En las recientes elecciones de la UBA las agrupaciones del gobierno sufrieron un retroceso por el impacto de la situación nacional y el desprestigio de Cambiemos en amplios sectores. Un debate urgente: cómo construir una fuerza de izquierda en la universidad que recupere las organizaciones estudiantiles y le haga frente al cuarto saqueo.
Martes 6 de noviembre de 2018
El 2018 viene siendo el año de la juventud, con las masivas movilizaciones del movimiento de mujeres en la pelea por el aborto legal, seguro y gratuito contra una de las instituciones más reaccionarias como lo es la Iglesia, y la emergencia del movimiento estudiantil con tomas de facultad y masivas movilizaciones en todo el país. Les jóvenes en todo el país pusieron en las calles su predisposición a la lucha.
El año que entra plantea nuevos desafíos, mientras el macrismo y el peronismo en sus diferentes variantes querrán canalizar electoralmente el descontento social y la profunda crisis económica, como ya lo adelantó Brasil, la izquierda -que en Argentina tiene un peso significativo entre los trabajadores y en particular en el movimiento estudiantil- debe ponerse al frente de marcar otra perspectiva. Las peleas no dadas tienen consecuencias en el avance de la derecha.
Como se pudo ver en el conflicto educativo cuando las federaciones docentes conducidas por el peronismo y el kirchnerismo cerraron un aumento salarial por debajo de la inflación a espaldas de los miles de estudiantes y docentes que salieron a las calles con ánimos de seguir luchando.
También cuando obtuvo media sanción el presupuesto de ajuste del gobierno y el FMI, con la complicidad del peronismo. Ya no sorprende a nadie, después de las más de 100 leyes de ajuste que votaron con Cambiemos. Incluso, el kirchnerismo y las diferentes burocracias sindicales brillaron por su ausencia en la movilización de ese día, no así en la peregrinación a Luján apenas 4 días antes de la sesión.
Frente a esto se pone sobre la mesa un debate: qué tipo de unidad se necesita para enfrentarlos. Las direcciones burocráticas, estudiantiles y sindicales, no han hecho más que dividir a los sectores que quieren pelear y contienen la bronca que hay.
Por eso proponemos un partido unificadode la izquierda anticapitalista, junto a las y los miles de luchadores en todo el país, que se proponga superar a las diferentes burocracias y recuperar las organizaciones para la independencia política de los gobiernos, y dar una lucha hasta derrotar el ajuste en curso, en perspectiva de un gobierno propio de los trabajadores que de salida a las necesidades de las mayorías populares.
Nos basamos en la enorme referencia ya conquistada por el FIT en miles de estudiantes de todo el país. Así se expresó en la reciente elección de la Universidad Nacional General Sarmiento donde el FEI (Frente de Estudiantes de Izquierda) retuvo el centro de estudiantes contra el avance de “El Puente” (PJ/Cámpora).También, la semana anterior en Filosofía y Letras de la UBA (CEFyL) la izquierda y estudiantes independientes ganaron las elecciones por sexta ocasión consecutiva frente a “El Colectivo” (Cámpora/Mella).
Podés ver todos los resultados en: Sección Juventud
Ante esta situación, la izquierda puede pelear por esta perspectiva o cometer el error de hacer alianzas y subordinarse a las diferentes agrupaciones kirchneristas, cuando estas mostraron su estrategia durante las principales luchas del año.
Contradictoriamente, en el año de las pibas y la marea verde, la opción política de la UJS (PO) es sostener agrupaciones que se unen al Vaticano, y que no tendrían problema en ir detrás de candidaturas como el nefasto Urtubey, en lugar de cerrar filas con quienes hoy estamos enfrentando al macrismo y al peronismo cómplice que busca poner nuestras herramientas de organización por fuera de cualquier combate.
En la Facultad de Agronomía (UBA), el frente por una nueva FAUBA conformado por el FANA (aliada al Movimiento Evita), La Mella (Patria Grande) y el Partido Obrero, ganó la conducción del centro de estudiantes.
Según compañeres del PO, se trata de un histórico triunfo de la izquierda(!). Lo que no dicen es que sus aliados son aquellos que apoyan la candidatura de CFK para las elecciones de 2019. Basta solamente con ver las declaraciones de Itaí Hagman en el nuevo Frente (papal) Patria Grande conducido por Juan Grabois, al que catalogan como “Un frente patriótico antineoliberal donde queremos que CFK vuelva”.
El PO no nos sorprende con sus alianzas vacías de contenido e indiferentes a la independencia de clase que caracteriza al FIT, en función de ganar una elección. En la misma nota mencionan un balance sobre el resto de las elecciones de la UBA, donde según Julián Asiner: “la victoria histórica de la izquierda en Agronomía terminó de enterrar a la ‘FUBA’ trucha de Franja Morada y el rector Barbieri. El LAI, que había formado parte de ese armado, se suma a la lista de derrotados con Nuevo Espacio de Medicina y la UES de Sociales.”
De nuevo ocultan que en Sociales ganó la lista 15, conformada por La Cámpora, Nuevo Encuentro y Patria Grande (PG), que se habían unido junto a la UES hace 3 años para desplazar a la izquierda del centro. Una lista que según el PO se presentó “deskirchnerizada” pero sin embargo hizo campaña con Felipe Solá, diputado nacional y ex gobernador de PBA, responsable de la masacre de Avellaneda.
Lo que llaman “el efecto medicina” por elecciones en las que el PO junto a la kirchnerista Mella le ganó el CECIM a Nuevo espacio/Franja Morada, no es más que el anuncio de la unidad con sectores kirchneristas para ser oposición al radicalismo y al rectorado, algo muy similar al “frente anti-macrista” que llaman desde el Frente Patria Grande.
Esto ya lo vimos en la FUBA con la conducción de PG y el PO desde hace mucho tiempo, la cual fue intervenida anti democráticamente por la Franja Morada y la UES como ya hemos denunciado. Asiner continúa: “Las agrupaciones de Barbieri y el gobierno ya no tienen centros ni delegados, solo 4 de los 13 que hay en la UBA”. Ante la avanzada de la UCR y el PJ de estatizar e intervenir la federación, la estrategia del PO es la de hacer alianzas electorales que le permitan junto a PG recuperar un caudal de delegados FUBA para llamar a un congreso. El problema es cuando esto se convierte en una entrega al kirchnerismo, otorgándole los centros de estudiantes y ponderando la suma de los delegados por sobre la tarea de construir una gran fuerza anticapitalista en la universidad.
El PO ante el triunfo del kirchnerismo en Psico y Sociales festeja “un impulso en la base estudiantil para derrotar a las agrupaciones del gobierno y el rectorado que habían jugado en contra del movimiento de lucha”. Aquel "impulso en la base" no es más que el kirchnerismo vendiendo espejitos de colores otra vez, presentándose como el mal menor. Algo que los revolucionarios tendríamos que desenmascarar, y no sumar, ya que fortalece a quienes juegan en contra del movimiento de lucha, no a les estudiantes ni a les trabajadores.
Ganar espacios a como dé lugar, es la política del PO que le da continuidad a pensar los centros de estudiantes como cáscaras vacías y centros de servicios conquistados, que no representan ni organizan a les estudiantes. Ésto es criminal cuando el peronismo busca poner a los centros y federaciones al servicio de la campaña electoral de 2019 para volver a administrar el estado capitalista, como lo hace en los sindicatos.
Las agrupaciones estudiantiles y de trabajadores independientes de los partidos patronales que nos reivindicamos anticapitalistas y socialistas, tenemos como desafío en esta nueva etapa aprovechar el peso conquistado y la influencia en miles de estudiantes y jóvenes que son el motor para salir a luchar, para llevar a cabo la construcción de una herramienta de combate contra los empresarios y sus gobiernos, como lo es un Partido Unificado.
En función de este objetivo pelear por centros combativos e independientes como el CEFyL, para que sean una referencia mayor de la que ya son, organizando no sólo a los estudiantes de la propia facultad, sino también coordinando y movilizando a estudiantes secundarios, terciarios y trabajadores, para unir lo que las burocracias peronistas y kirchneristas, dividen y las agrupaciones del rectorado y el gobierno atacan.