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Red Internacional
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Vivas Nos Queremos. Zona norte GBA: una repercusión muy sentida del 19O en el movimiento obrero

Como en todo el país el repudio a los femicidios y la violencia machista se expresó de múltiples maneras en los lugares de trabajo. La inacción de la burocracia y un debate en la izquierda.

Miércoles 26 de octubre de 2016 09:52

En la zona norte del GBA, el 19O y la movilización de #Ni Una Menos se expresó con mucha fuerza mostrando un enorme repudio y rechazo a los femicidios y la violencia machista. Fueron muchas las formas de hacer visible el malestar, el señalamiento al Estado como responsable y la exigencia de que se tomen medidas urgentes y concretas contra este flagelo. Campañas de fotos, videos, debates y charlas fue algo común y muy extendido en muchas empresas y escuelas de la zona.

El profundo problema de la violencia, el hastío y la bronca contra los femicidios se combinaron con los reclamos “históricos” de las mujeres trabajadoras, como a “igual trabajo, igual salario”, categorías y contra la precarización. Cientos de mujeres y varones se expresaron juntos mostrando que la lucha contra la violencia de género y la opresión de las mujeres es una pelea que la clase trabajadora tiene que dar con la unidad de las trabajadoras y los trabajadores. Por lo que esta mancomunión fue un dato destacado de la histórica jornada de lucha. Contrastando con lo que señalan algunas organizaciones y sectores del feminismo que esta pelea es sólo una lucha de las mujeres.

Sin embargo, en este marco de rechazo generalizado a la violencia machista, no todos actuaron de la misma manera.

La burocracia miró para otro lado

Si algo faltaba para demostrar el papel miserable que viene cumpliendo la burocracia sindical con una tregua infinita en el marco del ajuste, fue la negativa a impulsar una medida de paro contundente el 19O, como exigieron distintas organizaciones, empezando por las propias organizadoras de la movilización. A su vez, es notorio el contraste entre el servilismo de esta casta de dirigentes vendidos a los patrones y su estado, con la fuerza y la voluntad de lucha y movilización de cientos de miles de personas que salieron a las calles en todo el país para decir basta de femicidios y exigir medidas concretas contra la violencia de género.

La CGT “unificada” no sólo no paró sino que ni siquiera llamó a movilizar. En algunos lugares en los que la burocracia llamó a parar una hora fue por presión de las trabajadoras o acciones preventivas para lavarse la cara, como por ejemplo tuvo que hacer la UOM en la empresa ATMA de Campana, en la que trabajan más de 300 mujeres y hay mucho descontento por las malas condiciones de trabajo. Algo por el estilo sucedió en la fábrica Kromberg del Parque Industrial de Pilar, en la que tanto el sindicato del plástico como la patronal, que despide y niega mínimos derechos a más de 400 trabajadoras, llamaron a parar cínicamente una hora. Pero también tuvieron que responder a la presión de un grupo de obreras que exigió que se pueda realizar esa medida.

Por el lado de la CTA, algunos gremios llamaron a movilizar pero se negaron a tomar medidas concretas de paro (y hasta negar micros para quienes querían movilizar) como por ejemplo Cetera y Suteba, para que sea aún más masiva la movilización y puedan participar miles de mujeres en un gremio como el docente mayoritariamente femenino. ATE, paró una hora y movilizó.

¿Qué hizo la izquierda clasista?

En este marco, la izquierda clasista y las agrupaciones que impulsan fueron parte de distintas maneras de la jornada del 19O. Cómo se señala más arriba las campañas de fotos fue algo común que recorrió gran parte de las fábricas y lugares de trabajo.

En la fábrica PepsiCo se mostró una clara vanguardia en cuanto a cómo tomar en la práctica concreta este tipo de reclamos tan sentidos. Impulsado por la Comisión Interna, la agrupación Bordó y con la fuerza de las trabajadoras y trabajadores, se venía realizando una campaña desde el Encuentro nacional de Mujeres, se llamó a parar, se votó en asamblea el paro y se realizó contundentemente, siendo la única fábrica que lo hizo en todo el gremio de la alimentación. A su vez, se exigió a la burocracia de Daer que pare y ponga micros para movilizar.

En Mondelez Pacheco (ex-Kraft) el empuje de la agrupación Bordó y la noticia del paro en PepsiCo empalmó con un gran malestar en la base, y la comisión interna y el sindicato se vieron obligados a tener que convocar a asambleas en el turno mañana, se votó a favor de parar de 13 a 14hs y después el sindicato y la interna no hicieron nada para garantizar el paro, desoyendo la voluntad de la asamblea.

En Mondelez Victoria (ex Stani), la agrupación Bordó exigió que se realicen asambleas para votar el paro, pero la comisión interna se negó. Además, la Bordó impulsó una masiva encuesta entre las trabajadoras en la que se demuestra las malas condiciones de trabajo, los abusos de la patronal y de los líderes, que sufren la mujeres trabajadoras.

En la gráfica Madygraf bajo gestión obrera, se realizó una gran campaña de fotos y videos motorizada por la comisión de mujeres con el apoyo de sus compañeros varones. Además se movilizó el día de la marcha.
En Suteba Tigre, se llamó a movilizar y al cese de actividades a partir de las 13hs y a pesar de la negativa del Suteba central a solventar el transporte para la marcha, se salió con un colectivo repleto de docentes. La agrupación Marrón fue parte de impulsar esta participación en el reclamo por #Ni Una Menos.

Estos son algunos ejemplos destacados de cómo desde las agrupaciones que impulsa el PTS en común con compañeros y compañeras independientes, en los lugares de trabajo se tomó con todo la exigencia por el paro y la movilización contra los femicidios, a la vez de levantar las demandas cotidianamente de las mujeres trabajadoras que sufren las peores condiciones laborales y reciben los mayores maltratos.

Lamentablemente, si bien el rechazo a los femicidios es generalizado, no fue común este tipo de práctica en todos los lugares en los que la izquierda clasista tiene responsabilidad de dirección. Por ejemplo en Pilkington, donde el nuevo MAS forma parte de la comisión interna no se exigió a la conducción del gremio el paro ni se realizaron asambleas para parar empalmando con el reclamo de cientos de miles de personas. Esta perspectiva era aún más necesaria en una fábrica que se conmocionó a comienzos de año por un femicidio. Por su parte, en el SUTNA se sacó una declaración de apoyo a la jornada pero no se impulsó el paro en ninguna fábrica lo que pudo haber constituido un gran ejemplo ante la parálisis de la burocracia.

Por la unidad de las filas obreras: paso a la mujer trabajadora!

Los hechos del 19O mostraron que se está poniendo en pie un histórico movimiento por los derechos de las mujeres. En las fábricas y lugares de trabajo de la zona norte las mujeres levantan la voz con sus reclamos, y son muchos los trabajadores varones que se unen en la misma demanda, mostrando la necesidad de dar una lucha común contra la violencia de género.
Hace casi 80 años León Trotsky señalaba en el Programa de Transición, para IV Internacional que “la marcha de las cosas lleva a todas las organizaciones oportunistas a concentrar su interés en las capas superiores de la clase obrera, y, en consecuencia, ignoran tanto a la juventud como a las mujeres trabajadoras”.

Lejos de cualquier visión puramente sindicalista, la izquierda que se reivindica clasista, tiene el deber de pelear en la clase obrera por unir la filas de trabajadores y trabajadoras, de los sectores más oprimidos de la clase obrera, uniendo las luchas cotidianas con la pelea contra toda opresión por terminar con la explotación capitalista que sostiene al patriarcado.

En este sentido, es que consideramos vital poner en pie Comisiones de Mujeres en los lugares de trabajo, para que miles de trabajadoras tengan la voz y la fuerza necesaria para conquistar sus derechos. Con la fuerza de esa organización es necesario exigir una huelga general a las centrales sindicales no solo por las demandas económicas contra el ajuste, sino también contra los femicidios para imponer al Estado un plan de emergencia en violencia de género.