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Europa. Alemania: votar contra la derecha... ¿y después?

En las últimas semanas ha habido cada vez más llamados a votar “tácticamente” para debilitar a la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD). Explicamos acá por qué esta perspectiva es un callejón sin salida y cómo se puede detener realmente el giro a la derecha en Alemania.

Miércoles 19 de febrero 00:46

Foto: Elaine Toszka/KGK

Foto: Elaine Toszka/KGK

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Después de la abierta cooperación entre la UCD (Union Democrata Cristiana, partido conservador) bajo el liderazgo de Friedrich Merz y la AfD (Alternativa por Alemania, partido ultraderechista) en el Bundestag (parlamento), muchos están justificadamente preocupados por la profundización del giro a la derecha. Cientos de miles llenaron las calles para rechazar la colaboración entre ambos partidos.

Dos semanas antes de las elecciones, la discusión llegó a un punto crítico sobre cómo se expresará en las urnas. Las encuestas son contradictorias: según Deutschlandtrend, la UCD y AfD aumentaron ligeramente sus votos desde la semana pasada. Pero también se ve, sin embargo, un ligero debilitamiento de esta ultima. Las encuestas coinciden además en que el SPD (Partido Socialdemócrata Alemán, de centro izquierda y actual gobierno) y el Partido Verde no han podido repuntar hasta ahora, mientras que el Linkspartei / Linke (partido de izquierda) ha logrado pequeños avance. La elección de Merz como canciller todavía parece ser el resultado más probable, incluso barajando posibles coaliciones descabelladas.

En este contexto, se multiplican los llamados a votar “tácticamente” o “estratégicamente”, aunque ambos términos tienen poco que ver con el significado real de táctica o estrategia, sino que se reducen a significar que no se puede votar por los partidos y/o candidatos con los que se está más de acuerdo políticamente, sino que se vota al mas “útil”, ósea el que mas chances tiene de ganar. Adonde iría este "voto útil" es, por supuesto, extremadamente subjetivo. Mientras que los simpatizantes del Partido Verde argumentan que se debería votar por su candidato para evitar que Merz se convierta en Canciller, por otro lado los partidarios del Linkespartei /Linke dicen que habría que votar por su partido para quitarle representantes en el Bundestag a la AfD, lo que también significaría que esta recibirá menos financiación del Estado.

Un ejemplo de estos debates es el artículo “Hay que votar para impedir que Merz sea canciller” de Lea Schönborn. El autor resume la lógica detrás del debate: “Se trata de mantener al AfD alejado del gobierno en el futuro".
"Si el próximo gobierno no consigue recuperar la confianza de los votantes en cuatro años, en 2029, tendremos un verdadero problema", afirmó el alcalde de Berlín, Kai Wegner (CDU), en la recepción de Año Nuevo del Tagesspiegel (Principal diario de Berlín, NdeT). Mas allá del hecho de que el propio Wegner es un pionero del discurso racista que hoy predomina y, por lo tanto, no debería ser citado como fuente sobre cómo detener al AfD, la cuestión central es cómo prevenir un futuro gobierno del AfD.

Utilizando el mismo argumento, el Linkspartei ya votó a favor de gobiernos regionales liderados por la CDU en los parlamentos de Turingia y Sajonia, que no habrían existido sin los votos del Partido de Izquierda. Y tampoco votaron a cualquier miembro de la CDU, sino a Mario Voigt (Turingia) y a Michael Kretschmer (Sajonia), ambos están abiertos a trabajar con AfD. ¿Es así como se impide un futuro gobierno de la AfD? todo lo contrario: Voigt, Kretschmer y eventualmente Merz encabezando el gobierno, están y estarán trabajando para lograr una imagen naturalizada de la AfD.

Sin embargo, Schönborn no cree que todavía se pueda impedir una eventual cancillería de Merz en las urnas. “Para evitar que Merz se convierta en canciller, debe llegar al gobierno una coalición sin la CDU, o la CDU debe convertirse en un participe menor. Y eso es tan probable como que Elon Musk cante La Internacional".

El giro a la derecha no se detendrá en las urnas

Incluso si el futuro gobierno no tuviera a Friedrich Merz al mando, el giro a la derecha no se detendría. En su actual mandato, el SPD y los Verdes fueron responsables del endurecimiento del régimen migratorio, el cual fue apoyado por la CDU y al AfD, esto va desde la adopción de la racista reforma europea de asilo, GEAS, hasta la introducción de tarjetas de pago y controles fronterizos y las deportaciones de migrantes a Afganistán. En 2024, se les negó el ingreso 40.000 personas en los paso fronterizos. Para no hablar de las transferencias masivas de armamento desde el inicio de la guerra de Ucrania a este país, que han echado por tierra cualquier promesa de índole social del gobierno de coalición, así como el apoyo político, financiero y militar incondicional al genocidio que lleva adelante Israel en la Franja de Gaza. Es una maniobra demasiado burda si ahora intentan aprovechar las movilizaciones masivas contra AfD y CDU para conseguir aumentar su caudal de votos.

El Linkspartei tiene su cuota de responsabilidad. Por un lado, ha apoyado deportaciones, desalojos forzosos, privatizaciones y la violencia policial en más de una docena de gobiernos regionales en los que ha estado involucrado. No hicieron nada cuando se paralizo la expropiación de las grandes inmobiliarias en Berlin. E incluso como partido de oposición en el Bundestag se ha puesto del lado de las posiciones históricas del Estado alemán en lo que respecta al apoyo de la OTAN en la guerra de Ucrania y en lo que respecta al genocidio de los palestinos. Ha suavizado su posición histórica de rechazo a la OTAN hasta dejarla irreconocible; una de sus figuras, Gregor Gysi, incluso se pronunció explícitamente a favor de ampliar la OTAN con Suecia y Finlandia. Otra, Bodo Ramelow, pidió que los hombres ucranianos refugiados en Alemania sean enviados de vuelta al campo de batalla y deportaciones más rápidas para los refugiados “que infringen constantemente nuestras reglas”. Y no solo eso, el Linkspartei tambien votó junto con todos los otros partidos (incluido el AfD) la prohibición de las organizaciones de solidaridad con palestinas y medidas para “revisar la ley de residencia”.

Por todo esto, la idea de votar por el Linkspartei para que pueda superar el piso del cinco por ciento para acceder al Bundestag mediante mandatos directos deja mucho que desear. Puede que este partido haya conseguido miles de nuevos miembros (después de pasar por un declive histórico), pero esto no logra compensar su pérdida de solidaridad con el movimiento palestino, ni su apoyo fundamental a la guerra en Ucrania, ni su orientación hacia la cogestión del Estado capitalista, con dos participaciones gubernamentales actuales.

Esto no es para nada trivial. El giro hacia la derecha en general y el ascenso del la AfD en particular están estrechamente relacionados con el racismo antimusulmán y el apoyo incondicional al sionismo genocida. La muletilla racista del “antisemitismo importado”, que apunta prácticamente contra toda la población de origen árabe en Alemania –al mismo tiempo que sirve para la difamación de la izquierda radical– y que también sirve para justificar el genocidio en curso y el endurecimiento de los poderes policiales y las leyes de deportación, es una punta de lanza para establecer un aparato estatal alemán cada vez mas reaccionario. Poco importa que el Linkspartei haya votado anteriormente en contra de los planes concretos de rearme en el Bundestag: con Gysi y Ramelow al mando no se puede llevar a cabo una política antimilitarista. El intento de los partidos burgueses de establecer un antifascismo “democrático” que excluya a la AfD pero mantenga la política de guerra y los recortes sociales sólo beneficia al capital alemán y no detendrá el giro hacia la derecha. Una izquierda que no se oponga consistentemente a esto simplemente no puede ser una fuerza verdaderamente antifascista, y alentará la reorientación de la lucha contra la derecha hacia un apoyo al imperialismo alemán.

Como escribimos anterioremente, la lucha contra la derecha sólo puede librarse realmente si los socialistas y los trabajadores intervienen en las movilizaciones como fracción independiente, por la abolición de todas las leyes racistas, por el cese de las deportaciones, codo a codo con las agrupaciones de inmigrantes y refugiados, contra las divisiones y ataques a las condiciones de vida de las masas, por la unión de la lucha contra la derecha con las negociaciones colectivas sindicales y las luchas contra los recortes y cierres, contra la militarización, la guerra y el genocidio, que son fundamentos importantes del giro a la derecha.

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Por esta razón no llamamos a la gente a votar por el Linkspartei. Tampoco creemos que la votación deba ser “táctica”, es decir un supuesto mal menor. Al contrario, hemos presentado nuestras propias candidaturas socialistas independientes al Bundestag para fortalecer las voces contra el rearme y el genocidio, contra el giro a la derecha, contra los ataques actuales y futuros, contra la catástrofe climática y por una perspectiva anticapitalista completamente diferente. Donde no es posible votar por nuestros candidatos, llamamos a anular el voto. Pero, sobre todo, estamos comprometidos a construir un gran movimiento en las calles, en los lugares de trabajo y en las universidades para oponernos al próximo gobierno y a la extrema derecha. Porque no detendremos el giro hacia la derecha en las urnas, sino sólo mediante movilizaciones masivas, huelgas y bloqueos.

Por movilizaciones de masas, huelgas y bloqueos contra el giro a la derecha

La racista “ley de limitación de la afluencia” (que pretendía restringir la migración sin papeles. N.deT.) fue frenada la semana pasada no en el parlamento, sino por los cientos de miles de personas en las calles. El parlamento simplemente cedió a esta presión.

Ahora es importante ampliar el movimiento no sólo para detener los avances racistas de AfD, CDU y FDP, sino también para revertir las leyes racistas del gobierno de coalición y luchar por fronteras abiertas, el derecho a permanecer y los derechos de ciudadanía para todos. Ahora debemos empezar a prepararnos para los ataques del gobierno entrante y de la extrema derecha. El movimiento debe organizarse para esto. Necesitamos la unidad de los trabajadores, los jóvenes, los inmigrantes, las mujeres y las disidencias contra la derecha y contra la división racista. Necesitamos huelgas, bloqueos y ocupaciones para hacerla retroceder. Para que esto funcione, necesitamos asambleas en todos los lugares de trabajo, escuelas y universidades donde podamos reunirnos en el mayor número posible, discutir todos estos ataques y elaborar un plan de acción contra ellos.

Por supuesto, estamos luchando junto a todos los miembros del Linkspartei que realmente quieren detener el giro a la derecha, pero no confiamos en que un voto por este partido en las próximas elecciones pueda hacer realidad esta perspectiva. También estamos luchando con aquellos miembros del SPD que piden que se revierta el endurecimiento de las leyes de asilo decididas por su gobierno. Pero lo decimos muy claramente: para poder luchar realmente por estas reivindicaciones, tenemos que organizarnos de forma independiente.

No esperamos que el giro a la derecha y la AfD sean detenidos en el parlamento, los últimos diez años han demostrado que ninguno de los partidos del régimen es capaz de hacerlo. Por eso es que ahora es el momento de actuar y construir una fuerza social para abolir el régimen fronterizo racista, el militarismo imperialista, esto será un gran punto de apoyo para luchar por garantizar que las grandes empresas y los bancos sean expropiadas y que los propios trabajadores decidan sobre la economía. Encaramos decididamente estas luchas, mientras nuestra perspectiva es pelear por una revolución que derribe de una vez por todas a la "Europa Fortaleza" y venza al capitalismo. Depende de nosotros, no tenemos tiempo que perder.