En el Plan Fines, los estudiantes ven como una opción al terminar el secundario ser policía. El debate se abre en el aula.
Viernes 4 de noviembre de 2016
El Plan Fines nació como un programa educativo informal bajo el gobierno kirchnerista que tiene como objetivo terminar el nivel secundario en tres años con una cursada de dos días a la semana.
La brecha para terminar el secundario, se abre cada vez más, a partir de la respuesta del Estado frente a las terribles condiciones de vida de los jóvenes de los sectores más vulnerados.
Sin ir más lejos, el proyecto Plan Aprender 2016 para “medir la calidad educativa”, se realizó desconociendo la realidad en la que trabajan y viven tanto estudiantes como docentes.
En el aula, algunos alumnos plantean la idea "salvadora" que ser policía es conseguir trabajo a futuro.
Para contextualizar esto, es importante aclarar que esta semana con el gobierno de Cambiemos están llegando más de 930 efectivos de fuerzas federales al conurbano, y a viva voz, vienen planteando la reconciliación con las fuerzas represivas. Pero tampoco se puede olvidar que fue el gobierno de Scioli en la provincia de Buenos Aires quien dejó como legado un escuadrón de cien mil policías en la calle. Esto impactó en el ámbito educativo y alimentó la idea de que en pocos años los jóvenes reciben su título secundario, sumado a seis meses de "instrucción", ya pueden ser policías.
Como olvidar la campaña electoral del 2015 cuando se peleaban entre todos los candidatos, salvo el Frente de Izquierda, para ver quién ponía más policías y gendarmes en vez de resolver los problemas estructurales, incluso Massa propuso el Ejército a las calles.
Actualmente frente al ajuste de Macri y los gobernadores del FpV no dudaron en apretar, amenazar y reprimir: despedidos estatales de La Plata, Cresta Roja, los niños de la murga en CABA, las torturas a los integrantes de La Garganta Poderosa y el ataque en Tierra del Fuego y Santa Cruz donde intervinieron las fuerzas represivas hostigando a los trabajadores.
Cuando hablamos de policías, hablamos del crimen organizado, la trata de personas, el narcotráfico ó desarmaderos de autos.
Luciano Arruga, fue el pibe de La Matanza que le quitaron la vida por no querer salir a robar para la Policía y como él, otros jóvenes del conurbano desaparecen o se “suicidan” en el calabozo.
Cuando decimos que la policía es el brazo armado del Estado, estamos diciendo que está para defender los intereses opuestos al de los trabajadores y el pueblo pobre.
Los problemas estructurales de esta sociedad no han sido resueltos, salud, educación, trabajo, acceso a la cultura y viviendas; las campañas electorales de los partidos tradicionales, se basan en promesas y más policías en las calles, para cuando salte a la luz que la realidad de la gente está igual o peor.
Los que ajustan a los trabajadores se preparan, saben que se avecinan tiempo conflictivos, porque cuando el sueldo no alcance, los salarios no aumenten, avancen con suspensiones y despidos, si la realidad de las mujeres no cambia, y la juventud no accede a derechos elementales, saldrán a las calles para cambiar su realidad.
Este 19 de noviembre, la izquierda tiene el desafío de llenar Atlanta, el Frente de Izquierda, es la única alternativa política que denuncia el rol de las fuerzas represivas, los ataques y persecución en todo el país. Los trabajadores que se organizan y salen a la lucha mientras la policía cuida los intereses del Estado y los empresarios, las mujeres que toman las calles por sus derechos pero son reprimidas como ha sucedido en Mar del Plata y Rosario en los Encuentros Nacionales de Mujeres y la juventud estudiantil y trabajadora que es perseguida por portación de cara, criminalizando la pobreza, están invitados a fortalecer una alternativa política propia.