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Red Internacional
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Machismo. Destituyen a Perelló por misógino: "con palos de escoba no hay violaciones"

Marcelino Perelló afirmó en torno al juez del caso "Porkys": "consideró que la chava estaba muy buena y era metible".

Viernes 7 de abril de 2017

Marcelino Perelló, conducía hasta hoy todos los martes a las 23:30 horas el programa "Sentido Contrario" en Radio UNAM, en su emisión del 28 de marzo arremetió contra los derechos de las mujeres, naturalizando la violencia que viven en las calles y reivindicó clásicos argumentos misóginos que justifican la violación, en el marco de una supuesta remembranza acerca del pasado, donde para él "no todo progreso es para bien".

Fue hasta el día de hoy, diez días después, cuando el tema trascendió en redes sociales, que la UNAM informó en un comunicado que de forma inmediata se cancela el programa por "normalizar la violencia y oponerse al concepto de equidad de género", opuesto a los "valores universitarios" promovidos por esta institución.

Marcelino Perelló, en una conversación con su compañero de emisión, Javier Platas, inicia un hipotético debate a favor de los tiempos pasados, donde afirma que los medios electrónicos "han maltratado la convivencia entre los hombres", luego de esto se lanza contra las mujeres y los casos emblemáticos de Tamara de Anda, quien llevó hasta el final una denuncia por acoso callejero y Daphne, el caso "Porkys", cuyo padre mantiene una denuncia: la violación de su hija siendo menor de edad.

La crudeza, la vulgaridad de Perelló, son poco en comparación a la misoginia y cinismo con que aprovecha el micrófono para justificar la violencia hacia las mujeres: "esas muchachas a las que les dices guapa y se ofenden, y el otro güey por andar de piropero se fue al bote", en referencia a Tamara, luego Platas abona, "pero a la otra chava que le metieron los dedos", a lo que Marcelino responde "depende quién y por dónde".

En referencia al caso "Porkys", respecto al juez que permitió la exoneración de uno de los culpables dijo: "considero que la chava estaba muy buena y era metible", "obviamente todo tiene un límite, pero tampoco eso que dice Javier de que te metan los dedos es para armar un desmadre estrepitoso" y ante la interrupción tímida que se escucha de una mujer en el fondo diciendo "es una violación" afirma autoritario: "no, no, no, empezamos mal, la violación implica necesariamente verga, si no hay verga no hay violación, con palos de escoba, dedos y vibradores no hay violaciones, es una violación a la dignidad, pero de esas hay de muchos tipos", "si sucede (la violación), sobre todo con las viejas cuero, incluso no hay para que desgarrarse las vestiduras, si les gusta no se hagan pendejas" responde a la mujer que lo acompaña.

"Hay mujeres que sólo han sentido un orgasmo cuando son violadas, cuando no hay culpa porque te violaron" bajo supuestas justificaciones en torno al "credo de las mujeres". Su acompañante intenta debatir sin mucho éxito haciendo una diferencia entre las relaciones de mutuo acuerdo y la violación, a lo cual responde con afirmaciones sobre el "placer (de las mujeres) al sometimiento", pues para él "las cosas son complicadas" en una supuesta justificación de la sexualidad del sometimiento.

También se refirió al caso de Yakiri Rubio, la joven que salvó la vida en medio de un secuestro y violación por parte de dos hombres, situación de la que logró huir y donde resultó muerto uno de los agresores, por lo cual estuvo presa y pudo salir absuelta en su reconocimiento como víctima. Éste y otros casos mencionó para advertir que seguirá hablando el siguiente programa, no sin concluir diciendo que "los piropos forman parte de la cultura popular".

Perelló fue representante de la Facultad de Ciencias de la UNAM en 1968, en el Consejo Nacional de Huelga, luego de estar preso por su participación en el movimiento estudiantil, estuvo exiliado de México por la persecución política que sufrió durante años la dirección de esta generación de lucha. Fue destituido de Radio UNAM, pero sigue siendo funcionario del Museo Universitario del Chopo, académico y funcionario de la UNAM y participa en algunas publicaciones.

Evidentemente su participación en el pasado como defensor de una causa justa, no lo exime de ser un reaccionario en el presente, sus declaraciones han causado indignación inmediata y organizaciones de mujeres, miembros de la comunidad universitaria que exigen su destitución del cargo como funcionario en los otros cargos que aún ocupa.

El tono autoritario, soberbio, el lenguaje misógino con una supuesta irreverencia de Perelló, no son otra cosa que el cinismo de una ideología reaccionaria que le hace el juego a la violencia a las mujeres y hace tanto daño a la sociedad como las campañas de odio que se viven en redes sociales a diario. Perelló hace eco de los argumentos más retrógradas del Vaticano contra los derechos de las mujeres, que justifican la servidumbre de la mujer al esposo o las declaraciones de algunos gobernantes, jueces, policías, ministerios públicos que causan a diario náuseas en un país donde muere asesinada una mujer cada 7 horas.

Ser ex luchador social no sirve de nada, cuando las tradiciones políticas de izquierda, revolucionarias, democráticas y combativas no se recrean a diario y nuestro presente se aleja de la clase trabajadora y sus luchas. Una lucha clave de nuestra clase es la de las millones de mujeres que vivimos la violencia en todas sus formas, mientras todas las instituciones del Estado la legitiman. Frente a aberraciones políticas como lo que representa Marcelino Perelló es necesario organizarnos, ser miles de mujeres en las calles exigiendo nuestros derechos, exhibir a estos misóginos y acallar su voz violenta, por la de quienes sí sacamos lecciones de la historia y nos organizamos todos los días por nuestra liberación.