Esta es la primera entrega de una serie de notas que devela la conexión del gobierno, la iglesia y la clase empresaria más rica y evasora del país, y la relación con la desigualdad rampante de los barrios lindantes a los muros de Nordelta.
Jueves 30 de abril de 2020 01:29
Paredòn del barrio Las Tunas, partido de Tigre
La construcción del otro como pobre
“Hace 18 años que trabajamos de manera sostenida integrándonos en las comunidades vecinas para brindar oportunidades. Elegimos educar en la libertad para que cada uno con las herramientas que le da la Fundación pueda construir su propio futuro y realidad”, dijo en su discurso en la cena anual 2019 de la Fundación Nordelta, la presidenta Marité Costantini. “Tener empatía, hacer amigos, dar oportunidades, aprender, enseñar, recibir”, son todas acciones que forman parte del trabajo social, “y también frustración por lo que no podemos cambiar”, agregó.
¿No se puede cambiar? ¿O es lo que no están dispuestos a perder? “Ellos cierran las compuertas con candados, por eso no se inundan y nos inundan a nosotros, porque a ellos les importa un carajo lo que a nosotros nos pasa”, responde Adrián, un niño del barrio Las Tunas.
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“Desde el municipio de Tigre acompañamos a las instituciones que, como la Fundación Nordelta, trabajan todos los días para la comunidad. Porque si bien tenemos responsabilidades desde el Estado y tenemos que atender las necesidades de nuestros vecinos y vecinas, no podemos hacerlo todo solos”, dijo Alejandra Nardi, presidenta del Concejo Deliberante de Tigre, en la misma cena anual de la Fundación, en representación del intendente Julio Zamora.
Lo que a simple vista quieren disfrazar de “solidaridad e inclusión” empresarios y políticos del municipio, detrás se esconden profundas desigualdades que ellos mismos generan y sostienen. Donde los pobres sólo reciben migajas, pero nunca acceden a la torta entera.
La caridad: filosofìa de ricos entre muros electrificados
Más del 50% del territorio del partido de Tigre es ocupado solamente por un 10% de millonarios que vive en los barrios cerrados, los countries. En el resto del territorio viven más de 360.000 habitantes que se distribuyen en los barrios más carenciados.
Las Tunas y Nordelta tienen la misma cantidad de pobladores: 30.000. Pero la distribución del espacio territorial es terriblemente desigual. Mientras que Las Tunas ocupa 150 hectáreas, Nordelta ocupa 1600.
La mayoría de los niños y sus familias viven con las necesidades básicas insatisfechas, como red de agua potable, cloacas, instalación de gas, ni un centro de salud que atienda las 24 horas. Y esto no es un dato menor, en un barrio donde además prima la contaminación ambiental.
El muro electrificado no es un límite para la relación de explotación que se establece entre ambos barrios. Los habitantes de Las Tunas son quienes mantienen y limpian los paraísos ajenos del Nordelta. En ese espacio muchas veces son discriminados, como vimos con las empleadas domésticas a quienes no se les permitía viajar en el mismo transporte público.
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Este contraste, no es producto de ninguna ley natural, ni de méritos individuales, es la consecuencia de décadas y décadas de políticas económicas a favor de la clase empresarial.
La hipocresía de los generadores de la desigualdad se viste con los ropajes de la caridad y la beneficencia
Como parte de un proyecto común entre Fundación Nordelta, Fundación Renault y el Municipio de Tigre, en 2004 se inauguró el Centro de Prevención y Asistencia en Nutrición Infantil (CEPAN) que nació como Centro CONIN, desarrollando su intervención en el barrio Las Tunas.
Los centros CONIN responden al Dr. Abel Pascual Albino integrante del Opus Dei, tristemente célebre por sus declaraciones reaccionarias en el marco del debate en el Senado en 2018 por la interrupciòn legal del embarazo, cuando declaró que “el preservativo no sirve para nada”, ni contra la protección del virus VIH ni como anticonceptivos, o anteriormente al opinar que “la homosexualidad es un problema”.
El acuerdo firmado entre la Municipalidad, con la Fundación Nordelta y el Dr. Albino del Opus Dei, es sin duda una declaración de intereses y principios velados, por parte de los políticos responsables del distrito de Tigre: una negación de las principales demandas de los habitantes de Las Tunas y de la responsabilidad que tienen.
Cada año la Fundación realiza su cena anual benéfica en un importante y distinguido salón del municipio. Por sus alfombras suelen desfilar empresarios y políticos como Massa, Malena Galmarini, hasta el propio intendente de Tigre, Julio Zamora participa en las veladas.
En estos eventos, los empresarios realizan su donación a través de un sistema de sponsor. Como por ejemplo el sponsor “Aprender”, que establece una donación de $250.000 por la cual los empresarios reciben una ubicación preferencial en la cena, publicación de la empresa durante un año en la web de la Fundación, mención en las redes sociales, mención especial en la locución del evento y la participación en una jornada de voluntariado corporativo en el barrio Las Tunas.
Entre los flashes de las fotos se pueden observar los sponsors de las empresas auspiciantes, como Carrefour, Swiss Medical, Transclor, Pacheco Trade Center, Panedile, Telecom, Nordelta, Pampa Energía, ICBC, EPB&A, Consultatio y Guido Guidi, son algunas de las habitué que día a día explotan en sus empresas a la clase trabajadora, y que por donar, reciben el beneficio de reducciòn de impuestos.
¿Quiènes son los miembros de la Fundación Nordelta?
Eduardo Costantini, fundador de Nordelta y Secretario de la Fundación, posee una fortuna de 790 millones de dólares. Forma parte del ranking de los 50 más ricos del país según la revista Forbes. Todo el directorio de dicha fundación está plagado de empresarios y CEO’s de grandes empresas inmobiliarias, financieras y empresas de salud, que hoy con la crisis sanitaria siguen lucrando.
A través de la Fundación, bajo supuestas causas benéficas, estos empresarios esconden sus verdaderos intereses para seguir pujando por ellos.
Es el caso del miembro del Consejo Honorario de la Fundación, Dante Galeazzi, conocido referente de los negocios inmobiliarios, y parte de los dueños de Nordelta, que en 2018 fue nombrado por María Eugenia Vidal como director provincial de Ordenamiento Urbano y Territorial. Este nombramiento tuvo fuertes polémicas por “conflicto de intereses”. Fue bautizado por vecinos de los barrios inundables como “el zorro que cuida al gallinero”.
La intenciòn de Galeazzi para este cargo, era legalizar los más de 500 barrios cerrados que a fuerza de lobby, favores políticos y topadoras, se encontraban en completa ilegalidad con las normas de planificación urbana de la provincia. Esto quizá haya dado sus frutos, junto a intendentes como Julio Zamora que participò de acuerdos técnicos para Tigre con dicha dirección, con el objetivo de “planificar el territorio bonaerense”.
Se necesitan derechos no caridad
Esta clase empresaria que hace beneficencia, es la misma que viene presentando un lobby feroz y una férrea oposición al proyecto de un impuesto a las grandes fortunas.
Una cosa es que dediquen un vuelto a lavarse la cara con los pobres que ellos mismos generan, para sacar rédito mediático de allí, y otra cosa es que se establezca como ley este impuesto, para que sean ellos quienes paguen los costos de esta crisis sanitaria y social acentuada por la pandemia.
Nicolás Del Caño con el FIT propuso un impuesto del 3% a las grandes fortunas, es decir a quienes fueron los grandes ganadores seriales favorecidos por las políticas de los últimos gobiernos. Este gravamen darìa la posibilidad de cubrir salarios de cuarentena de $30.000 para 7 millones de personas durante dos meses. Además de aumentar en 10 veces los fondos destinados al área de salud ($1700 millones) en el medio de la pandemia, o por ejemplo, comprar 20.000 respiradores.
Las migajas de los grandes fugadores y estafadores seriales que habitan los lagos artificiales de Nordelta en complicidad con los gobiernos de turno, no alcanza. En esta crisis mundial, es necesario que esta clase minoritaria pague, para que millones no se hundan en las mayores penurias.