Participaron el referente del Movimiento Evita y funcionario a cargo de la Secretaría de Economía Social, Emilio Pérsico. También, los dirigentes de la CTA-Autónoma Ricardo Peidró y Hugo "Cachorro" Godoy, además del dirigente Juan Grabois.
Domingo 7 de agosto de 2022 19:15
Foto: La Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), en la marcha de San Cayetano | Pepe Mateos - Télam
Las organizaciones sociales y políticas que conformaron la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) realizaron este domingo una nueva edición de la marcha de San Cayetano, desde la iglesia ubicada en el barrio porteño de Liniers hacia la intersección de las avenidas De Mayo y 9 de Julio.
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Bajo el lema "Pan, paz, tierra, techo y trabajo", una larga columna con banderas de la UTEP, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Somos Barrios de Pie, el Frente Popular Darío Santillán, el Movimiento Evita y de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), entre otras, se concentró a partir de las 8 en Cuzco y Rivadavia y minutos después inició la movilización hacia el centro porteño.
Durante el acto que empezó pasadas las 14, el secretario gremial de la UTEP, Gildo Onorato, sostuvo que "lo que falta no es trabajo sino derechos laborales de la mayoría".
"Si nos movilizamos es porque hay problemas", dijo, pero recordó que los movimientos sociales de la UTEP son "garantes de la paz social" y recordó que las crisis las sufren los sectores más humildes que "se hacen más pobres".
A pesar de estos planteos, desde las organizaciones convocantes no señalaron si más allá de esta fecha realizarán nuevas movilizaciones contra la situación que se vive entre los sectores más precarios, como vienen haciendo desde hace meses las organizaciones sociales independientes.
Del acto participó el referente del Movimiento Evita y funcionario a cargo de la Secretaría de Economía Social, Emilio Pérsico. También, los dirigentes de la CTA-Autónoma Ricardo Peidró y Hugo "Cachorro" Godoy, además del dirigente Juan Grabois. El espacio parlamentario de Grabois viene de amenazar con tomar distancia del Frente de Todos en el Poder Legislativo, luego de haber votado con el oficialismo importantes leyes de ajuste.
“Reafirmar hoy ’Tierra, techo y trabajo’ y el Salario Básico Universal (SBU) son claros ejes de una agenda que el Gobierno debe priorizar y la unidad del movimiento popular tiene que lograr que así sea", señaló el dirigente gremial, Cachorro Godoy.
Cuál es la agenda del Gobierno
El Gobierno ya dijo que no piensa dar siquiera un salario básico universal de 14 mil pesos. Más que salario sería otra ayuda de subsistencia mínima que equivale a una séptima parte de lo que necesita una familia para no ser pobre. Fue una de las primeras expectativas que se encargó de pinchar la fugaz ministra de Economía, Silvina Batakis, tras la renuncia de Guzmán. Dichas expectativas habían aumentado tras un discurso de Cristina Kirchner en el que hizo mención al referente Juan Grabois como su impulsor.
El actual superministro, Sergio Massa, ni bien asumió, anunció un paquete de medidas de ajuste, entre las que no podía faltar el ataque a la población que recibe planes sociales. En este contexto, el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, mantendrá esta semana una ronda de reuniones con intendentes del conurbano bonaerense para avanzar en la organización de la auditoría que realizarán universidades públicas sobre el funcionamiento del Potenciar Trabajo, con la intención de “reordenar” los planes sociales.
Beneficiarios y beneficiarias del programa responderán encuestas que les harán estudiantes universitarios. A partir de esa información, el ministro de Economía aseguró que "quien no cumpla" con los requisitos y compromisos que impone cada programa "recibirá la suspensión del plan y, en paralelo, la liquidación se cruzará con las bases de datos de la Anses".
En vez de poner las universidades verdaderamente al servicio de resolver las necesidades más urgentes de las mayorías populares, las quieren poner al servicio del ajuste.
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El objetivo de “reordenar” la asistencia social va a tono con lo que también manifestó Cristina Kirchner en un discurso, sobre la necesidad de desplazar a las organizaciones sociales que actúan como “intermediarios” en la administración de planes sociales. Cristina dijo que deberían ser administrados por el Estado, lo que en la práctica sería a través de intendentes y gobernadores. Horacio Rodríguez Larreta coincidió con esta propuesta.
Por otra parte, Massa volvió a insistir con la idea de “transformar los planes sociales en trabajo”. Anunció que avanzará con la idea de integrar a la población que cobra el Potenciar Trabajo al mercado laboral. Siguiendo el esquema que ya implementaron en sectores muy precarios como construcción, rurales y gastronómicos, las empresas que quieran emplear a beneficiarios del plan tomarán su valor como parte del sueldo y completarán el resto.
La persona mantendrá el plan durante un año de trabajo. Finalizado ese plazo, podrá “elegir” seguir trabajando en blanco o quedarse con el plan. ¿El trabajador elegirá? ¿o será la empresa la que decidirá si tomarlo en planta pagándole el sueldo completo o “renovar” con nuevos beneficiarios con sueldo subsidiado un año más? Lo presentan como un beneficio para que la persona pueda trabajar en blanco sin perder el plan, pero es una forma de subsidiar los sueldos que deberían pagar las empresas vía planes.
El Gobierno ataca y estigmatiza a la población más pobre que solo tiene una ayuda de subsistencia. Mientras, se preocupa más por mantener “la paz” con los especuladores, los sojeros, los banqueros, los monopolios alimenticios, para quienes anuncia más beneficios. Los massazos son para los y las de abajo.
Distintos sectores patronales presionan, salen a la calle, toman medidas de fuerza como lock out (transporte) o cese de comercializaciones (apropower). Amenazan con desabastecimiento y todo tipo de extorsión. El Gobierno cede. La dirigencia de los sindicatos no mueve un dedo, mientras la clase trabajadora ocupada y desocupada paga los platos rotos.
Hay que redoblar la movilización en unidad con el conjunto de la clase trabajadora, que la conducción de los sindicatos rompa la tregua que mantiene desde el macrismo y salga a la calle. La única forma de imponer una salida que responda a las necesidades de las mayorías, es uniendo la fuerza de la clase trabajadora ocupada, desocupada, precarizada y a los sectores del pueblo pobre que más sufren el ajuste al servicio del FMI como monotributistas y cuentapropistas.