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Red Internacional
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Crisis climática. Récord mundial de temperatura: ¿a dónde nos está llevando la anarquía capitalista?

En los últimos meses, la temperatura media mundial ha alcanzado un pico repentino. Sus consecuencias son un anticipo de un calentamiento que puede llegar a +1,5°C -o superarlo- si se mantienen las tendencias actuales. Una situación que pone de manifiesto una vez más la urgencia de tomar las riendas de las colosales fuerzas productivas que hoy están impulsadas por la anarquía capitalista.

Jueves 15 de junio de 2023 19:25

En los últimos días, la temperatura media mundial ha registrado un repunte tan repentino como elevado. El último viernes, por ejemplo, alcanzó un máximo histórico para el mes de junio de 16,77°C, es decir, 0,9°C por encima de las medias de los años 1.979 a 2.000.

Una situación en la que coinciden anomalías récord de la temperatura del mar en el Atlántico Norte y niveles mínimos de hielo marino en la Antártida. Aunque es evidente que estas anomalías históricas están relacionadas con el cambio climático, su intensidad y su carácter extremadamente repentino han sorprendido a muchos científicos que trabajan en el tema.

Hay debates en curso para tratar de rastrear el origen de esta situación extremadamente preocupante. ¿Se ha alcanzado un "punto de inflexión"? ¿Se debe la situación al regreso, a principios de junio, del fenómeno climático de El Niño, que provoca un aumento de las temperaturas? ¿Tendrá algo que ver la reducción de las emisiones de dióxido de azufre, un gas nocivo procedente de la combustión de los carburantes de los barcos y de la industria, que provoca un descenso de las temperaturas?

El análisis se ve dificultado por la indiscutible pero compleja relación entre las condiciones meteorológicas en un momento preciso y la evolución global del clima bajo la influencia de las emisiones de gases de efecto invernadero. Del mismo modo, la gran complejidad del sistema climático hace que la situación sea sin duda el resultado de una multiplicidad de factores interconectados y vinculados al calentamiento global en curso.

Poblaciones expuestas a un calor récord

La única certeza por el momento es que habrá consecuencias dramáticas para los habitantes y la biodiversidad a escala planetaria. Un mapa de las anomalías de temperatura ayuda a comprender la amplitud de la situación: el último 11 de junio se observaron en muchas regiones desviaciones recurrentes de +6 a +8°C o incluso +10°C con respecto a la media de los años 1979-2000.

Mapa de las anomalías de temperatura del 11 de junio comparadas con la media del periodo 1979-2000. Reanalizador climático.

En China, que se enfrenta a olas de calor desde hace varias semanas, se alcanzó un nuevo hito con una temperatura oficial de 48,5°C registrada el domingo 11 en Xinjiang. Todo un récord para China en junio. Mientras tanto, India se ve igualmente afectada por varias olas de calor: el este del país registró el sábado último temperaturas de entre 42° y 45°C. Combinadas con humedades relativamente altas, crearon condiciones meteorológicas húmedas potencialmente letales. El cuerpo enfrentado a un calor intenso ya no puede enfriarse adecuadamente mediante la transpiración, si el aire ambiente está demasiado cargado de humedad.

El vecino Bangladesh se enfrenta a un calor similar, al que se suman los sucesivos cortes de electricidad. También en Vietnam, la producción de electricidad, reducida por la sequía y sacudida por la fuerte demanda debida a la necesidad de refrigeración, no ha resistido el embate, dejando a la población enfrentada a múltiples cortes y a un calor intenso.

Fuera de Asia, México, el Caribe y Puerto Rico también se enfrentan a un calor extremo. Mientras tanto, también se superan los valores normales de la temporada en Europa, África y Sudamérica, y continúan los incendios forestales en Canadá.

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Esta situación deja a millones de personas expuestas a un calor intenso y potencialmente letal. Los casos de Vietnam y Bangladesh ilustran también el papel decisivo de las condiciones de vida de la población en su capacidad para hacer frente a estos episodios de calor. La calidad de las viviendas, el trazado de las ciudades y los espacios verdes, la posibilidad de pagar los equipos de refrigeración cuando los Estados no garantizan ni esos equipamientos básicos, la solidez de las infraestructuras energéticas o la posibilidad de interrumpir una actividad profesional al aire libre o físicamente agotadora son, de hecho, los elementos decisivos para hacer frente al calor. Elementos todos ellos de los que se ven privados los trabajadores más precarios y las poblaciones de los países dominados, convertidos en sacrificables por las patronales y sus gobiernos frente a la crisis climática.

Un breve vistazo a un mundo con aumentos de temperaturas que se acercan a +1,5°C

El 8 de junio, el pico de temperatura fue tal que, durante un día, la temperatura media mundial alcanzó +1,51°C en comparación con la era preindustrial. Las altas temperaturas actuales y sus devastadoras consecuencias ofrecen, por tanto, un breve atisbo de un mundo a +1,5°C. Precisamente lo que sería el hipócrita objetivo de limitar el calentamiento global para 2100, fijado por los distintos Estados, con los imperialismos a la cabeza, durante los acuerdos de París en 2015.

Este "objetivo" de 1,5°C ya sería devastador para la vida de millones de personas, como ilustra la situación actual. Pero, evidentemente, en manos de los Estados y de los empresarios, se superará con creces. Así, en mayo, la Organización Meteorológica Mundial advirtió de que había un 66% de probabilidades de que el aumento de la temperatura global superara temporalmente al menos 1,5°C... ¡antes de 2027!

En 2021, un informe de Naciones Unidas estimaba que las políticas estatales conducirían a un calentamiento de 2,7°C si se aplicaban. Una trayectoria que llevaría a 2.000 millones de personas a estar expuestas a temperaturas insoportables en 2030 y a 3.700 millones en 2090. Aunque las emisiones deben reducirse a la mitad de aquí a 2030, un estudio publicado el 8 de junio en Earth System Science Data concluye que nunca han sido tan elevadas y que el calentamiento global se intensifica a un ritmo frenético, a más de 0,2ºC por década.

En resumen: la gran burguesía sigue contaminando masivamente para acumular cada vez mayores beneficios, con la ayuda de los Estados y sus gobiernos. Ante este futuro infernal que nos prometen, del que el actual repunte de la temperatura es sólo una pequeña muestra, es vital la lucha por una revolución socia internacional, obrera y socialista. Una perspectiva sólo concebible a condición de acabar con un sistema capitalista cada vez más ecocida, independientemente de quién intente hacerlo durar, desde los Estados hasta las multinacionales a las que apoyan.

Sólo la alianza de los trabajadores con todos los oprimidos puede hacer posible la construcción de una alternativa, mediante la organización independiente y la movilización de trabajadores y trabajadoras que ocupan posiciones centrales en la producción, para poner fin a un sistema que ataca sus condiciones de vida y su medio ambiente, en todo el mundo. Esto es algo que debe debatirse en el seno del movimiento por el clima y de la juventud que ha salido a las calles en los últimos años contra el ecocidio, para llegar a una estrategia viable por nuestro planeta.

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