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Red Internacional
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Huelgas. Rebelión de trabajadoras y trabajadores textiles en Bangladesh

Hace años que las trabajadoras de Bangladesh vienen realizando huelgas y manifestaciones contra las malas condiciones de trabajo. Son cientos de miles de trabajadoras que producen indumentaria para las principales marcas del mundo. Esta semana volvieron a salir a las calles y entraron en huelga en más de 300 fábricas para exigir un aumento de salarios al nivel de la inflación.

Juan Andrés Gallardo

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Viernes 3 de noviembre de 2023 12:58

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Decenas de miles de trabajadoras y trabajadores del sector textil de Bangladesh se declararon en huelga, abandonaron las fábricas y salieron a las calles a protestar.

En Bangladesh se producen las prendas de las principales marcas del mundo a expensas de una mano de obra semi esclavizada y en su mayoría femenina que hace años pelea por mejores condiciones de trabajo y salario.

Desde el miércoles de esta semana más de 300 fábricas se encuentran cerradas (50 más han sido saqueadas o quemadas) y han comenzado las movilizaciones en las que las y los trabajadores exigen que se tripliquen sus salarios (de 75 a 210 dólares).

Miles de trabajadoras abandonaron las fábricas ubicadas en el área industrial de Mirpur, en la capital, Dacca, paralizando su actividad.

El presidente del Grupo Epyllion, Reazuddin Al Mamoon, que encabeza uno de los mayores grupos textiles de Bangladesh con más de 24.000 empleados, y capacidad para imponer las condiciones laborales y salariales, afirmó que mantuvieron cerradas todas sus fábricas en la zona "por precaución". Ya en otras ocasiones los trabajadores tomaron las fábricas del Grupo Epyllion como punto de referencia para pelear por sus reclamos por el impacto tanto en la producción interna como por las marcas que representa a nivel internacional.

Los y las textiles de Bangladesh comenzaron la semana pasada sus protestas exigiendo una mejorar salarial, y aunque venían siendo mayoritariamente pacíficas, se tornaron violentas el lunes tras la brutal represión policial que dejó al menos dos trabajadores muertos, lo que encendió la mecha de la bronca desatando las jornadas del miércoles.

Según el director ejecutivo del Centro de Solidaridad de Trabajadores de Bangladesh, Kalpona Akter, los trabajadores exigen un salario mínimo mensual de 23.000 taka (unos 210 dólares) para compensar la inflación en el país asiático, pero los propietarios sólo aceptan pagar 10.400 taka (unos 94 dólares).

Estas protestas se producen en medio de una tensión creciente en Bangladesh, donde el pulso entre la oposición y el Gobierno se ha cobrado al menos 11 vidas desde que la Policía frustró una importante manifestación de la oposición el 28 de octubre, según la organización internacional Human Rights Watch.

El sector textil en Bangladesh representa casi el 85 por ciento de las exportaciones totales del país, por un valor de 55.000 millones de dólares al año (en 2022).

La industria de la confección emplea a millones de trabajadores, y el 80% son mujeres. En las 50 principales fábricas, que agrupan a la mayoría de las trabajadoras del sector, y producen para cadenas internacionales como Zara, H&M y Uniqlo, son conocidas por las condiciones de explotación, los bajos salarios y la inseguridad de sus instalaciones.

Bangladesh ha enfrentado cuestionamientos durante años debido a las malas condiciones laborales, especialmente después del colapso del complejo Rana Plaza en 2013, en el que 1.100 trabajadoras y trabajadores murieron y 2.500 resultaron heridos. Las principales marcas de ropa que tercerizan su producción allí prefieren callar o emitir comunicados diciendo que investigarán las acusaciones, aunque nunca se realizan efectivamente.

En toda la región del sudeste asiático, así como en el golfo de Bengala, las condiciones laborales de los y las trabajadoras son insoportables. El sector textil en particular se destaca por esto y por los bajos salarios. Sin embargo, las y los trabajadores de Bangladesh vienen saliendo a las calles desde hace años y han aprendido de las traiciones de los empresarios y del Ministerio de Trabajo, han aprendido sobre el rol de la Policía y han sentido la represión en carne propia, como así también han venido haciendo un ejercicio de huelgas, movilizaciones y protestas que crece en fuerza y organización año a año.


Juan Andrés Gallardo

Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario

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