Hoy se cumplen 4 años del asesinato de Marito Salto, un niño de 11 años de Quimilí, Santiago del Estero. Entrevistamos a su padre, Mario, quien continúa reclamando por justicia para su hijo.
Martes 2 de junio de 2020 09:55
Marito tenía la costumbre de salir a pescar en una represa y así lo hizo la tarde del 31 de mayo del 2016, pero no regresó. Sus familiares, vecinos y gente de Quimilí lo buscaron por todas partes. Sólo encontraron su bicicleta, con la que había salido el changuito, cerca de la represa. Todos lo buscaron, menos la policía.
Los bomberos rastrillaron la represa mientras la policía permaneció paralizada de forma voluntaria y entorpeciendo la búsqueda. El 2 de junio de ese mismo año, un trabajador rural encontró, al costado de un camino, bolsas de supermercado con su cuerpito desmembrado. A partir de allí comienza una serie de maniobras de la policía y del poder político para encubrir lo que pasó.
Te puede interesar: Caso Marito Salto: un ritual para encubrir lo satánico
Te puede interesar: Caso Marito Salto: un ritual para encubrir lo satánico
A 4 años de este aberrante crimen, entrevistamos a Mario Salto, quien nos atiende amablemente desde su nuevo domicilio en la ciudad capital de Santiago. Hace poco más de un año decidió mudarse, porque la plata siempre escasea para las familias trabajadoras y le costaba pagar los viajes a Tribunales o al estudio de la abogada que lleva la causa. Son 200 los kilómetros que separan Quimilí de la capital provincial.
LID: Hola Mario, queremos saludarte y darte un fuerte abrazo ya que estamos a días de que se cumplan 4 años del asesinato de su hijo y queremos acompañarlo en su pedido de Justicia por Marito.
Mario: Estos días son días difíciles para mí, recordar aquel momento… de empezar a buscarlo a Marito por distintos lugares y andar toda la noche sin saber nada de él. Son días difíciles pero seguimos de pie en la lucha. Yo sé que nunca más me lo van a devolver, pero es luchar para que nunca más haya otro Marito.
Aquí en la capital muy pocos me conocen y laburo cortado o por el tema de la pandemia que todos sabemos que no hay trabajo. Me tocaron días muy difíciles. A veces me cuesta mucho el tema del laburo; yo estoy en un barrio que a la vuelta están haciendo viviendas. Y me dicen: “Ah vos sos el padre de Marito” y ahí me cierran la puerta. Como se maneja todo, a veces te da bronca, uno no elige estas cosas.
LID: ¿En qué situación está la causa?
Mario: La causa está sin avances. Está totalmente paralizada. Mucho para hablar de la causa en estos meses no hay porque no se ha avanzado nada. Como yo siempre dije, la base es el encubrimiento del poder judicial y del poder político, esa es la verdad de la realidad, que uno vive día a día con la injusticia en Santiago del Estero. Los imputados siguen detenidos y estaba previsto para mediados de este año el inicio del juicio. Pero vamos con una causa a medias, no esclarecida. No es que el caso se resolvió con la hipótesis del ritual satánico.
LID: ¿En qué se observó el encubrimiento?
Mario: Adulteraron las imágenes de las cámaras de seguridad de la ciudad. No es que un vecino fue a borrar las imágenes. Todo salió de adentro de la municipalidad de Quimilí. ¿Por orden de quién? No sé. Cuando vino Gendarmería Nacional desde Buenos Aires a hacer el relevamiento de las cámaras, los discos ya estaban adulterados. En Buenos Aires me dijeron expertos de Gendarmería que las cámaras habían sido adulteradas a propósito. En aquel momento no me daba cuenta de lo que pasaba con las pruebas, pero al transcurrir los días, uno comienza a asimilar el encubrimiento que hubo desde un principio y que sigue hasta ahora.
LID: ¿Qué hizo la policía?
Mario: La policía nunca buscó a Marito. Más se dedicó a entretenernos a nosotros en el lugar de la represa. Después, cuando va pasando el tiempo, los días en aquel momento, uno va razonando. ¿Por qué la policía nunca lo buscó a Marito? Te vas dando cuenta de que fueron parte del encubrimiento desde un principio.
LID: ¿Cuántos son los detenidos por la causa?
Mario: Son 8 los detenidos. El último detenido por encubrimiento es el Juez Moreno, por obstrucción en la investigación.
LID: ¿Alguno de ellos está vinculado al gobierno?
Mario: Miguel Jimenez, que es un puntero político de Zamora.
LID: ¿Tuvo apoyo en otros lugares por fuera de Santiago?
Mario: Yo hice varios viajes a Buenas Aires. Me fui a Derechos Humanos, estuve en el Ministerio de Justicia, me encadené en ahí... uno va a golpear puertas, y si te abren las puertas. Todos te dicen "sí, sí" pero, después vos salís de ahí y es como que se olvidan. Nunca pude sacar la causa a otra provincia, a Buenos Aires por ejemplo. La causa a quedado en Santiago. Si la causa saliera de Santiago yo estaría un poco más tranquilo. El tema de abogados también es complicado en Santiago porque todos son funcionales al gobierno.
LID: ¿La causa está cerrada en qué se trató de crimen satánico?
Mario: Acá no es que se cierra una sola hipótesis, la del crimen satánico. Yo siempre dije que aquí se tendría que esclarecer cómo fue el crimen de Marito. Yo se que no lo voy a tener más, pero para que esto no vuelva a suceder voy a seguir luchando hasta el final. Me dediqué los 4 años a la causa, no a mi vida privada. Aquí en Santiago se tiene que terminar el encubrimiento del poder judicial y el poder político. Lo que quiero es justicia. No quiero plata de por medio. Únicamente quiero justicia. No es mucho lo que pido. Que Marito pueda descansar en paz y que no vuelva a pasar esto con otro niño o niña.
LID: ¿Cuál es tu opinión sobre cómo seguir la lucha por Justicia para Marito?
Mario: Hacer una marcha en Buenos Aires. Yo la tenía organizada y surgió este tema de la pandemia. Hay gente que son familias de víctimas y esta todo organizado para hacer una marcha allá. Seguramente después que pase esto del coronavirus volveremos a organizarla. Uno está de pie gracias a la gente. Lo mío no es nada fácil. Vivo solo en Santiago del Estero, lejos de mi familia, pienso lo que ha sufrido Marito y no es fácil. Estoy agradecido a la gente que me llama y me manda mensajes preguntándome como estoy. Hace unos días me hablaron también desde España para una entrevista telefónica. Eso lo pone a uno más fuerte para seguir de pie en la lucha.