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Red Internacional
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México

Opinion. México: “Democracia” bajo bota militar y crisis de legitimidad del régimen

Las recientes elecciones en México buscaban legitimar al profundamente cuestionado régimen político.

Jueves 11 de junio de 2015

Debía remontar su legitimidad tras el movimiento por la aparición con vida de 43 Normalistas, que denunció al Estado como responsable y reclamaba la caída del gobierno de Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Este cometido debía cumplirse a cualquier costo y por eso las elecciones estuvieron marcadas por un amplio despliegue represivo que tuvo sus expresiones más duras en Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Chiapas.

En estos estados, varias secciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la Coordinadora de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), los padres de los 43 y diversas organizaciones realizaron acciones de boicot electoral, denunciando las elecciones, por la aparición con vida de los 43 y la cancelación de las reformas estructurales, incluida la educativa.

La jornada electoral fue garantizada con el peso de la bota militar y policiaca. El saldo: el asesinato de Antonio Vivar, joven de Tlapa, Guerrero a manos de la Policía Federal, y más de un centenar de detenidos.

Panorama contradictorio para el régimen

A primera vista, el resultado de la jornada electoral favorecería a Peña Nieto y al PRI, que contuvo las acciones de boicot y triunfó en 5 de las gobernaciones en disputa. Con el 29% de los votos y en conjunto con su aliado, el Partido Verde (7%), tendría la mayoría simple en la Cámara de Diputados. Sin embargo, el PRI perdió la gubernatura de Nuevo León y la alcaldía de Guadalajara, capital de Jalisco, dos de las entidades más importantes del país, por su concentración industrial e por ser históricos bastiones priistas. Por su parte, el PAN sólo obtuvo dos gobernaciones (Querétaro y Baja California Sur), mientras que obtuvo 20.89% de los votos emitidos para diputados federales. Además, no hay que perder de vista que ambos partidos cayeron en el porcentaje obtenido respecto a las elecciones anteriores y las ultimas intermedias, perdiendo posiciones en la Cámara de diputados.

Por su parte el Partido de la Revolución Democrática (PRD) sufrió una debacle, obteniendo solo el 10% de votos. El PRD venía duramente cuestionado por su papel en la desaparición de los 43 normalistas. Desde su fundación actuó como pata izquierda del régimen político y en los últimos 3 años se alió con el PRI y el PAN en el Pacto por México para impulsar las reformas estructurales. Esta crisis sacude al conjunto del régimen político, que desde el año 2000 tenía su fundamento en la “alternancia” entre estos 3 partidos y ve mermada la capacidad de contención de este partido ante procesos de la lucha de clases.

Descrédito y pérdida de legitimidad

Por otro lado, distintos fenómenos políticos dieron cuenta del desprestigio y crisis de representación de los partidos patronales. La alta abstención fue uno de ellas, así como los intentos de boicot ya mencionados.

También, aunque de forma distorsionada, el voto por candidatos independientes o partidos políticos emergentes, que se muestran como una alternativa a los partidos tradicionales, fue una de las maneras en que la crisis de representación obtuvo visibilidad.

Este fenómeno es contradictorio ya que varios de estos candidatos son personajes estrechamente ligados a grupos empresariales, como el ex priista Jaime Rodríguez que ganó la gobernación en Nuevo León derrotando al PRI, o partidos como Movimiento Ciudadano dirigido por ex priistas, de los que poco se puede esperar en favor de los trabajadores.

Otro de los resultados importantes, es el fortalecimiento del partido MORENA liderado por Andrés Manuel López Obrador, que capitalizó la caída del PRD y se posiciona como 4ª fuerza política a nivel nacional, logrando mayoría en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México y en 5 delegaciones de la misma, con el 8% de votos nacionales, solo 2 puntos detrás del PRD.

Morena apostará a ganar el respaldo de aquellos que no se sienten representados por los partidos tradicionales, posando como la oposición al gobierno. Está por verse si Morena logra ocupar el lugar de pata izquierda del régimen dejado por el PRD.

Por último la anulación del voto fue otra de las formas en que se expresó la desconfianza con las instituciones y rondó un importante 5% de la votación. El Movimiento de los Trabajadores Socialistas fue parte de esta campaña, llevada adelante desde distintos sectores empezando por los padres de los normalistas desaparecidos.

Escenario inestable, las luchas posibles

Las expresiones de repudio, aunadas a la imagen represiva que dejó el despliegue de fuerzas militares y policiales para blindar las elecciones, sin duda golpea la imagen “democrática” del régimen.

Además, la crisis de legitimidad política que el gobierno de Peña Nieto y los partidos patronales intentaban cerrar no ha sido resuelta. La militarización y la “guerra al narcotráfico” continuarán generando un importante descontento.

El magisterio ha anunciado que continuará las movilizaciones para luchar contra la reforma educativa. Esto, junto a las luchas recientes de otros sectores, podría impulsar la salida de sectores más amplios de los trabajadores, que hoy no están presentes.

Al calor de estos escenarios es que estará planteado dar pasos audaces en la construcción de una fuerte organización socialista y revolucionaria. Por esta tarea lucha el Movimiento de los Trabajadores Socialistas en México.

(*) El autor es miembro del Movimiento de los Trabajadores Socialistas de México.