos) se convirtió en un apéndice del gobierno de Morales. Eso si, como todo en la vida, nada es gratis. Sus negocios crecieron al amparo de las licitaciones públicas y privadas como es el caso del litio o los beneficios para el sector del citrus o tabaco donde estos políticos prueban suerte.

El sector de la familia Moisés, actuó en estos años con idas y venidas respecto al PJ oficial, como fue el caso de Carolina que terminó como candidata a vice gobernadora del mismo Rivarola en las últimas elecciones provinciales del 7 de mayo pasado. El barro salpica para todos lados.

Haciendo memoria el PJ fue intervenido en 2016 por el ex gobernador de Mendoza, Celso Jaque. En ese momento, se destituyó a Carlos Haquim, el vicegobernador de Morales, hombre del Frente Renovador de Massa. Este proceso dio lugar a elecciones donde ganó la presidencia Rubén Rivarola, quien va por su segundo mandato al frente del Justicialismo jujeño.

La historia pareciera repetirse, aunque esta vez, con todos los bandos en disputa por ver quién va junto a Massa, el responsable de la victoria de Morales en 2015. Y con Aníbal Fernández, uno de los responsables de la masacre de Avellaneda en 2002, un represor que vendría a poner orden en el partido socio del represor Morales. ¿Terminará en tragedia o farsa?