El presidente Jair Bolsonaro deberá prestar declaración de forma presencial, y no por escrito, en el caso en que es investigado por supuestas injerencias políticas e ilegales en la Policía Federal.
Sábado 12 de septiembre de 2020 00:35
El pasado viernes Celso de Mello, juez de la Corte Suprema de Brasil le negó al presidente del País, Jair Bolsonaro, la posibilidad de declarar por escrito en la causa en la que es acusado de injerencias políticas ilegales en la Policía Federal.
También figura como investigado el ex juez y ex ministro de Justicia Sergio Moro, quien saltó a la fama por liderar la operación judicial conocida como Lava Jato por la que fue ilegalmente encarcelado el ex presidente Lula Da Silva. Moro fue interrogado por las autoridades en mayo pasado.
El proceso fue abierto tras la renuncia de Moro como ministro de Justicia, quien en su despedida acusó públicamente al líder ultraderechista de "interferir políticamente" en la Policía Federal que está investigando a dos de los hijos del mandatario.
Moro renunció por no aceptar los cambios en la cúpula de la Policía Federal exigidos por Bolsonaro y le acusó de presionar a la corporación. La renuncia causó [una gran crisis en el gobierno-http://www.laizquierdadiario.com/La-renuncia-de-Sergio-Moro-abre-una-fuerte-crisis-en-el-Gobierno-de-Bolsonaro] en ese momento.
Los investigadores habían insistido al Supremo en la necesidad de tomar declaración al mandatario para concluir su investigación. Ante esto el fiscal general de Brasil, Augusto Aras, solicitó que Bolsonaro lo hiciera por escrito.
Sin embargo, De Mello afirmó en su decisión que esa posibilidad es una prerrogativa de los presidentes sólo cuando figuran como testigos o víctimas en un caso, pero no cuando son investigados.
Asimismo, el magistrado autorizó a Moro a enviar sus propias preguntas para que sean respondidas por el jefe de Estado.
En su interrogatorio en mayo, el exministro afirmó que esas presuntas presiones se hicieron explícitas en una reunión ministerial celebrada el 22 de abril, días antes de su renuncia. En esa reunión fue grabada en video y su contenido fue divulgado públicamente, por orden del mismo Mello, pocos días después de que la renuncia se hiciera efectiva.
En en video se puede ver a Bolsonaro, visiblemente irritado, insultando a miembros de la corte suprema y a gobernadores. Además se lamenta de la poca información que le facilitaba la Policía Federal. La intención de “interferir” queda supuestamente demostrada cuando el mandatario dice "Va a cambiar. Si no los puedo cambiar, cambio a sus jefes. ¿No puedo cambiar al jefe? Cambio al ministro", dirigiéndose a Moro.
El gobernante también expresó en ese encuentro que no iba a esperar a que alguien "jodiese a toda su familia" y que ya había intentado sin éxito "cambiar a la gente de seguridad de Río".
Bolsonaro se defendió entonces diciendo que hacía referencia a su seguridad personal, pero Moro alega que en realidad hablaba de la Policía Federal en Río de Janeiro, donde avanzan investigaciones contra dos de sus hijos: el concejal Carlos y el senador Flavio.
Si hubiera indicios suficientes contra Bolsonaro, que niega todas las acusaciones, la Fiscalía podría presentar una denuncia en su contra ante el Supremo, que sólo abriría un juicio si así lo aprueba una mayoría de dos tercios de los votos en la Cámara de Diputados (342 de un total de 513).
Sólo si esa mayoría fuera alcanzada, Bolsonaro sería suspendido de su cargo durante 180 días, período en el cual el Supremo tendría que realizar el juicio, y en caso de ser declarado culpable sería destituido y le sucedería en el poder el vicepresidente, el general de la reserva del Ejército Hamilton Mourao.