El Presidente recibió a las organizaciones sociales atacadas por la Justicia. Un gesto con sabor a poco. En el PJ nacional hay socios menores de Morales, el principal instigador de los ataques, como lo es el presidente del PJ jujeño. La pelea por el cierre de las causas exige una estrategia de lucha de clases.
Viernes 15 de julio de 2022 10:11
El presidente Alberto Fernández recibió a un sector de referentes de las organizaciones sociales que vienen siendo atacadas por la justicia en distintos puntos del país. En esta oportunidad se entrevistó con organizaciones más afines al Frente de Todos como la UTEP, Movimiento Evita, Somos-Barrios de Pie, CCC, Tupac Amaru, Barrios de Pie, entre otras.
La persecución más dura ocurre en Jujuy donde la justicia ordenó 16 allanamientos bajo la acusación penal de “asociación ilícita” y “extorsión” que conlleva a penas durísimas.
El mismo Fernández viene de visitar semanas atrás a la dirigente social detenida desde enero de 2016, Milagro Sala, a partir de un acampe de protesta en la Plaza Belgrano frente a la casa de gobierno, no bien había asumido Gerardo Morales.
Hay quienes interpretan estos gestos del Presidente como una forma de desmarcarse de las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Fernández, respecto a que la organización de la asistencia social del Estado debería estar directamente en manos de los intendentes. O sea, estos gestos de Alberto Fernández son una forma de responder a la interna dentro del FdT.
En una misma línea la semana pasada visitó la provincia de Jujuy el titular de la agencia federal de inteligencia (AFI) Agustín Rossi, quien metió leña al fuego luego de afirmar que “el PJ jujeño no puede ser un socio menor de la UCR”. Sus palabras fueron en alusión al rol del presidente del justicialismo en Jujuy, el empresario y diputado provincial, Rubén Rivarola. Un socio declarado de Morales, quien afirmó en Canal 7 de Jujuy, “estar contento por la candidatura presidencial del Gobernador.”
A decir verdad, los gestos de Fernández y sus enviados a Jujuy, tienen no solo urgencias de interna, sino que en el fondo son parte de un cinismo sin igual. Comenzando porque en el mismo FdT, están personajes como Sergio Massa, principal aliado de Morales y quien en la campaña de 2015 más vociferaba la cárcel a Milagro Sala. Pero no hay que olvidar, que el mismo Rubén Rivarola, ocupa un lugar como consejero suplente en el partido justicialista nacional que preside Alberto Fernández.
Además de haber acordado (Rivarola) con Wado de Pedro el año pasado la conformación de las listas a diputados nacionales que encabezó una diputada de La Cámpora. Por más que Fernández haga gestos con las organizaciones sociales atacadas por la Justicia de Morales, el Frente de Todos, sigue siendo con Todos, incluido Rivarola.
Confiar solo en la fuerza de la clase trabajadora
Los artículos del Código Penal que son utilizados contra las organizaciones sociales tienen el fin de desarticular todo tipo de organización de la clase trabajadora. Por eso, la respuesta que se necesita solo puede venir de acciones independientes de los gobiernos y el propio Estado.
En Jujuy se prepara una respuesta a los ataques de la justicia el próximo martes 19. Allí confluirán con una convocatoria común organizaciones sociales oficialista y opositoras, entre ellas, la Unidad Piquetera que viene movilizando junto a los partidos del FITU (PTS-PO-MST) contra el ajuste del FMI. Sin dudas, se trata de un punto de apoyo muy importante para enfrentar la nueva embestida de los jueces de Morales.
Pero creemos que solo con movilizaciones no alcanza. Morales tiene no solo el control de la Justicia y cogobierna con el PJ de Rivarola, junto con el apoyo de las direcciones sindicales, que en su mayoría responden al PJ jujeño. Si no que detrás del bipartidismo están los dueños de la provincia, comenzando por la familia Blaquier cuyo titular enfrenta un juicio de lesa humanidad por la detención y desaparición de obreros y jóvenes desde el año 1976.
Por eso, todo el peso de las y los miles de integrantes de las organizaciones sociales debería estar puesto en función de un plan de lucha que con cortes las principales rutas de la provincia, accesos a las ciudades, puentes en el centro de la capital, pueda hacer sentir el peso de este sector de la clase trabajadora. A la vez, que desde las organizaciones sociales atacadas por la justicia, se debería exigir a la CGT y la CTA un plan de lucha en todo el país para que caigan estas causas.
Si Morales avanza, se fortalecen el conjunto de grandes empresarios que apuestan a redoblar los ataques a los trabajadores quitando conquistas salariales, pero también los que remarcan precios todos los días. Ni hablar la Justicia que tendrá más espaldas para implementar nuevos allanamientos y medidas antiobreras en todo el país.
Por el momento, esta perspectiva está en debate con las organizaciones sociales ligadas al FdT con quienes venimos enfrentando los ataques de la justicia jujeña. Su respuesta es que la solución contra Morales es la intervención federal de la justicia. Esta medida la debería implementar el PE nacional, o sea, hoy Alberto Fernández. Quien como dijimos antes preside el PJ nacional que tiene entre sus integrantes a Rivarola, el principal socio de Morales en el ejercicio del poder en la provincia, entre otros, aliados que son parte del FdT. Esta realidad del propio PJ y FdT las y los compañeros de estas organizaciones las pasan por alto. Amén que toda intervención de un Estado nacional sobre un Estado provincial refuerza mecanismos de injerencia donde el pueblo trabajador nunca va a recibir algo favorable.
Entonces, la apuesta a desplegar efectivamente un plan de lucha que disponga la enorme fuerza social de las organizaciones sociales y la exigencia de la entrada en escena del movimiento obrero ocupado, es la única que puede permitir frenar a Morales y cesar con todos los ataques judiciales y su imposición de ajuste permanente sobre los estatales. Mientras se regalan los recursos naturales como el litio a las multinacionales. De lo contrario, enfrentar a la derecha a medias y llevando la disputa interna en el FdT al terreno electoral, no traerá nada bueno para la clase trabajadora.
El “hay 2019” como excusa de la CGT y la CTA para no impulsar el paro nacional contra Macri ya lo demostró. Se fue Macri pero el ajuste del FMI continúa. Tampoco será solución que los ataques a las organizaciones sociales y las repuestas queden dentro de las internas del FdT. Se necesita una política independiente y una estrategia que apueste todo a la lucha de clases.
Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.