En este episodio de ¿Qué pasó en los 70 en Argentina? te contamos sobre los inicios de la insurgencia obrera y popular que se extendería por el país a partir de 1969 y marcaría toda la década.
Para conocer los inicios de la Insurgencia obrera y popular en Argentina en la década de los 70, primero tenemos que retroceder algunos años para ver que estaba pasando.
En 1966 los militares dieron otro golpe de Estado y el General Onganía. La CGT dirigida por Augusto Timoteo Vandor apoya al gobierno militar. Perón desde Madrid llama a “desensillar hasta que aclare”, en otras palabras, "quedate en el molde a ver que pasa”. Es que el viejo líder en el exilio tenía expectativas de que hubiese una apertura gradual y él pudiera finalmente retornar al país. Poco después se da cuenta de que Ongania y los militares piensan quedarse por décadas y, además, de que Vandor viendo ese panorama decide pensar un peronismo sin Perón.
En respuesta el dirigente exiliado resuelve apoyar la creación de la CGT de los Argentinos con los sindicatos opositores a Ongania, alguno de ellos combativos y que se oponían a Vandor y a los dirigentes dialoguistas.
A poco de asumir el poder, Onganía interviene las Universidades, y con la llamada Noche de los bastones, ocupando sedes y golpeando salvajemente a los estudiantes y provoca el exilio de cientos de científicos y profesores reconocidos, como Cesar Milstein que más adelante será Premio Nobel de Química.
En los años 1967 y 1968 hay algunas huelgas largas y duras pero son derrotadas, como Destilería La Plata y antes los portuarios de Capital, donde se va fogueando una nueva dirección, algunos de la época de la resistencia (56/59), pero la mayoría jóvenes sin experiencia.
¿Qué pasaba con la economía?
El gobierno militar empieza a tener problemas en su plan económico y con la estabilidad del dolar. La banca se extranjeriza como nunca y para 1969 entre las 100 empresas más importantes del país, casi el 70% de los capitales eran de origen extranjero. Un nivel de entrega de nuestros recursos brutal.
En Tucuman se cierran decenas de ingenios y hay miles de despedidos. Con un nuevo ataque a la Universidad en mayo hay manifestaciones en Corrientes, la policía mata a Cabral, en Rosario se movilizan los estudiantes, son reprimidos y muere Bello. Empieza el Rosariazo y lo matan a Blanco. La bronca no paraba de crecer. La CGT convoca a un paro nacional de repudio para el 30 de mayo. En Córdoba por cuestiones locales, como la quita del sábado inglés (que era trabajar hasta el mediodía) e incentivos por zona se dispone un paro desde el mediodía del 29 de mayo. Se inicia el Cordobazo.
El Cordobazo
Las columnas obreras llegan al centro de la ciudad y se unen a los estudiantes para hacer un acto. Son reprimidos, resisten, enfrentan a la policía. Levantan barricadas, queman autos, destrozan empresas extranjeras. Unas 150 manzanas quedan en manos de los manifestantes. En Córdoba insurrecta se unen obreros y estudiantes universitarios y secundarios y logran derrotar a la policía. Solo al final de la tarde entra el Ejército y la lucha se retira del centro a los Barrios.
Podemos decir que fue una huelga general política porque el reclamo traspasó los límites sindicales, golpeaba a los gobierno de lleno y si bien se dio en una ciudad tuvo repercusiones nacionales. Y también fue una acción histórica independiente con elementos insurreccionales porque el grito en las calles fue: “luche, luche, no deje de luchar por un gobierno obrero y popular”.
El Cordobazo cambió la historia. La clase media se hace opositora. Comienza un proceso de ocupaciones de fábricas y azos en todo el país. Levantamientos obreros y populares que enfrentaban a la policía. En Rosario, Tucumán, nuevamente en Córdoba y en Mendoza. Es el comienzo del fin de la dictadura.
Surgen activistas y delegados combativos, que desplazan a los dirigentes traidores. Y se va forjando una vanguardia obrera muy combativa. En Córdoba surge el SITRAC-SITRAM, sindicatos de las plantas de Fiat, que son “antipatronales, antiburocráticos y contra el gobierno militar”, son el emblema del clasismo, una tendencia obrera que es independiente de toda variante patronal. O sea no se reclaman peronistas. Hay otros sindicalistas combativos como el caso de Agustín Tosco de Luz y Fuerza que organizó el Cordobazo que sin ser peronista pregonaba la conciliación de clases con la burguesía nacional, en sintonía con el Partido Comunista y los reformistas.
La juventud, inspirada por las ideas de la Revolución cubana y por el Che Guevara, radicaliza su ideología. Quieren cambiar la sociedad de raíz, y terminar con tanta injusticia, desigualdad y la entrega de nuestro país al imperialismo. Surgen decenas de agrupaciones estudiantiles, la izquierda crece, se inserta entre los trabajadores, las ocupaciones de fábrica son con rehenes para evitar el desalojo y la represión militar. Como diria perón: "La violencia en manos del pueblo no es violencia, es justicia". Como dijimos en la introducción todo esto se da en un momento que hay un fenómeno de ascenso que sacude al mundo, desde Vietnam, a Europa, desde EEUU, a toda América Latina y que en el Cono Sur, Perú, Mexico, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina es una etapa abiertamente revolucionaria.
Justo un año después, los Montoneros recien creados secuestran y matan a Aramburu que era la cara del golpe gorila del 55.
Perón va a utilizar a la que él llamaba “Juventud maravillosa” para chantajear al regimen militar. Poco después surge el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que se reclaman marxistas.
La guerrilla con la formación de un grupo armado pensaban que la gente se sumaría a sus filas al ver sus acciones heroicas. El final trágico ante un Ejército genocida demuestra que nada puede suplantar la fuerza organizada de millones de trabajadores y jóvenes para preparar la insurrección.
El Viborazo
Con el país prendido fuego y con el surgimiento del ERP y Montos, el régimen libertador (ese que había empezado en 1955) está herido de muerte. El reemplazo de Onganía no detiene la crisis. Otra vez se levantan los obreros de Córdoba, dirigidos por el clasismo del SITRAC-SITRAM en febrero de 1971.
Es el Viborazo, llamado así como una provocación al interventor de Cordoba decía que había que había que cortar la cabeza de la víbora venenosa (que en este caso serían los trabajadores insurgentes) para terminar con el problema de raíz.
El régimen capitalista olfatea el peligro de perder todo. Finalmente asume Lanusse que propone el Gran Acuerdo Nacional que pretende una salida acordada con los partidos políticos tradicionales.
Del grito de “luche por un gobierno obrero y popular” al “luche y vuelve por el retorno de Perón”.
La enorme combatividad de obreros y estudiantes necesitaba de una estrategia para vencer, de una organización política que se planteara claramente la lucha por una nueva sociedad, de derrotar al decadente capitalismo argentino. Las organizaciones que hablaban en nombre de la izquierda tradicional eran reformistas como el Partido Comunista y el Partido Socialista. La guerrilla peronista que nuecleaba a FAP, FAR y Montoneros quería el retorno de Perón al poder para lograr la “patria socialista”, el ERP solo le interesaba la guerra de bolsillo, o sea entre aparatos militares, y no la organización revolucionaria en perspectiva insurreccional de las masas obreras.
Los partidos que se reclamaban trotskistas eran débiles. Política Obrera de Jorge Altamira eran algunas decenas, la corriente de Nahuel Moreno mas fuertes habían sufrido una escisión enorme antes del Cordobazo y que se va con Roberto Santucho y luego funda el ERP. Cuando estalla el levantamiento en Córdoba el grupo de Moreno, que se llamaba PRT La Verdad no tienen ni una célula militante en esa ciudad.
El desvío con el retorno de Perón y el llamado a elecciones se pone en marcha sin mucha resistencia.