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Red Internacional
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Universidad. UNSAM: ¿Donde están los consejeros estudiantiles y los centros que conduce el Kirchnerismo?

Mientras el COVID-19 avanza en el país y aparece en primer plano la crisis económica, les consejeres estudiantiles y centros de estudiantes dirigidos por el Kirchnerismo se mantienen en absoluto silencio.

Martes 21 de abril de 2020

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Las dificultades que padecen les estudiantes frente a la "novedosa" virtualidad de la educación no son para nada nuevas sino, por el contrario, responden a problemas estructurales que el Estado y los distintos gobiernos acrecentaron cada vez más. Según los datos del ENACOM, apenas un 65% de los hogares tiene acceso a internet fijo. Por otro lado el nivel de precarización laboral en la juventud supera el 60%. Lejos de una normalidad que muestra la UNSAM en sus páginas oficiales con clases de yoga y torneos de juegos online, la realidad de la mayoría de les estudiantes, de los cuales más de un 70% es primera generación de universitarios, está atravesada por estos problemas.

La realidad de la juventud precarizada no es ajena a la vida estudiantil

Según datos publicados en la propia página de Unsam, de un total de 6324 casos, el 60% de les estudiantes trabaja. Más de la mitad lo hace más de 20 hs por semana. Además, un 23% busca trabajo y no consigue, es decir, están desocupados. Si consideramos el nivel de precarización y la cantidad de despidos que se han producido en el país de trabajadores informales, sumado a las rebajas de salarios como en las cadenas de comidas, la situación de la juventud y de les estudiantes en particular está lejos de poder hablar de “normalidad” en las cursadas.

Ver: La UNSAM en números

Mientras los datos están a la vista, el rector Carlos Greco aparenta un clima de total normalidad con la implementación de las clases virtuales. Pero lo más alarmante, es que este clima sea acompañado por los centros de estudiantes y consejeres estudiantiles, en particular les referenciades en el Kirchnerismo nucleados en el frente Somos UNSAM. El caso del CEI (Centro de Estudiantes IDAES) es tal vez el más evidente. Han sacado un comunicado celebrando los esfuerzos de la universidad, romantizando el esfuerzo de les docentes que de un dia para otro tuvieron que armar sus clases virtuales, y el esfuerzo del personal administrativo, que como bien dice en el comunicado que publicaron: " El departamento de alumnes se encuentra trabajando sin parar desde un principio".

Ver comunicado del CEI

Pero si bien este es el caso más brutal, hay otros casos que expresan el total alineamiento de los centros con las autoridades. En psicopedagogía (Humanidades) funciona, con el aval del CEHUM, la modalidad semi virtual como resolución a la falta de aulas y cargando con el doble de trabajo a los docentes. El CEPyG conducido por el Frente Universitario Néstor Kirchner se limita a subir resúmenes de estudiantes, y el CEIAMK brilla por su total ausencia. Es decir, embellecen las clases virtuales invisibilizando a les que no pueden acceder a las mismas.

A su vez, en la escuela de humanidades se encuentran varios profesorados donde muches estudiantes ya están dando clases. Frente a esto, tienen que lidiar entre cursar las clases virtuales y armar sus propias clases con todas las dificultades arriba mencionadas.

¿Quién toma las decisiones?

A su vez, mientras las decisiones, sin ninguna consulta a la comunidad, se centralizan en una sola persona, el rector Carlos Greco, ¿Donde están lxs consejerxs?
Teniendo la totalidad de los cargos estudiantiles del campus miguelete, ni unx fue capaz de exigir una reunión de Consejo para discutir el qué hacer frente a una situación excepcional como la que vivimos. Es decir, ceden todas las decisiones a una sola persona. Se retrocede más de 100 años a la reforma de 1918 donde se consiguió la participación estudiantil y los órganos de cogobierno de las universidades.

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Este problema no solo afecta en el futuro de nuestras cursadas, sino también en cómo la universidad va a aportar en el enfrentamiento de la pandemia. Una Universidad que cuenta con el espacio, infraestructura y capital intelectual para poder aportar frente a la crisis sanitaria, económica y social como la que vivimos no puede quedar en cuarentena. La noticia anunciada del avance en el desarrollo de un test rápido de detección del coronavirus es una muy buena noticia y demuestra las capacidades de la universidad pública.

Pero hoy la situación también se transforma de crisis sanitaria a social y económica. Ante esto la convocatoria a estudiantes, docentes e investigadores para participar activamente tanto en poner en marcha iniciativas como en decidir democráticamente donde destinar recursos y esfuerzos es fundamental. Se podrían hacer relevamientos y análisis de los lugares más golpeados del territorio de San Martín para saber donde dirigir los mayores esfuerzos, producir viandas en el comedor Mensa que tiene la universidad, o fabricar insumos como alcohol en gel o jabón en los laboratorios de la universidad. La fabricación de mascarillas con impresoras 3D a la que se han sumado 100 personas de la UNSAM muestra que disposición a organizar la solidaridad desde abajo está, se necesita poner todos los recursos de la universidad en ello.

Sin embargo tenemos que detenernos en la convocatoria a voluntaries abierta desde la secretaría de políticas universitarias. La solidaridad que se expresa de estudiantes y docentes refuerza la unidad con sectores de trabajadores y sectores populares. Pero esto no puede usarse para generar trabajo gratuito en puestos que deben ser remunerados. Es el caso de les estudiantes de carreras relacionadas al sistema de salud, les que se sumen a la primera línea de lucha contra el COVID-19 deben hacerlo como trabajadores de la salud con sus respectivos derechos laborales. Les voluntariades no pueden ser usades para cubrir puestos de trabajos que el Estado luego de años de recortes en la salud no cubre.

¿Cuál es el rol de los centros de estudiantes?

Frente a una situación extraordinaria de una pandemia mundial y en vísperas de una crisis económica y social como no se ha vivido en años, los centros de estudiantes tienen que jugar un rol. El silencio de los centros que dirige el Kirchnerismo en la UNSAM no es casual, y se puede entender por dos causas. Por un lado una orientación de centros de estudiantes que solo funcionan como bares y fotocopiadoras, dejando de lado cualquier intento de organización desde abajo de los estudiantes. Por otro lado la integración al régimen universitario y el apoyo incondicional al gobierno nacional.

Es así como buscan pasivizar al movimiento estudiantil, fomentando la salida individual del "sálvese quien pueda" y la división entre estudiantes y trabajadorxs. Como también la indiferencia a lo que pasa afuera de la facultad. Sin ir más lejos, el Hospital Belgrano de San Martín se hizo conocido a nivel nacional por los casos de Covid-19 entre propios médicos, producto de la falta de insumos que denuncian les trabajadores.

Desde los inicios de la pandemia desdela conducción del CECyT junto a decenas de estudiantes se impulsa un comité de solidaridadpara la producción de insumos de higiene en la fábrica bajo gestión obrera Madygraf, y ya se realizaron 3 entregas en distintos hospitales de la zona norte.

Además, la semana pasada el CECyT organizó una asamblea virtual para discutir cómo enfrentar esta situación organizándonos desde abajo les estudiantes. Por un lado se rechazó la toma de decisiones de manera absoluta del rector, que profundizan las desigualdades de acceso a la educación de les estudiantes. Por otro lado se votó el apoyo a la lucha que vienen impulsando les trabajadores de las cadenas de comidas rápidas y comercios, con la conformación de un comité entre estudiantes que son parte de esta realidad y otros jóvenes de la zona.
Esta orientación es la que proponemos desde la juventud del PTS hacia todos los centros de estudiantes de la UNSAM, la organización desde abajo entre estudiantes y trabajadores, para organizar la solidaridad y para defender nuestros derechos frente a los empresarios que buscan salir de la crisis con miles de despidos y recortes de salarios.