Decenas de miles de personas llenaron las calles de Roma el sábado 25 contra la reforma laboral de Matteo Renzi que pretende aprobar medidas como el abaratamiento del despido y la reducción de derechos y protección de los trabajadores. La CGIL no descarta la huelga general.
Martes 28 de octubre de 2014
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Bajo el lema “Para crear empleo hay que cambiar la política económica”, la Confederación General Italiana de Trabajo (CGIL) -el sindicato mayoritario-, convocó una movilización donde participaron decenas de miles de personas contra la reforma laboral que prepara el gobierno socialdemócrata de Matteo Renzi.
Los manifestantes protestaron por las calles de Roma contra la propuesta del ejecutivo italiano que, para reducir el desempleo y alentar la contratación, pretende aprobar medidas como el abaratamiento del despido y la reducción de derechos y protección de los trabajadores en los primeros años laborales.
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— CGIL Nazionale (@cgilnazionale) octubre 26, 2014
La secretaria general de la CGIL, Susanna Camusso, declaró: “La jornada de hoy no es sólo un paréntesis. La CGIL está lista para continuar su protesta para cambiar la reforma laboral de este gobierno, incluso con la huelga general.”
Camusso desfilaba detrás de una pancarta con el lema “Trabajo, dignidad, igualdad para cambiar Italia” y algunos manifestantes que partieron desde la Piazza dei Partigiani exhibían una pancarta con el texto “Articolo 18 giù le mani”, en alusión a su reivindicación a que no se toque ese artículo del Estatuto de los Trabajadores.
“Si Renzi y su Gobierno sintonizan sus antenas, recibirán una señal muy fuerte hoy, que es que la mayoría de las personas que trabajan y que quieren trabajar en este país no concuerdan con sus políticas”, dijo a Reuters el secretario general del sindicato FIOM, Maurizio Landini.
Algunos manifestantes comenzaron a entonar la canción “Bella ciao” -cantada por los partisanos durante la II Guerra Mundial en su lucha contra las tropas fascistas- y en la calles se pudo ver también a trabajadores de la Ópera de Roma despedidos recientemente.
El ataque a las conquistas de los trabajadores
Uno de los puntos más polémicos de la reforma es la modificación del Artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores del 20 de mayo de 1970, que protege a los trabajadores de empresas con más de 15 empleados contra los despidos improcedentes y avala su derecho a obtener una indemnización o a ser reintegrados en su empleo.
En la actualidad el mercado laboral italiano está segmentado entre los jóvenes precarizados y los trabajadores de mayor edad, los cuales serían afectados por la quita del Artículo 18. La tasa de empleo general de Italia llegó al 55,7 por ciento en agosto y es una de las más bajas de la zona euro. En tanto, la desocupación entre los jóvenes alcanza la cifra récord de 44,2 por ciento.
El Gobierno de Silvio Berlusconi ya intentó modificar el Artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores en 2002, lo que desencadenó una huelga general y una de las manifestaciones más numerosas del país con cerca tres millones de personas.
La política económica divide al gobierno
La manifestación en Roma se celebró al tiempo que Renzi asistía a una reunión en Florencia, su feudo político y ciudad de la que fue alcalde antes de convertirse en jefe del Gobierno. Allí Renzi aseguró que en la cita estaban “los que crean puestos de trabajo” y que había logrado reducir las exigencias de la Comisión Europea sobre la aplicación de más medidas de ajuste para avalar la senda del retorno al equilibrio de las cuentas públicas italianas.
En un momento clave del debate sobre la orientación en política económica, la doble convocatoria -a la manifestación o a la reunión- puso en la disyuntiva a algunos de los miembros del Gobierno, concretamente del Partido Democrático (PD) de Renzi.
Si bien a finales de septiembre Renzi había logrado el respaldo de su partido en la implementación de la reforma laboral, en la actualidad, el descontento generalizado ha provocado la división del mismo, llevando a miembros del ala izquierda del PD a participar en la movilización.