Utilizando maniobras reglamentarias y con los pasillos del Congreso vacíos, Eduardo Cunha (PMDB) presidente de la Cámara, avanzó en la votación de la reducción de la mayoría de edad penal.
Viernes 3 de julio de 2015
Foto: Fabio Rodrigues Pozzebom/Agência Brasil
Foto: Fabio Rodrigues Pozzebom/Agência Brasil
Después de perder la votación por cinco votos el día anterior, este miércoles Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de diputados, retomó la misma propuesta con una nueva formulación. En acuerdo con el PSDB, el PSD y otros partidos fue presentada una nueva enmienda que suprimió la formulación anterior sobre uno de los aspectos más discutidos, el alcance de las modificaciones para crímenes por tráfico de drogas y robo. Finalmente, con este cambio la nueva propuesta fue aprobada. Varios partidos criticaron la maniobra de Cunha por inconstitucional, entre ellos el PDT, el PT y el PSOL.
En realidad, en la práctica poco cambia entre una y otra propuesta. Dentro de la tipificación de crimen atroz están incluidos crímenes que supuestamente quedaron fuera de la nueva versión. En la reglamentación del Supremo Tribunal Federal (STF), por ejemplo, el tráfico de drogas se encuentra encuadrado como crimen atroz. Dentro de los crímenes atroces se incluye el de terrorismo que al día de la fecha solo se encuentra reglamentado por la ley de seguridad nacional de 1983. Esta ley era utilizada por la dictadura para la represión de los opositores al régimen militar y sigue vigente en la actualidad. La nueva ley de terrorismo, que sigue demorada en el Senado, es criticada ya que podría ser utilizada contra los movimientos sociales.
La posición del PT
El PT junto a otros partidos se posicionaron contra la votación de la reducción de la mayoría de edad penal. Sin embargo, es necesario tener una mirada más atenta a las posiciones de los diputados petistas, que en el recinto, debatieron en defensa de la juventud.
Varios parlamentarios petistas criticaron la enmienda constitucional de reducción de la mayoría penal por su inconstitucionalidad. Sostuvieron que sería más práctico y no correría riesgos de ser eliminado luego por el STF, si se realizaran cambios en el Estatuto de la Niñez y la Adolescencia. Esto es justamente lo que el gobierno de Dilma y el PT negocian en el Senado, a partir del proyecto de José Serra. En lugar de reducir la mayoría de edad penal, articulan aumentar el tiempo de reclusión de los menores, que pasaría de tres a ocho años. Si el cambio defendido por el PT y sectores del PSDB avanzara la situación para la juventud podría aún ser peor que si se adopta la reducción de la mayoría de edad penal. Un niño de 12 años podría, con esta nueva normativa, quedar preso hasta los veinte años de edad.