El Taller Total, que funciono desde 1970 hasta 1976 en la FAU-UNC, desarrolló una experiencia política y pedagógica inédita en la educación superior Argentina y Latinoamericana.
Miércoles 31 de agosto de 2016
La Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba (FAU-UNC), como se llamaba en ese entonces, a fines de los ´60 y principios de los ´70 estaba atravesada por procesos y discusiones que confluyen para dar origen al Taller Total.
Las preguntas centrales eran cómo concebir la arquitectura en aquella época y al servicio de qué. Hoy estas preguntas tienen plena vigencia. En aquella época, al menos tres ejes atravesaban las discusiones que estudiantes y docentes se intentaban responder:
En primer lugar, estalla una crisis, agudizada desde 1966 a causa de una “especie de vacio docente y falta de objetivos para la carrera y la profesión” [1]. Además, y vinculado a lo anterior se cuestionaba el “sentido y la función de la carrera de arquitectura, la formación profesional, el rol del arquitecto, que se desarrollan en todo el mundo y, especialmente, en América Latina” [2] . Y un tercer eje basado en el movimiento estudiantil que “retoma en 1969 un impulso perdido desde 1967 cuestionando el papel social de la institución universitaria y de la función de los contenidos de enseñanza” [3].
El objetivo era lograr una experiencia para consolidar la formación de un profesional al servicio de los problemas sociales, y transformar de manera radical el régimen de enseñanza vigente de la Arquitectura. En este marco, la relación docente-alumno debía cambiar completamente, como así también, el Plan de Estudios. Estudiantes, Docentes y Profesionales, planteaban una carrera para una universidad abierta a las luchas sociales y políticas de esos años.
Repensar las instituciones… repensar al mundo
En 1966 los militares dan un nuevo golpe de Estado e intervienen las Universidades, lo que significó para la FAU el desmantelamiento de los equipos docentes de composición arquitectónica por un lado y, por otra parte, hasta 1968, tuvo que sobrevivir a costa de una reorganización deficitaria de las cátedras y de constantes “crisis de autoridad”.
Aun así, entre los estudiantes ya existía la preocupación acerca del papel arquitecto y la proyección de la arquitectura en una sociedad “de cambio. Logran romper con las posturas reformistas de la época y se concentran en los planteos de cuestionamiento del rol social de la institución universitaria y de la función de los contenidos de enseñanza.
A esto se le suma las jornadas vividas durante el Cordobazo, en Mayo del ´69 que, como dice un articulo elaborado por el equipo pedagógico del Taller Total en 1971, “logra impulsar y consolidar el surgimiento de un movimiento estudiantil que aparece preparado para enfrentar la nueva situación universitaria, enmarcándose en las luchas y corrientes generadas por la situación política del país (…) La universidad en sí misma y sus reajustes internos dejan de preocupar al estudiantado que ahora incorpora a la Universidad dentro de un análisis político más amplio que no la separa –en su función social- de otras instituciones del sistema capitalista y la visualiza como cumpliendo las funciones de selección y acomodamiento al sistema al que este asigna a sus instituciones para autoconservarse”.
De la “verticalidad” a la totalidad
Un antecedente del Taller Total fue el denominado “Taller Vertical” que consistía en juntar todos los niveles, todos los años de la carrera e integrarlos a un contexto mayor. Esto permitió desarrollar la plena conciencia de que la arquitectura es uno de los movimientos que mayor impacto social tienen y que más influyen en la vida cotidiana.
El Consejo Académico que asume en el año 1970 pone en funcionamiento los “Talleres Verticales”, integrados por alumnos de distintos años más un profesor titular y un “asociado”. Pero dejaban la elaboración del marco teórico exclusivamente a los estudiantes del último año, que estaban elaborando las Tesis finales de la carrera.
A causa de esto, se empieza a oír el descontento por parte de todos los sectores que participan en este nuevo “proyecto” institucional cuestionando al mismo como “simple cambio formal y no estructural de la enseñanza”. Esto genera por un lado Asambleas docentes para analizar la situación y, por el otro, los estudiantes de todos los niveles ponen en marcha los “Talleres Verticales” mediante publicaciones, discusiones, conferencias, etc. planteándose qué es el aprendizaje, qué es la educación, qué es la formación de un arquitecto, entre otras cuestiones.
Como consecuencia, tanto los estudiantes como los profesores, alejándose del Consejo Académico y a modo de síntesis, empiezan a prefigurar lo que será el Taller Total con una serie de pre configuraciones:
En primer lugar, cuestiona al dogmatismo del Movimiento Moderno iniciado por el Team X, con los inicios del regionalismo, el desarrollismo y la arquitectura de sistemas.
En un segundo lugar, el eje del Taller Total era el trabajo integrado dentro del taller de arquitectura compuesto por alumnos de todos los niveles, trabajando en un mismo tema, pero con un grado de desarrollo y profundidad acorde al nivel al cual pertenecía cada estudiante.
También se proponía un cambio en la función del alumno, quien pierde la función pasiva de mero receptor de la información que le baja el docente, para pasar a un rol activo y crítico en la elaboración de los objetivos del taller, en la selección de 1contenidos y en la evaluación de docentes y pares.
Por otra parte planteaba un cambio a nivel docencia. El profesor debía no sólo proveer contenidos sino también promover la síntesis en el proceso de diseño de cada alumno. Trabajaba junto a estudiantes y colegas de diferentes especialidades incorporándose en una tarea demandante pero dinámica que lo alejaba de la práctica mesiánica y reiterativa de la docencia convencional.
Por último, es el hecho de que el Taller Total implicaba una actitud crítica y participativa por parte de todos los integrantes de la universidad como único medio para formar arquitectos y profesionales de otras carreras comprometidos con la realidad social del país y del mundo.
La vigencia de la experiencia del Taller Total
La experiencia del Taller Total, a pesar de haber sido ocultada y silenciada a partir del sanguinario golpe del 76, continúa ejerciendo una importante influencia en las Facultades del país y de otros países. Cobra vigencia para poner en cuestionamiento el pensamiento único que se imparte no solo desde la actual FAUDI, sino de la UNC de conjunto, pensando a los estudiantes por fuera de todo proceso transformador.
En los últimos años se intensificaron en Córdoba y en el país la toma de tierras, como consecuencia de un déficit estructural que afecta a millones: la vivienda digna. Además, en la ciudad cotidianamente resaltan los problemas de infraestructura, la higiene urbana, y se nota en los barrios la falta de Escuelas, Hospitales y dispensarios de salud. Al mismo tiempo que el actual modelo de desarrollo impulsado por las empresas constructoras, y sin ningún tipo de control, tuvo consecuencias mortales en las inundaciones de Sierras Chicas.
Estas problemáticas a las que el Estado no da respuestas, son las mismas que aquellos estudiantes y docentes de los ´70 en el Taller Total abordaron en conjunto con los sectores obreros y populares. Su experiencia hoy tiene plena vigencia.
Notas
[1] Noviembre de 1971. “La experiencia del Taller Total”. Los Libros “Para una crítica política de la cultura”,23(7). Argentina.
[2] Idem
[3] Idem