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Red Internacional
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Cinismo recargado. Un funcionario del Gobierno criticó el accionar del oficialismo en los incendios: “No lo hemos hecho bien”

Se trata de Fernando Jorge Brom, ex CEO de multinacionales que integra la Jefatura de Gabinete y fue convocado para asumir como subsecretario de Ambiente, ante la renuncia de Ana Lamas a su cargo. Admitió que la gestión le dio “prioridad cero” al manejo del fuego en el país. Tras sus dichos, todavía no fue confirmado en el puesto.

Viernes 14 de febrero 13:21

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Fernando Jorge Brom, el funcionario de la Jefatura de Gabinete que fue convocado para ocupar el cargo de subsecretario de Ambiente de la Nación, aseguró este viernes en una entrevista en radio Mitre que “el tema de bosques y fuegos tiene prioridad cero”. “Es un tema que es una desgracia no solamente ecológica, sino humana. Así que hay que reparar, mitigar y sobre todo prevenir. Y en esto ya se está trabajando transversalmente con otros ministerios. Lo que hay que hacer es tratar de prevenir. Evidentemente no lo hemos hecho bien”, planteó.

Se admiten errores, aunque no se los especifica. No brinda una clara orientación de los pasos a seguir para apagar los incendios que continúan en la Patagonia, Corrientes -donde falleció una docente- y otras localidades de la Argentina.

Además, apoyó la versión del gobierno nacional de Milei y Bullrich que atacan al pueblo Mapuche con causas y persecución como los responsables de los incendios diciendo que “el tema del terrorismo por supuesto que hay que judicializarlo, y obviamente también hay que perseguirlo. Acá ya no se trata de derechos humanos. Cuando se ideologiza y se politiza lo que originalmente son derechos humanos, se transforma en un negocio. La venta y tala de árboles, el incendio de bosques... hay que perseguirlo con todos los medios, tanto legales como judiciales, como del Poder Ejecutivo”.

Fernando Jorge Brom

Brom afirmó que no hubo una “comprensión de que el tema ambiente no es un tema ideológico, sino que es un tema absolutamente ecológico”. Declaraciones muy particulares ya que la relación que tiene la sociedad con la naturaleza, el marco jurídico, las actividades que se dejan realizar o no en ciertos ecosistemas son definiciones enteramente políticas. El negacionismo del gobierno nacional en relación al calentamiento global y los efectos que genera son la base ideológica de su accionar totalmente criminal, teniendo en cuenta la enorme importancia que tienen los ecosistemas que se están incendiando.

Vale destacar que Brom proviene del mundo empresarial, donde se desempeñó como CEO de empresas alimenticias multinacionales como Quickfood SA, Kraft Foods Argentina y Unilever de Argentina. Es decir, con experiencia nula en el área, probablemente sea ideóneo para la explotación, saqueo y destrucción del país, no para proteger el ambiente (más bien para hacer lo mismo en este ámbito) y su designación expresa correctamente los planes del gobierno de Milei para el sector.

Pero las críticas hiciero eco en el gobierno, y en la conferencia del día de hoy, Adorni no ratificó la asunción de Brom ante la consulta por parte de una periodista por las declaraciones en Radio Mitre. En las próximas horas se sabrá si el gobierno nacional lo ratifica o será otra persona la que asuma el cargo.

La importancia para la Argentina de las regiones incendiadas

En la Argentina, al contrario de lo que se suele pensar en el imaginario social, predomina el clima árido o semi-árido en un 75% del territorio continental del país. Es decir que la Argentina es un país árido. El déficit hídrico, es decir, las escasas precipitaciones que están por debajo de los 750 o 500 milímetros anuales, es la normalidad en la mayoría del territorio. Solo en el 25% de la superficie restante posee una fuerte humedad y es donde se concentra la mayoría de la población, base que sustenta la creencia general de que el país es húmedo.

En estas regiones que generalmente son húmedas es donde se están desarrollando los incendios, con bosques maduros desarrollados o una alta extensión de pastizales-matorrales y gran acumulación de biomasa seca con alta inflamabilidad que “ayuda” a que el fuego se expanda, sumado a la gran sequía, las altísimas temperaturas que atraviesa el país y el ajuste que se viene desarrollando hace décadas por diferentes gobiernos en relación al presupuesto del manejo del fuego: poco el equipamiento, nula planificación y precarización de los brigadistas. A esto se suma una urbanización no planificada que se adentra en zonas de interfase, es decir, espacios en donde lo rural-urbano se superponen con los bosques de estas áreas.

Todos estos factores que se combinan en términos sociales y naturales hacen a la situación crítica actual, en áreas que tienen enorme significatividad cultural y socioeconómica y que, como dijimos, son regiones muy minoritarias para el país, realzando su importancia.

Las áreas que se están incendiando son las pocas que posee el país en términos de extensión boscosa y de ecosistemas con una biodiversidad única. Para tomar un sólo ejemplo, la “Selva Valdiviana” que se encuentra en las zonas de Bariloche en el Parque Nacional Nahuel Huapi, es un ecosistema único en el mundo, siendo un bosque templado lluvioso muy singular por sus bajas temperaturas y su aislamiento que generan una enorme biodiversidad. Existen miles de especies que sólo viven en esta ecorregión y no se encuentran en ninguna otra parte del planeta.

La situación de los incendios en el país, sus causas estructurales y la responsabilidad estatal

Un reporte del INTA realizado a partir de imágenes satelitales que se dió a conocer en estos días muestra que hasta el 8 de febrero se incendiaron en la provincia casi 100 mil hectáreas. En estos incendios se da una combinación de quemas intencionales que están asociadas a la actividad agrícola y el avance de la frontera agropecuaria de cultivos de soja y maíz, junto con una sequía extrema que azota a la provincia de Corrientes. Los departamentos correntinos que lideran en cantidad de incendios son los de Curuzú Cuatiá y Mercedes, en áreas del centro sur provincial con fuerte actividad agrícola-ganadera y presencia del agronegocio. Este es una de las razones de los incendios. Por otro lado, el hecho de que haya zonas de humedales que se están incendiando demuestra la gran sequedad del ambiente acumuladas, ya que son paisajes que generalmente por su alta humedad no suelen incendiarse, junto con vientos fuertes que realzan los fuegos y los expanden. Fuegos utilizados para “limpiar” predios y avanzar sobre tierras vírgenes para el agronegocio se combinan con la situación de fuertísimas sequías y altas temperaturas producto del calentamiento global.

En la Patagonia la situación está lejos de estar bajo control. El Parque Nacional Nahuel Huapi tiene incendios que afectan a 10 mil hectáreas y en Epuyén son 6000 hectáreas las afectadas. El Parque Nacional Lanín también tiene cerca de 12500 hectáreas incendiadas y existen otros focos de menor magnitud a lo largo de la Patagonia. Los incendios afectaron a más de 150 viviendas que perdieron todo y hubo evacuaciones en diferentes poblados muy cercanos a estos incendios. Vale aclarar que los datos son de muy difícil acceso y poco transparentes producto de la gestión del gobierno nacional que no los brinda fácilmente.

En esta muy recomendable entrevista, el biólogo e investigador del CONICET Iván Barberá explica la relación entre el cambio climático y la incidencia de los incendios en Argentina, en particular en la Patagonia. Si bien los incendios provocados por humanos son los que priman como causa inicial de estos eventos, su agresividad, expansión y duración se sustentan en los aspectos planteados anteriormente de base “natural”. Incluso, no hay que olvidar la constante intervención de estos biomas a partir de la plantación de coníferas exóticas (pinos no nativos) que son altamente inflamables y que se implantaron para el negocio forestal. Este es otro de los factores que aportan a la alimentación de estos incendios.

Mientras tanto el gobierno nacional de Milei y la ministra Bullrich, a cargo del área de manejo del fuego, junto con los gobernadores patagónicos, culpabilizan al pueblo Mapuche de provocar la quema de sus propias tierras. Prometen agravar las penas por provocar incendios, detuvieron a brigadistas como Nicolás Heredia de manera arbitraria y sin pruebas y, al mismo tiempo, son negacionistas del cambio climático y de los efectos que genera no solo en el país, sino a lo largo del planeta (como vimos recientemente en Los Ángeles, EE. UU.). No declaran la emergencia nacional ígnea ni realizan cambios presupuestarios de magnitud para combatir la situación. La crisis en el área de manejo al fuego es evidente ante la renuncia de Ana Lamas, ex subsecretaria de Ambiente de la Nación, la segunda de Scioli.

En ese sentido, la exigencia al gobierno nacional y provinciales para que destinen los recursos necesarios para apagar los incendios se hace cada vez más fuerte. Este jueves, distintas organizaciones socioambientales realizaron acciones coordinadas en todo el país para denunciar la responsabilidad de los gobiernos en el manejo del fuego y solidarizarse con distintas colectas que se están realizando para brigadistas y afectados.

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Cambio climático y agronegocio

En el mes de enero del 2025 fue el enero más caluroso de la historia desde que se tiene registro, incluso se superó el límite crítico de 1.5ºC por encima de los niveles pre-industriales. Esto sucede a partir del cambio climático generado, en su mayoría, por la emisión de gases de efecto invernadero que colaboran al calentamiento global (también por la deforestación y los cambios en los usos del suelo). Esta situación impacta en la dinámica del ciclo del fuego a lo largo del mundo, que viene cambiando hace unos años.

En California, el mes de enero estuvo signado de fuertes incendios que quemaron cerca de 20 mil hectáreas, dejando un saldo de 29 personas muertas por la deficiencia del gobierno de no emitir un alerta a tiempo para que la población pueda evacuarse en ciudades como Los Ángeles o San Diego. Estos incendios estuvieron activos casi un mes por la enorme cantidad de combustible forestal sin humedad provocado por las olas de calor del 2024 y la falta de precipitaciones junto con vientos fuertes.

Es que, producto de los cambios climáticos a partir del calentamiento global, empieza a darse la coincidencia entre los fuertes vientos debidos al fenómeno de los Vientos de Santa Anna y la temporada seca. Una coincidencia catastrófica que llegó para quedarse. En estos días California se encuentra en estado de alerta, producto de las fuertes tormentas que pueden originar deslaves, que son desplazamientos de grandes masas de tierra por laderas. Esto sucede ya que luego de los incendios, el suelo se vuelve hidrofóbico y el agua de tormentas no logra infiltrarse normalmente y, ante ello, se producen fuertes escorrentías de agua superficiales que erosionan y desplazan el suelo en grandes cantidades. Peligrosísimo en zonas urbanizadas.

Hace unos meses, en septiembre del 2024, en Portugal se produjeron incendios afectando a 100 mil hectáreas por las olas de calor y sequía. En Chile, al día de hoy, se están registrando 22 incendios afectando una superficie de casi 15 mil hectáreas. 14 de estos incendios se dan a la altura de la provincia de Neuquén, en la región de la Araucanía chilena. Los factores son similares: ola de calor, baja humedad por sequías y altos vientos. Recordemos que en el 2024 la ciudad de Valparaíso tuvo incendios que afectaron cerca de 10.000 hectáreas y provocando la muerte de 132 personas, afectándo a 15 mil viviendas que se destruyeron o quedaron parcialmente destruidas. Fue una crimen social.

En Bolivia el 2024 fue un año de una catástrofe ambiental sin precedentes. Cerca de 10 millones de hectáreas sufrieron incendios en la amazonía boliviano que estuvo ardiendo por más de 4 meses y otras 2 millones se incendiaron en otras partes del país. Con esta magnitud de incendios la cantidad de animales muertos es incalculable. En Brasil en el año 2024 se quemaron un total de 22 millones de hectáreas, una superficie casi del tamaño de Rumania. 213.413 focos de incendios se desarrollaron por la peor sequía que sufre el país desde 1950 por su extensión en el tiempo e intensidad. Colombia los últimos reportes muestran que en total 30 mil hectáreas forestales se incendiaron desde que comenzó el 2025 con más de 177 focos.

Estos son sólo algunos ejemplos de estos meses.

Es claro que la multiplicación de los incendios y su intensidad es producto del cambio climático que genera altas temperaturas, cambios en la circulación de los vientos y polarización climática entre fuertes sequías e inundaciones. El agronegocio aporta su cuota a partir de la sobreexplotación del suelo, la deforestación y el uso del fuego para este fin.

En la Argentina se tiene que declarar la emergencia nacional ígnea y destinar el presupuesto que sea necesario para el combate al fuego junto con la reconstrucción de lo perdido en las zonas afectadas. El capitalismo, con su sed de ganancias, destruye el ambiente y sus ecosistemas como lo estamos viendo en el mundo a partir de la expresión de los incendios. La solidaridad por parte de la población y los trabajadores, que se expresa en los lugares donde hay incendios es enorme y son un ejemplo a seguir para enfrentar al negacionismo y sus negociados.

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