El régimen político en su conjunto acuerda con que las Fuerzas Armadas participen en el conteo electoral, tutelando los comicios. De esta manera serán árbitros de la política nacional. Todas las organizaciones que se reclaman democráticas, deberían rechazar esta injerencia.
Viernes 21 de octubre de 2022 00:38
Desde hace algún tiempo, en efecto, la Corte viene aumentando la injerencia militar en la política nacional y en el rumbo del país. Ahora Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), exigió que en 48 horas los militares envíen un informe parcial de la primera vuelta electoral, respondieron que solo lo enviarán después de la segunda vuelta (entre Bolsonaro y Lula). Moraes justificó esta decisión basándose en el acuerdo de los militares con el TSE. Es necesario recordar que el Supremo Tribunal Federal (STF -similar a la Corte Suprema en otros países-) y el TSE son unos de los principales responsables de garantizar esta criminal tutela militar.
Es vital rechazar este acuerdo, en primer lugar todas las organizaciones que se reclaman democráticas deberían oponerse. La tutela e injerencia militar en la política nacional solo puede ir en contra de los intereses de las mayorías populares, en particular de la clase trabajadora.
Este proceso de injerencia tuvo capítulos decisivos en el período reciente, como las amenazas de Eduardo Villas Bôas -jefe del Ejército- en 2018 cuando el STF votó el habeas corpus de Lula, asegurando que las elecciones fueron manipuladas y abriendo espacio para que Bolsonaro llegara al poder. Desde entonces, los militares han ido extendiendo sus tentáculos sobre el Estado, dirigiendo más empresas públicas, ministerios, vaciando el presupuesto público y acumulando una obscena lista de privilegios. Ahora, gracias a los acuerdos entre el TSE y el Ministerio de Defensa de Bolsonaro, los más altos niveles de las Fuerzas Armadas están supervisando el proceso electoral. Fueron llamados a inspeccionar las urnas y darán su veredicto después de la segunda vuelta.
Esta tutela sirve para mantener a las Fuerzas Armadas como árbitros de la política nacional, busca asegurar que las reformas neoliberales sigan haciendo sangrar al pueblo. Una operación reaccionaria que cuenta con el protagonismo de Alexandre de Moraes, Luis Robreto Barroso (que fue nombrado miembro del Supremo Tribunal por Dilma Rousseff), el STF y el régimen político en su conjunto.
En base al artículo de Julio Dandao, publicado en La Esquerda Diário -integrante de la Red Internacional de La Izquierda Diario-.