El día después de que el Parlamento británico rechazara un Brexit sin acuerdo, la UE anuncia insiste en que no habrá re negociaciones.
Jueves 31 de enero de 2019 00:00
El Parlamento británico votó el pasado martes una enmienda en la que se rechaza que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin un acuerdo. La cláusula no es legalmente vinculante pero agrega presión sobre el gobierno de Theresa May para evitar una retirada abrupta si no logra ratificar un tratado de salida con Bruselas. Este miércoles altos funcionarios de la UE rechazaron una posible re negociación, augurando un panorama negro para Theresa May.
El miércoles por la tarde, durante una llamada telefónica, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk le dijo a May que era condición para cualquier posible discusión un plan claro por parte de su gobierno que pudiera garantizar el apoyo del Parlamento. Tusk se refería principalmente a la negativa del Parlamento a aceptar la cláusula de seguridad (conocida como backstop) y sustituirla por “arreglos alternativos” que aún no han sido especificados.
Luego de la conversación Tusk tuiteó: La posición de la UE es clara y consistente. El acuerdo de salida no está abierto a negociación. Ayer nos enteramos de lo que el Reino Unido no quiere. Pero aún no sabemos lo que quiere”.
Los problemas se siguen acumulando para May ya que la débil alianza que la llevó a triunfar en las últimas votaciones ya se está resquebrajando. Algunos “Brexites” de su partido le exigen que cambie el equipo de negociación con la UE aún antes de saber si efectivamente habrá nuevas rondas de discusión.
El mismo miércoles May se reunión con Jeremy Corbyn para discutir la propuesta de este último de una unión aduanera en lugar de abandonar la UE. Un portavoz del Labour Party (Partido Laborista) de Corbyn aseguró después de la reunión que May mostró interés profundo en los detalles de la propuesta pero fue cruzado rápidamente por Downing Street diciendo que May puede haber hecho algunas preguntas pero que su posición fundamental sigue siendo la misma. May ha reiterado en varias ocasiones la necesidad del Reino Unido de negociar sus propios acuerdos comerciales, lo que da por tierra con una posible unión aduanera. Algunos Tories (del Partido Conservador de May) deslizaron la posibilidad de aceptar tal unión si a cambio se retira la cláusula de seguridad del acuerdo con la UE.
Corbyn, por su parte, debe enfrentar una pequeña rebelión dentro de las filas de su partido. En la votación del martes pasado, el líder Laborista apoyó una moción que hubiera obligado a May a posponer el Brexit por hasta 9 meses. Sin embargo, 14 miembros de su partido rompieron la disciplina partidaria y votaron con el gobierno, impidiendo que la moción pase. Estos diputados representan a distritos del país donde se votó a favor del Brexit en el referéndum de 2016. Un vocero del partido declaró que se va a mantener la unidad partidaria aunque “puede deshilacharse un poco en los bordes”.