La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, está defendiendo la implementación de la reforma previsional como parte del plan de gobierno de reequilibrar las cuentas públicas en detrimento de las cuentas de los trabajadores.
Miércoles 27 de enero de 2016
La reforma previsional propone el cambio en el tiempo de edad mínima para la jubilación, introduciendo una edad mínima igual para todos (hombres y mujeres). El gobierno justifica la reforma por el hecho de que la población brasileña está envejeciendo, lo que podría generar un problema financiero en las cuentas previsionales.
Pero, a diferencia de lo que el gobierno quiere hacer pasar, la realidad es que el sistema jubilatorio actualmente tiene superávit (en 2006 superó los 1,2 mil millones de reales). Por su parte, el superávit del sistema de seguridad social (que incluye la salud, asistencia social y sistema previsional) fue significativamente mayor: 72.200 millones. Sin embargo, buena parte de este excedente no vuelve a la población de ninguna forma, y sí viene siendo desviado para cubrir gastos, principalmente de carácter financiero.
Este plan perjudicará a quien entró en el mercado de trabajo antes, porque tendrá que trabajar más de lo previsto para jubilarse. A través del mecanismo denominado Desvinculación de Ingresos de la Unión (DRU por sus siglas en portugués), cerca del 20% del presupuesto de seguridad social son destinados a otros fines, sobre todo al pago de intereses de la deuda pública. El gobierno pretende aumentar a 30% ese monto.
Cono si la política del PT en el país estuviese desvinculada del gobierno federal, las bancadas del PT en la Cámara y en el Senado así como la dirección nacional del partido, anunciaron que “intentarán bloquear” la reforma previsional propuesta por el ministro de Hacienda, Nelson Barbosa. Un grandísimo “teatro” con el intuito de hacer creer a la población que esta no es la intención del partido que implementa ataques tras ataques en las espaldas de los trabajadores, y que tanto lucro dio a los grandes empresarios y bancos del país desde 2003.
El lunes (18) movimientos sociales ligados al PT que integran el Frente Brasil Popular hicieron críticas a la propuesta. João Pedro Stédile, de la coordinación nacional del Movimiento de los Sin Tierra (MST) habría dicho que la reforma previsional es “el límite” del apoyo a Dilma, no teniendo en cuenta todos los otros ataques realizados a la población brasilera hasta el momento, como si no fuesen motivo suficiente para romper con el gobierno.
La Central Única de los Trabajadores divulgó una nota afirmando que “el gobierno se equivoca” al proponer la reforma. “La CUT está preparada para entablar una batalla para defender los derechos de los trabajadores en el Congreso Nacional. Defendemos que la fórmula 85/95 -que ayudamos a elaborar- sea implementada sin la progresividad que fue incluida por el gobierno este año”, dijo el presidente de la CUT, Vagner Freitas. Mientras tanto, la mayor central sindical del país, la CUT fue connivente con 13 años de gobierno del PT que generó ganancias exorbitantes a los grandes empresarios y bancos, y ahora quiere achacar a los trabajadores que nada poseen la responsabilidad por la recesión.
El 15 de febrero el presidente del PT, Rui Falcão, reunirá el consejo consultivo del partido, formado por intelectuales, artistas, gobernadores y alcaldes de grandes ciudades, para elaborar propuestas en el área económica que serán direccionadas al gobierno. La reunión atiende al pedido de Lula, que dijo estar “descontento” con los primeros pasos de Barbosa en Hacienda.
Uno de los pocos en defender la medida es el propio Lula, uno de los mayores defensores del nombramiento de Barbosa, que dijo en entrevista a blogueros que “de vez en cuando” hay que rever las reglas de la previsión social. “El sistema previsional, de vez en cuando, debe ser reformado. Cuando la ley fue creada, se moría a los 50 años. Hoy la expectativa de vida es de 75 años”, dijo el expresidente. Sin embargo, los medios afirman que Barbosa ha sido bombardeado por los petistas, que lo acusan de anunciar medidas que solo dan señales al mercado financiero y no a la base del partido. Pero, ¿a quién creen que engañan?
Hacia afuera, hacia la población, el Partido de los Trabajadores dice que “no tiene acuerdo con la reforma previsional”. En la próxima semana el gobierno anunció que va a reunirse con trabajadores y empresarios para discutir salidas a la crisis económica. Entre los invitados a la reunión están aquellos que fueron los más beneficiados hasta ahora en el gobierno del PT: Abílio Diniz (BRF), Luiza Tarantino (Magazine Luiza), José Ermínio de Moraes (Votorantin) entre otros empresarios, y también Roberto Setúbal (Itaú) y otros banqueros. En medio del huracán de la recesión, ¿alguien todavía cree que después de 13 años de gobierno del PT serán esas sanguijuelas de la economía quienes sacarán de sus bolsillos el dinero necesario para salvar al país? No es lo que la reforma previsional está anunciando.
Para Marcelo Pablito, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Pablo (Sintusp), “los trabajadores de todo el país deben levantarse contra esta nueva trampa, exigiendo a sus sindicatos medidas concretas de lucha y organización, y decir basta a esta situación: que las grandes fortunas de los empresarios y banqueros paguen la crisis de este país, no la clase trabajadora y el pueblo pobre, que es privado de las riquezas que produce. La CUT, que se llena la boca para hablar contra la reforma previsional, finge que no ve la catarata de ataques del gobierno del PT, negándose a levantar un movimiento nacional de lucha contra los ajustes, y por el contrario, aislando y paralizando las luchas que su propia base se dispone a llevar. Además de exigir el valor integral de la jubilación según los cálculos del DIEESE, debemos dirigirnos desde la Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas) a las bases de las centrales sindicales de la CUT y CTB para exigir juntos que sus direcciones salgan de su completa parálisis y organicen acciones comunes de enfrentamiento contra los ajustes, como esta reforma”.