Martes 1ro de noviembre de 2016
En el ABC paulista, región conocida por ser la cuna del PT, la derrota no tuvo precedentes. El partido perdió en todos los municipios.
En ciudades como San Bernardo do Campo, que concentra las más importantes automotrices del país y de donde es oriundo Lula, el PT ni siquiera llegó al segundo turno, y en la disputa entre Alex Manente (PPS) y Orlando Morando (PSDB) terminó ganando el segundo, con el 61% de los votos válidos.
Lo mismo ocurrió en Diadema, que en el segundo turno se enfrentaron el PV de Lauro Michels y el PRB de Vaguinho, imponié el primero con el 58% de los votos válidos. En Mauá el triunfó quedó en manos del PSB de Átila Jacomussi con el 64% de los votos válidos, frente al 36% de Donizete Braga que en este segundo turno logró pocos votos más que en el primero.
La ciudad de Santo André fue la única donde el segundo turno estuvo disputado entre PT y el PSDB. El triunfo del PSDB fue enorme, Paulo Serra obtuvo el 79,6% de los votos válidos, frente al 20,3% de Grana, que tuvo menos votos en este segundo turno. Resultado histórico, considerando que nunca en la historia de la ciudad estuvo al frente un intendente del PSDB.
El número de votos nulos, blancos y de abstenciones fue alto, en Santo André fueron 186 mil, en São Bernardo 193 mil, número que supera los votos recibidos por Orlando Morando (PSDB) en 29 mil; Diadema fueron 129 mil, superando en 20 mil el número de votos recibidos por Lauro Michels (PV); Mauá 121 mil, número que supera en 14 mil los votos de Átila Jacomussi (PSB).
El resultado nos muestra que el PT con su proyecto de conciliación de clases permitió la consolidación del golpe institucional y las medidas arbitrarias contra los trabajadores, y que todas se sintieron, al punto de perder sus bastiones históricos en favor del PSDB, aspecto nunca antes visto en la historia de ambos partidos.
Esta reflexión también debe servir para mostrar que el proyecto privatista del PSDB ha ganado espacio y sirve para fortalecer la candidatura de Alckmin (PSDB) en 2018 para la presidencia del país, teniendo en cuenta el triunfo de su partido en las dos principales ciudades del ABC paulista.
Frente a estos resultados electorales es fundamental avanzar en la construcción de un partido revolucionario en el país, que sea independiente del PT que ya mostró su fracaso completo, tanto por su actuación en los sindicatos, que llevaron a la derrota de los trabajadores, como el pésimo resultado en las urnas, expresión de su adaptación a los métodos de la derecha de ataques, corrupción, privatizaciones, quita de derechos y traiciones sindicales, que son sentidas por los trabajadores y la juventud.
Sin embargo nos plantea también la tarea de comprender que la salida no está en manos de la derecha, que avanza nacionalmente en su proyecto de hacer pagar los costos de la crisis a través de la implementación de reformas como el del sistema de seguridad social y previsional, laboral, educativo y el congelamiento de los gastos públicos por 20 años (PEC 241), que ha llevado a que miles de jóvenes se movilicen y ocupen escuelas y universidades.
El camino que plantea la juventud debe ser un ejemplo, pero es insuficiente. Es necesario que entre en escena la clase obrera, hoy dirigida por la CUT y la CTB, que frente al fracaso electoral debe romper inmediatamente con su parálisis y construir en cada lugar de trabajo asambleas, preparando el camino hacia la huelga general, para derrotar los ataques en curso, y que ahora frente a los resultados electorales, se plasmará con más fuerza en los municipios.