A partir de varias votaciones en la Cámara de Diputados por parte del Partido Demócrata, sobre todo contra la huelga de trabajadores ferroviarios, que incluyó los votos de diputados de izquierda, se abrió un debate entre los Socialistas Democráticos de América (DSA) que los llevaron en sus listas. ¿Por qué trabajar dentro del Partido Demócrata no funciona para la clase trabajadora ni para los socialistas?
Sábado 7 de enero de 2023 10:41
El "Escuadrón": Rashida Tlaib, Ilhan Omar, Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) y Ayanna Pressley
Publicamos a continuación una versión editada del artículo publicado por Tatiana Cozzarelli en el sitio Left Voice, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario, sobre la reciente votación en la Cámara de Representantes para obligar a los trabajadores ferroviarios a aceptar un convenio de trabajo que no querían y prohibirles su derecho a huelga. En esta votación, impulsada por Biden para evitar una huelga que podría paralizar el transporte para navidad y fin de año, participó activamente el llamado "Escuadrón" o ala izquierda del partido demócrata, como se conoce a las y los diputados que se reivindican militantes o cercanos al DSA (Socialistas Democráticos de América), la organización que se reivindica socialista más grande de EE. UU. y que tiene por estrategia participar en las listas del partido demócrata para elegir legisladores, concejales o diputados dentro de ese partido.
En los últimos años, muchos trabajadores y trabajadoras de distintos lugares, desde Starbucks hasta UPS (correo) o escuelas, se han unido a los Socialistas Democráticos de América (DSA). En junio de 2022, miles de miembros de DSA llegaron a Chicago para la conferencia Labor Notes (N.R.: “Apuntes Sindicales”. Red de activistas gremiales, sus conferencias se realizan cada dos años) Muchos de estos trabajadores están conectando el nuevo movimiento obrero con el sueño del socialismo.
Hay que tener en cuenta que el DSA es la organización que se reivindica socialista más grande que existe con una orientación política activa hacia los trabajadores, atrayendo e incluyendo a organizadores experimentados. Y en muchos lugares, los miembros de DSA están dispuestos a conseguir trabajos en industrias clave para poder organizarse, o se solidarizan con las luchas de los trabajadores, llevando café, donas y una sonrisa a los piquetes.
Pero a pesar de la retórica a favor de los trabajadores, de la organización y el activismo de muchos miembros en el movimiento obrero, el mes pasado los diputados respaldados por el DSA, incluyendo muchos que directamente son miembros del DSA, se unieron a Joe Biden, Nancy Pelosi y otros demócratas en la votación para detener la huelga de los trabajadores ferroviarios. A excepción de Rashida Tlaib, todos los miembros del “Escuadrón” (N.R.: Término que se popularizó para definir a diputadas que integran el bloque del Partido Demócrata, llevadas como candidatas del DSA, con un discurso crítico hacia el establishment del Partido Demócrata) votaron en la Cámara de Representantes para imponer un convenio sin días de enfermedad garantizados, y la totalidad votó a favor de un segundo proyecto de ley que impone un convenio con solo la mitad de los días de enfermedad que exigían los trabajadores.
Ninguno de los proyectos presentados por los demócratas contempló la decisión ni los intereses de los trabajadores. Son ellos los que deberían haber decidido si estaban de acuerdo o no con las propuestas que se hacían y no el Congreso que aprobó un convenio de facto. Los socialistas siempre deben apoyar la toma de decisiones de base trabajadora. Todo lo contrario de lo que ocurrió con la llamada izquierda demócrata que actuó corporativamente como parte del establishment del partido para evitar la huelga.
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Ninguno de los miembros del "Escuadrón" salió y dijo "Voy a votar ’No’ a todo y comenzar una campaña nacional contra la Ley de Trabajo Ferroviario". A pesar de contar con el respaldo de la organización socialista más grande del país o ser miembro de ella, ninguno se pronunció en contra de la interferencia del Congreso en los esfuerzos de negociación de los trabajadores.
Ahora, a medida que el impacto inicial, la ira y la sensación de traición desaparecen, algunos miembros de DSA están haciendo malabares para justificar los votos del Escuadrón. Los defensores de Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) afirman que habló con los “trabajadores” y votó de la forma en que le dijeron que lo hiciera, aunque no está claro exactamente con quién habló. Lo que está claro es que no hay forma de que AOC hablara con los miles de trabajadores ferroviarios que rechazaron el convenio de Biden en una votación realizada solo un mes antes. Los trabajadores de base deberían decidir si ir a la huelga o no, y el voto de AOC fue un voto para romper esa posibilidad.
El DSA plantea cosas ciertas, pero terminan del lado equivocado
Parte de su declaración dice: “la mayoría de los miembros del sindicato votaron para rechazar el acuerdo tentativo. Los socialistas electos deben apoyar a los sindicatos cuando rechazan un Acuerdo Tentativo. El voto para defender el derecho de huelga de los trabajadores fue una oportunidad para organizar aún más la solidaridad con los trabajadores ferroviarios. ¡La izquierda no puede permitirse perder estos momentos!”
Es cierto. La izquierda no puede perderse momentos como este. Los trabajadores ferroviarios estaban librando una lucha valiente: insistían una y otra vez en que se merecían más y que los empresarios multimillonarios podían satisfacer fácilmente sus demandas. Fueron en contra de su propia cúpula sindical y de Joe Biden rechazando el acuerdo tentativo alcanzado en septiembre. El papel de la izquierda debería haber sido fomentar la militancia de base; debería haber sido para decir que apoyaremos a los trabajadores si eligen no acatar la ley, no votar para romper la huelga. Esta fue una oportunidad, y los diputados del DSA hicieron más que desperdiciarla. Estaban en el lado equivocado de las trincheras.
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Esta clara traición puede terminar empujando a un sector de la clase obrera a los brazos abiertos y expectantes del Partido Republicano, que ha estado cortejando y actuando deshonestamente como si fuera el partido de la clase obrera. Incluso Marco Rubio tuiteó que no impondría un acuerdo ferroviario sin que cuente con el apoyo de los trabajadores y varios republicanos tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado votaron en contra de la medida. Sin duda, los republicanos apuntarán a esto para intentar ganarse a un sector de la clase trabajadora para la derecha racista, antiobrera y transfóbica. Y al votar sí al plan rompehuelgas de Biden, los diputados del DSA están ayudando a que eso suceda.
El “escuadrón” cruzó una línea, ¿qué harán los miembros de DSA al respecto?
Los miembros de DSA, deberían estar absolutamente furiosos con estos miembros rompehuelgas del Congreso. Después de todo, es su organización. Estos miembros supuestamente son sus compañeros, que deberían ayudar a organizar sindicatos y a organizar los piquetes de trabajadores.
Pero los hechos fueron otros. Los miembros y patrocinadores más destacados del DSA, (las personas que le pidieron a miles de simpatizantes que se ofrecieran como voluntarios y votaran) son rompehuelgas.
Si bien la declaración nacional de la DSA tiene algunos puntos correctos, esencialmente no proporciona ningún camino a seguir. Habrá una convocatoria amplia para discutirlo en todo el DSA, pero ¿de qué servirá eso? ¿Y cuándo será esa convocatoria? ¿Cuando la bronca inicial se haya olvidado y la gente haya seguido adelante? Este nivel de traición exige una reflexión mucho más profunda y requiere un replanteamiento profundo de la estrategia de DSA además de pasar a la acción.
Además de la declaración del Comité Político Nacional, varios comités del DSA han emitido sus propias declaraciones. Por ejemplo, la declaración del DSA de Seattle obtuvo numerosas firmas, incluso del comité Afro Socialist y otros locales de DSA.
“Creemos que este voto de los congresistas de DSA ha desencadenado una crisis grave para nuestra organización que debe abordarse de manera directa. Los votos de los congresistas tuvieron lugar solo un año después de que el congresista Bowman de DSA votó a favor de financiar al ejército israelí, en lo que AOC se abstuvo, violando la plataforma acordada democráticamente por DSA. En nuestra opinión, debe haber un ajuste de cuentas real sobre la relación entre DSA y nuestros diputados electos. Necesitamos una discusión seria sobre cómo DSA puede responsabilizar a los elegidos cuando pisotean los principios básicos de la clase trabajadora, como el derecho a la huelga o el antiimperialismo.”
Exigen que los parlamentarios electos de DSA asistan a una reunión y que diversas opiniones políticas estén representadas en esta convocatoria. También llaman a discutir acciones disciplinarias contra estos diputados electos del DSA.
Todos estos son buenos primeros pasos. Muchos miembros de DSA están discutiendo sobre la necesidad de responsabilizar a los miembros del DSA en funciones parlamentarias.
Actualmente no existen estructuras de rendición de cuentas para los miembros del DSA en el Congreso. Los políticos respaldados por el DSA, a veces empalman con esa organización durante las elecciones primarias y para que los ayuden a hacer la campaña, pero luego se distancian una vez en el cargo. ¿Quién puede olvidar que AOC eliminó la cuenta del DSA de su perfil público después de ser elegida, o cuando en el transcurso de su tiempo en el cargo, eliminó a los empleados más progresistas de sus filas? Si bien AOC pasó su primer día en el cargo apoyando una sentada del Movimiento Sunrise, desde entonces ella y otros electos del DSA han brindado su apoyo al establishment del Partido Demócrata, incluida Nancy Pelosi.
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Los candidatos de DSA no se alinean detrás de su organización o sus miembros; simplemente consiguen que miles de personas que buscan una salida a la política habitual y que sienten pasión por el socialismo terminen alineados detrás del establishment del Partido Demócrata. Estos son los hechos: el Partido Demócrata es parte de una industria política multimillonaria, literalmente. Como explica Kim Moody en “Breaking the Impasse”, los órganos del Partido Demócrata recaudaron 770 millones de dólares en el ciclo electoral de 2020, además de los 2500 millones de dólares recaudados para Biden, los 632 millones de dólares recaudados para las campañas de la Cámara y los 406 millones de dólares para las campañas del Senado. De esos miles de millones, la mayoría proviene de los grandes empresarios.
Está claro para quién gobierna el Partido Demócrata. Por eso, cuando 400 empresarios enviaron una carta pidiendo detener la huelga ferroviaria, Joe Biden, que se autodefine como el “presidente más favorable a los trabajadores de nuestro tiempo”, se organizó para poner fin a la huelga. Incluso aquellos que no aceptan donaciones corporativas terminan reuniéndose bajo la esfera de influencia de un partido que está financiado por y para el gran capital.
Como bien explica Kim Moody, los progresistas en el Partido Demócrata son empujados hacia arriba y hacia la derecha, y el Partido Demócrata usa el dinero y la presión para mantener el atractivo brillante de estos ostensibles extraños, mientras que al mismo tiempo los integra completamente en la maquinaria capitalista e imperialista. Es tanto la zanahoria como el palo.
Este no es un truco nuevo que los demócratas estén usando por primera vez con el “Escuadrón”. Se ha utilizado durante décadas, para cooptar y desarmar a cada organización progresista que surgiera a su izquierda, lo hicieron una y otra vez con miembros anteriores de DSA, con Rainbow Coalition de Jesse Jackson entre otros. ¿No nos ha mostrado la historia que los socialistas dentro del Partido Demócrata siempre se mueven “hacia arriba y hacia la derecha”?
Es hora de admitir que esta es una estrategia fallida porque los diputados del DSA tienen objetivos esencialmente diferentes.
Nuestro objetivo es un gobierno de trabajadoras, trabajadores y el pueblo pobre, pero en ese camino y a la par luchamos por aportar a la confianza y la fuerza de la clase trabajadora para hacer lo que se necesita, incluyendo romper las cláusulas anti huelgas, usando la fuerza del movimiento obrero para ganar. Lo que nos ha demostrado el accionar de los diputados del DSA es que ese no es su objetivo. En el mejor de los casos, quieren aprobar algunas leyes que podrían dar a los trabajadores una mayor capacidad para sindicalizarse, como la Ley PRO. Pero sin una acción masiva de la clase obrera, no se construirá ni legislación progresista ni poder obrero.
Debido a que tenemos objetivos diferentes a los del “Escuadrón”, necesitamos una organización diferente. No puede haber rendición de cuentas una vez que estás en el Partido Demócrata. Es hora de romper con los demócratas y construir nuestro propio partido.
El Partido Demócrata es un callejón sin salida para la clase trabajadora. Ellos y los republicanos son parte integral del estado capitalista, que no es más que un “comité para manejar los asuntos comunes de toda la burguesía”, como nos dijeron Marx y Engels. El DSA ha intentado trabajar dentro de él, e incluso se quedó después de que sus diputados votaran por la financiación de Iron Dome (N.R.: el sistema de misiles israelí diseñado para destruir e interceptar cohetes) Los problemas no se solucionaron para el pueblo palestino, solo empeoraron. Ahora los diputados del DSA votaron para romper una huelga.
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Es hora de dar el salto para construir nuestro propio partido de la clase trabajadora, socialista. Una organización que tendría el poder de movilizar a miles en solidaridad con los trabajadores ferroviarios y alentar una huelga, o movilizar por los derechos reproductivos y trans, derechos que están siendo atacados.
Muchos miembros de DSA temen ser irrelevantes si la organización rompe con el Partido Demócrata. Ese es un temor legítimo; debemos encontrar formas de conectarnos con la clase trabajadora, en la lucha de clases y en los movimientos sociales. Es bueno si nuestro mensaje está en la prensa convencional y es bueno si hacemos que los socialistas sean elegidos para un cargo. Pero si construimos la fuerza de la clase trabajadora, no seremos irrelevantes. Imaginémonos una huelga ferroviaria: sería decisiva en la economía nacional e internacional, eso es lo contrario a la irrelevancia.
Tenemos una gran tarea por delante: construir un grupo que no sea irrelevante, que con banderas socialistas intervenga en la lucha de clases y ayude a organizar en forma independiente y apoye las grandes batallas contra las patronales, pero también contra los partidos del establishment estadounidense, que tendremos en los próximos años.
La lucha de los miembros del DSA es muy importante en este momento. La capacidad de construir tal partido depende, al menos parcialmente, de que sectores de esa organización profundicen en esta crisis y saquen conclusiones, para organizarse con otros miembros del DSA y otros socialistas para construir los cimientos de la organización que realmente necesitamos.
*Traducción de artículo publicado originalmente en Left Voice, integrante de la Red Internacional La Izquierda Diario.
Tatiana Cozzarelli
Docente, actualmente estudia Educación Urbana en la CUNY.