A seis años del primer #NiUnaMenos, este #3J nos encuentra en el pico de la segunda ola de covid, con una crisis social y sanitaria de magnitud. Las mujeres y disidencias nos seguimos organizando contra la violencia machista, la avanzada de la derecha y la política de ajuste de los gobiernos.
Miércoles 2 de junio de 2021 18:35
Este 3J nos encuentra transitando la segunda ola de covid mientras los contagios continúan en alza a nivel nacional. En una radio abierta este 3J a las 16hs en Plaza Rivadavia con todos los cuidados necesarios queremos poner en debate la situación que atravesamos las mujeres y disidencias en plena crisis social, económica y sanitaria. Una vez más desde Pan y Rosas queremos poner en cuestionamiento la idea de las organizaciones feministas ligadas al Frente de Todos, de que nuestros derechos van a ser otorgados por el gobierno de Alberto Fernández que supuestamente representa los intereses de las mujeres y sectores LGTBI, que hace dos años abandonaron la perspectiva de la lucha en las calles.
En los últimos meses en Bahía Blanca la crisis sanitaria se agudizó. Según el portal de noticias Wips los contagios pasaron de 6468 en abril a 8357 en mayo y la ocupación de camas UTI no baja del casi 90%. Los datos sobre desocupación en la ciudad tampoco dan respiro. Las consecuencias sociales de la primera ola y la profunda crisis económica que estamos viviendo son contundentes, dentro de las mujeres que son jefas de hogar el 64% está desocupada, busca trabajo y no lo encuentra. ¿Qué pasa con todas estas mujeres que no están recibiendo un IFE ni un ingreso de emergencia para costear esta situación? ¿Es realmente imposible tocar las ganancias millonarias del polo y el puerto para ponerlas a disposición de los sectores más desfavorecidos?
Otra estadística que lamentablemente sigue creciendo es la de los femicidios, en Argentina una mujer es asesinada por ser mujer cada 23 horas. No es casualidad que estos datos muestren que el empeoramiento de la crisis aumenta las desigualdades sociales y profundiza las opresiones que nos atraviesan.
Ante el empeoramiento de las condiciones de vida el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad se muestra cada vez más impotente. Ante la lucha más importante por la vivienda de los últimos años ni siquiera se cuestionó la violenta represión con desalojo llevada adelante por Berni y Kicillof en Guernica, donde era claro que cientos de mujeres pelearon por una vivienda escapando de la violencia machista, como también vemos en la toma de tierras de Don Bosco donde las mujeres que están en las tierras denuncian hechos de hostigamiento.
Las comisiones de mujeres puestas en pie en estas experiencias son un ejemplo de la necesidad de organizarnos ante la violencia machista que el estado refuerza. Ya pasaron 7 meses del desalojo y todavía no se propuso un plan de viviendas para las mujeres y disidencias que las necesiten. El evitable femicidio de Ayelén en estos días mostró la impotencia de la perspectiva de costear el peso de las opresiones con medidas cosméticas, y ante esto la asamblea permanente de Guernica convoca a movilizar una vez más.
La desaparición sostenida y encubierta de Tehuel de la Torre es otra cruda muestra de lo mismo. Ya lleva más de 80 días desaparecido el joven trans de 21 años que salió en busca de un trabajo. La primera vez que Berni se refirió al tema fue para decir que están buscando un cuerpo sin vida, y como si eso fuese poco en estas últimas horas arremetió contra la juventud agitando la baja de imputabilidad y atacando la conquista del derecho al aborto legal.
Cada vez que decimos que el estado es responsable de nuestra situación no hablamos de una consigna vacía, sin contenido ni consecuencias. El femicidio de Úrsula a días de el último 8M puso en evidencia la relación directa entre las denuncias a efectivos de la bonarense, los femicidios cometidos por agentes policiales y la impunidad mantenida desde el estado.
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Los principales responsables políticos de la situación en la provincia de Buenos Aires no se dan por aludidos mientras el 42% de los femicidios ocurren en territorio bonaerense. A nivel local no es claro el presupuesto que maneja el área de Políticas de Género que depende de la secretaría de Políticas Sociales, se cuenta con un solo refugio para mujeres que sufren violencia de género y 4 botones antipánico. Si bien desde la oposición del Frente de Todos realizan críticas, parece que no se trata de un problema importante a resolver.
El silencio nunca fue nuestro idioma
Un hecho que se nacionalizó y tuvo fuerte repercusión política en la zona fue el atentado sufrido por el local de La Cámpora del FdT. Los volantes que acompañaban al artefacto que fue colocado atacaban directamente las conquistas del movimiento de mujeres y comunidad LGTBIQ en estos últimos años: “matan niños con el aborto”, “hipersexualizan a nuestros hijos- ESI y pornografía”, “subvierten los valores naturales”. Nunca está de más recordar que algunas de estas frases fueron pronunciadas en distintos discursos de Héctor Gay..
La Investigación de esta causa quedó a manos de la misma justicia que mantiene la impunidad sobre el femicidio de Katherine Moscoso, que avanza en cuentagotas en el caso de Susana Melo y que condenó a Rosalía, la misma que intentó consagrar el encubrimiento en la desaparición y asesinato de Facundo Castro encubriendo el accionar de la bonaerense. Las mujeres y colectivo LGTBI sabemos el rol que cumple esta justicia machista y patriarcal, que tenemos que dar respuesta a estas acciones derechistas que cuestionan nuestros derechos conquistados y buscan amedrentar la participación de cientos de mujeres, jóvenes y trabajadores en la ciudad donde fuimos parte de la ola verde.
Resulta fundamental discutir en asambleas juveniles y de trabajadores, como lo hicimos en la última asamblea del Suteba Bahía Blanca, la necesidad de una fuerte acción convocada desde las organizaciones de mujeres, estudiantiles, de trabajadores y de derechos humanos de la ciudad como hicimos cuando quisieron librar a los genocidas con el 2x1, ante cada vez que los dinosaurios de la camara de diputados y senadores quisieron tirar abajo el proyecto del aborto legal, o cuando en repetidos intentos buscaron detener y desviar la causa de Facundo, haciendo uso de la prensa local. Tenemos que unir esta lucha con la del movimiento de mujeres y comunidad LGTBI por todos nuestros derechos, usemos nuestra fuerza para poner en pie una comisión investigadora independiente y exigir la búsqueda del castigo a los culpables. Se vuelve urgente una salida por izquierda que dé respuesta a todas nuestras demandas para luchar ante esta crisis, para que la derecha no se transforme en la expresión del descontento social.