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Red Internacional
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TIEMPO LIBRE. Tecnópolis, la ciudad donde la tecnología “brilla” por su precariedad

Sábado. Viajé hasta Villa Martelli en busca de iluminarme con la muestra y mi hijo para ver los famosos youtubers, juegos tecnológicos y deslumbrarse con todo el despliegue de una muestra que por su nombre dejaría pasmado al mismísimo Tesla. Pero no pasó así.

Jueves 28 de julio de 2016

Tengo que reconocer que la concurrencia era por demás masiva, excesivamente masiva. Esto no solo era cautivante, sino que la muestra no está diseñada para tanta acumulación de personas. Más que promover la tecnología, se prioriza el consumo; se imposibilita disfrutar de cada sector porque hay que esperar entre 45 minutos a una hora haciendo cola para ingresar.

Una vez ingresado al primer sector (ganó mi hijo el primer acceso) sobre juegos de video, un gamer se acerca al grupo para explicar el funcionamiento de ese sector, interactuando con el público para luego liberarlo para interactuar con consolas como la Xbox, la Play 4 y pc. Supuse que mostrarían algo más de lo que se puede tener en casa, pero los turnos eran obviamente cortos por la cantidad de gente; 10 minutos fueron suficientes para dejar con las ganas a cualquier chico o adolescente que ingrese. Luego nos dirigimos hacia el sector de videojuegos, pero si bien el ingreso era continuo, ninguno de los que retroalimentaban el sector jugaban por que no había coordinación de turnos… imposible, pasamos de largo mirando nomás.

Cuando nos quisimos dirigir hacia los youtuber, que mi hijo pensó que era como una rueda de prensa para hacerles preguntas y otras cuestiones. Primero no estaba explícito donde se encontrarían; muy cerca de las 15 horas lo anunciaron en las pantallas pero ya estaba la cola gusano de más de 100 metros aproximadamente, entonces decidimos comer algo. Por suerte llevamos nuestra vianda, porque la bebida era una botellita de 500 cc. de la marca imperialista ¡a $35 cada una! Imposible para una familia tipo, ni hablar de la comida que era macdonaliana y cada familia que compraba no gastaba menos de $400 a $500 solo en comer. Luego anunciaban que los youtuber por cuestión de espacio reducido iban a ser proyectados en pantalla por saturación del lugar. ¿De qué se trataba? De un show tinellesco, imitando una historia relatada con extractos de canciones. Mi hijo decepcionado.

Entonces nos trasladamos hacia algún sector de ciencia a ver que encontrábamos; solo tres lugares eran los que proponía: los puntos de encuentro 03 (YPF Espacio de energía), 32 (La nave de la ciencia) y 10 (La casa de Newton). Si bien la cola de ingreso en 03 era relativamente accesible, la bajada de línea era promover más aún el uso de hidrocarburos como energía, algo con lo que no estoy de acuerdo. Luego en el 32, La nave de la ciencia no llevaba ciencia en su interior. Allí solamente se daba el show de los youtubers y nada más. Entonces nos dirigimos a la casa de Newton, con ese nombre debería haber mucha ciencia para todos y todas. En el ingreso se encontraba un cartel donde explicaba las medidas de seguridad: que no era apta para cardíacos, menores de menos de 1,20 metros y demás, pero la cola de ingreso avanzaba promedio 1 metro cada 40 minutos (se extendía hasta nuestra llegada a la misma, un poco más de 60 metros, promedio… no nos íbamos más de allí). En cada sector, alrededor de las filas de espera, un sinfín de vendedores ambulantes rodeaba ansioso de vender, y tenían mucha eficacia porque la gente compraba sin medida alguna.

Entonces la muestra Tecnópolis no es más que un gran show sin tecnología, donde el consumo prioriza la espera y la decepción es lo único que prospera en Villa Martelli.