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Black Lives Matter. El asesino de George Floyd podría ser liberado por el sistema racista de “la ley y el orden”

Derek Chauvin será juzgado por el asesinato de George Floyd en un juicio diseñado para proteger al estado y sus instituciones represivas, no para obtener "justicia" por el asesinato de un hombre afroamericano a manos de la policía. Empieza el show del racismo norteamericano de la "ley y el orden".

Jueves 18 de marzo de 2021 22:26

CBS

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Minneapolis se convirtió en zona militarizada. Las calles están delimitadas con alambre de púas y vallas. Está presente la Guardia Nacional y las calles están fuertemente vigiladas. La ciudad gastó más de $ 1 millón reforzar la militarización para el comienzo del juicio de Derek Chavuin.

Este juicio debería ser un caso sencillo. Una multitud de testigos observó y filmó a Derek Chauvin con la rodilla en el cuello de George Floyd durante casi nueve minutos en los que agonizó hasta morir. Todos vimos lo que sucedió: acá no hay nada ambiguo.

Este juicio a Derek Chauvin es en sí mismo una anomalía del sistema, el extraño caso de un policía asesino que potencialmente enfrentaría las consecuencias de sus acciones. Ya el hecho en sí mismo de que esté siendo juzgado es producto del enorme levantamiento de Black Lives Matter. Chauvin es la excepción que confirma la regla. Después de todo, muchos policías que matan negros ni siquiera son acusados ​​con ningún cargo, y todavía menos son condenados o recluídos. Sin embargo, el racismo incrustado en el sistema de "justicia" penal en los Estados Unidos se extiende mucho más allá de los encubrimientos por parte de los departamentos de policía o los cargos desestimados a miembros de las fuerzas. Chauvin puede ser juzgado rapido, pero todo el proceso está diseñado para proteger al estado y sus instituciones, no para obtener “justicia”. La selección del jurado para el juicio comienza esta semana, y el racismo estructural de la "ley y el orden" estadounidense quedará a la vista.

Derek Chauvin es un asesino

El asesinato de George Floyd, filmado desde múltiples ángulos a plena luz del día, que duró unos insoportables ocho minutos y cuarenta y seis segundos, no fue la primera vez que Derek Chauvin violentó a gente de Minneapolis. Chauvin había recibido diez denuncias y cargos por mala conducta antes de matar a Floyd. Amy Klobuchar, quien era la fiscal de distrito del condado de Hennepin, que supervisaba Minneapolis, decidió no procesarlo . En 2005, Chauvin y un compañero chocaron contra el coche de tres jóvenes y los mataron a todos. En 2006, él y otros cinco policías le dispararon a un hombre de Ojibwe 23 veces. Todos fueron absueltos de cualquier delito. Dos años después, disparó e hirió a otro hombre durante una llamada por violencia de género. En ese momento, fue pasado a licencia con goce de sueldo. Luego fue nuevamente pasado a licencia en 2011 después de otro tiroteo.

En cada ocasión, Chauvin regresó a la fuerza sin que siquiera le descontaran un dólar. En 2008, incluso recibió una medalla al “valor”. Con este historial, es fácil entender por qué Chauvin no se inmutó ante las cámaras y la multitud que lo vio asfixiar a George Floyd: claramente no hay consecuencias por la violencia policial. Pero la brutalidad del asesinato de George Floyd, en contraste con la insensibilidad e impunidad de Chauvin, desencadenó un movimiento, el mayor movimiento en la historia de Estados Unidos. En Minneapolis, el Ayuntamiento llegó a los titulares del mundo tras prometer que aboliría su policía.

Hoy está claro que se trataba de una falsa promesa con el fin de pacificar un movimiento muy radicalizado, haciendo creer a los manifestantes que habían sido escuchados y ganaron reformas, cuando en realidad casi nada cambió. Como explica The New York Times , " En Minneapolis, los esfuerzos políticos de mayor alcance destinados a abordar la violencia policial prácticamente se derrumbaron ". De hecho, el presupuesto de la policía firmado en diciembre fue de 179 millones de dólares; se recortaron apenas 8 millones de dólares del presupuesto anterior .El movimiento fue apaciguado después de una combinación de arrestos y represión, sumado al agotamiento después de un verano de movilización casi diaria y cooptación por parte del Partido Demócrata, que expandió su base de votantes y convenció a muchos de que el siguiente paso de la lucha era votar a Joe. Biden. Fue una clase magistral de cómo sofocar la energía de las masas canalizándola hacia el Partido Demócrata, el cementerio de los movimientos sociales.

Mientras tanto, a Chauvin se le permitió salir de la cárcel y esperar el juicio en su casa, un privilegio que a menudo se niega a los acusados ​​negros y latinos. Y ahora, casi un año después, será juzgado por el brutal asesinato de George Floyd. El resultado del juicio sigue siendo incierto a pesar de la abrumadora e indiscutible evidencia del crimen, fácilmente accesible a cualquiera en internet.

El racismo sistémico construido dentro del "sistema de justicia" ya está operando a favor de Chauvin y los otros tres policías que estaban con él. Recientemente, los fiscales lograron reintroducir un tercer cargo contra Chauvin, el de asesinato en tercer grado. Este cargo conllevaría una sentencia significativamente más leve que las otras dos que enfrenta: homicidio involuntario y asesinato en segundo grado. Aunque los fiscales argumentan que esto abrirá más vías para asegurar una condena, esta es una "salida fácil" para el jurado, ya que le perimiría evitar condenas más graves. Una condena por asesinato en tercer grado también reduciría sustancialmente las posibles sanciones que enfrentan los otros tres oficiales.

En una clara demostración del racismo sistémico y el privilegio a favor de la policía que existe en el sistema legal, la ley de Minnesota eleva automáticamente el asesinato de un oficial de policía por un civil a asesinato en primer grado, pero la única forma en que Chauvin podría enfrentar un cargo en primer grado es teniendo un registro de condenas anteriores. Esto, por supuesto, fue convenientemente excluido por la falta de proceso y condenas sobre su violencia pasada.

Esta semana, la ciudad logró un acuerdo por homicidio culposo de $ 27 millones con la familia Floyd. El momento en que se dio el anuncio, en medio de la selección del jurado, es, por lo menos, poco ortodoxo. La defensa enmarcó este accionar como perjudicial, alegando que pone a Chauvin como culpable sin un juicio. Pero también podría fácilmente interpretarse exactamente de la manera opuesta: un premio consuelo, si Chauvin escapa a la acusación mayor. Después de todo, la familia ya ha sido compensada, ¿De qué serviría castigar aún más al perpetrador del crimen?

Los policías siempre se salen con la suya

Este precedente no augura nada bueno para una posible condena a Chauvin: la policía casi siempre se sale con la suya. Pensemos en Breonna Taylor, que fue brutalmente asesinada en su propia casa. Las únicas consecuencias legales en ese caso recayeron sobre el policía cuyas balas no dieron en el blanco. Pensemos en Tamir Rice, de 12 años, a quien la policía le disparó después de solo dos segundos en la escena por sostener una pistola de juguete con punta naranja. Su asesinato fue excusado como una "respuesta razonable" por exfuncionarios a cargo de la investigación. Muchos policías asesinos quedaron libres después de los homicidios muy resonantes de Michael Brown, Eric Garner, Freddie Gray, Tony McDade y Philando Castille; estos nombres son familiares, pero la lista de negros asesinados por la policía cada año es mucho más larga. La mayoría de los nombres nunca llegaron si quiera a los manifestantes y casi todos sus asesinos todavía están en funciones.

El racismo y la propaganda a favor de la policía son tan profundos que incluso la evidencia más clara generalmente no es suficiente para acusar y condenar. Gracias a la “reforma” de equipar a la policía con cámaras corporales, ahora tenemos múltiples casos de asesinatos policiales capturados en cámara a plena luz del día. Betty Shelby, oficial de policía de Tulsa, fue absuelta después de matar a tiros a Terrence Crutcher, capturado vívidamente en video por un helicóptero de la policía; ella todavía está patrullando. La muerte de Eric Garner también fue capturada en video a plena luz del día, pero esto no fue suficiente para presentar cargos contra el oficial de policía de Nueva York Daniel Pantaleo.

Incluso cuando se toman acciones legales, las víctimas y sus seres queridos a menudo reciben un escrutinio más profundo que el que enfrentan los policías asesinos en los juicios. La amiga de Trayvon Martin, Rachel Jeantel, fue desacreditada pública y cruelmente, en base a estándares racistas. Mientras tanto, el oficial fuera de servicio George Zimmerman fue absuelto del asesinato de Martin. En el caso de LaQuan McDonald, la defensa dijo literalmente: "Es como una película de monstruos" y luego llamó a McDonald, el adolescente negro que recibió 16 disparos, un "monstruo". El oficial de policía de Ferguson, Darren Wilson, que asesinó a Michael Brown, invocó estereotipos racistas sobre los hombres negros y describió a Brown como "un demonio enloquecido". Wilson también fue absuelto. La madre de Tamir Rice fue acusada por el fiscal del condado de Cuyahoga de tener "motivos económicos" por perseguir justicia para su hijo.

La NAACP, organización por los derechos de los afroamericanos, informa que 1.025 personas fueron asesinadas a tiros por la policía solo en el último año. Sin embargo, desde el año 2005, sólo 35 policías fueron condenados por un delito y sólo tres fueron declarados culpables de asesinato. Estos números contrastan radicalmente con la facilidad con la que las personas de color, especialmente los hombres negros, son encarceladas sistemáticamente. Algunas estadísticas muestran que uno de cada cuatro hombres negros en los Estados Unidos será encarcelado durante su vida.

La selección del jurado en el caso Floyd

El proceso de selección del jurado ya vaticina que estará lejos de ser un juicio justo. Cuatro de los miembros del jurado, seis hombres y dos mujeres, se identifican como blancos, uno como multirracial, uno como latino y dos son negros. El jurado incluye a una mujer de raza mixta cuyo tío es policía y que tiene una impresión "algo negativa" de Chauvin. Incluye a un hombre blanco que dijo: "Floyd parecía estar bajo la influencia de algo y era rebelde". Este miembro del jurado dice que cree que el sistema está predispuesto contra las personas de color, pero también que "la gente no le da a las fuerzas del orden público el respeto que merecen". Otro jurado blanco expresó su apoyo al movimiento Black Lives Matter, pero ve a la organización en sí misma como algo negativo. También tiene una visión desfavorable del movimiento “Blue Lives Matter” (a favor de los policías), diciendo que “todos deberían importar lo mismo. El punto es que todas las vidas deberían importar por igual, y eso debería incluir a la policía". Dice que no vió el brutal video de Chauvin matando a George Floyd.

Un miembro del jurado negro inmigró a los Estados Unidos desde un país de África Occidental. Sabe que lo que le pasó a Floyd podría haberle pasado a él, pero también cree tanto en el Black Lives Matter como en el Blue Lives Matter. El otro miembro del jurado negro dijo en un cuestionario que es posible que Chauvin no tuviera la intención de matar a nadie. Si bien apoya el precepto básico de Black Lives Matter, enfatizó que le gusta que todos "hagan oír su voz" y que él personalmente conoce policías que son "buena gente".
Además, la defensa sigue bajando a los jurados latinos. Ya se anularon tres y, aunque la fiscalía emitió una impugnación alegando que los miembros del jurado fueron eliminados por motivos de sexo, raza, etnia o religión, el juez la declinó.

Un proceso de selección racista

La selección del jurado se presenta como neutral para garantizar un juicio democrático por parte de los compañeros, pero en realidad, es una trampa estructural de un sistema racista que garantiza que la policía pueda salirse con la suya. La mayoría de los jurados no son representativos de la ciudad, y mucho menos del vecindario, donde tuvo lugar la violencia policial. Por ejemplo, en Chicago, una ciudad que tiene menos del 50 por ciento de blancos , solo hubo un jurado negro en el juicio de LaQuan McDonald. El único jurado de color que la defensa no intentó desestimar fue una mujer hispana. Hasta el día de hoy, no es ilegal tener un jurado compuesto exclusivamente por blancos.

Además, el proceso de selección en sí es sesgado: los miembros del jurado se seleccionan en función del DMV (registro de vehículos) y las listas de registro de votantes. Es mucho menos probable que las personas de color posean un automóvil y que estén registradas para votar, lo que ya reduce el grupo de personas de color que pueden seleccionarse. En otras palabras, desde el principio, las personas de color, especialmente las de bajos ingresos, están sub representadas en los llamados a ser miembros del jurado.

Los jurados no solo se reducen demográficamente, sino que también se filtran por opinión política. Una vez convocados, los candidatos pasan por el proceso en el que se les pueden hacer preguntas como "¿Ha tenido una mala experiencia con un departamento de policía?" Esta podría ser una razón para ser eliminado del jurado, creando un sesgo obsceno a favor de la policía y a la vez racista. Excluir a todas las personas que han tenido una mala experiencia con la policía significa sacar del jurado a la mayoría de los negros, especialmente a los hombres negros. Después de todo, siete de cada diez afroamericanos dicen que sufren acoso policial. En una nación de violencia policial sistemática, este tipo de preguntas definen a "imparcial" como blanco, rico y pro-policía.

Para el juicio de Chauvin, se pidió a los candidatos al jurado que completaran cuestionarios que incluían preguntas como "¿Qué tan favorable es usted hacia BLM?" y "¿Qué tan favorable eres a Blue Lives Matter?" Esta equivalencia es absolutamente falsa: Black Lives Matter es un movimiento en respuesta a los asesinatos policiales de personas negras, mientras que Blue Lives Matter es un intento de justificar los asesinatos policiales. Blue Lives Matter es un eslogan explícitamente racista, mientras que “Las vidas de los negros importan” es una afirmación muy básica de que los negros deberían importar. Una vez más, las opiniones supuestamente "imparciales" están estructuralmente sesgadas hacia posiciones pro-policiales.

Todo esto se suma al uso de la "huelga perentoria", un recurso que les da a los abogados el derecho de anular la participación de cualquier miembro del jurado potencial sin explicación o justificación. Un veto basado en la raza no es legal, pero los abogados pueden usar prácticamente cualquier otra razón , desde asistir a una protesta de BLM, escuchar hip hop o tener barba. En todo el país, las huelgas perentorias se utilizan para excluir a las personas de color de los jurados, incluso en casos que aparentemente no implican prejuicios raciales.

Así queda de manifiesto el racismo institucional de un sistema "daltónico". Cada paso en el proceso de selección del jurado está destinado a eliminar a las personas de color, las personas que han tenido malas experiencias con la policía y las personas que creen que las vidas de los negros deberían importar. Es casi seguro que el jurado "imparcial" seleccionado será más blanco y de clase media o alta que la ciudad en su conjunto. Las personas de color que sí incluye son aquellas que han aceptado la propaganda a favor de la policía o que provienen de estratos más ricos en los que la brutalidad policial es menos común.

Significa que el jurado "imparcial" elegido está totalmente sesgado, hacia la policía. Y esto no es una coincidencia o un error, es parte de todo un sistema basado en la impunidad policial y el terror policial contra las comunidades de color y la clase trabajadora. El sistema de justicia no es neutral ni democrático. Las cartas están echadas para favorecer a la policía, la supremacía blanca y el asesinato de personas negras.

No es un policía, es todo el sistema

Una condena a Derek Chauvin sería una victoria importante para el movimiento y para los millones de manifestantes que salieron a las calles el verano pasado. Él sería uno de los pocos oficiales de policía que enfrentaría alguna consecuencia por el asesinato de una persona negra, una vara bastante baja para empezar.

Pero poner a Derek Chauvin en prisión no exonerará a la policía racista ni al sistema racista. Condenar a un policía asesino no cambia, por sí solo, las estructuras que permiten este brutal sistema. Cada aspecto del sistema está creado para los ricos y poderosos, y se basa en la represión y explotación de los negros, las personas de color y la clase trabajadora. Esto queda muy claro por el hecho de que a Chauvin se le ha permitido sistemáticamente maltratar y matar a personas durante toda su carrera como policía, por el hecho de que está a la espera del juicio en su casa y por el proceso racista de selección del jurado. El racismo institucional vive en todos los rincones de cada institución de la democracia estadounidense, lo que brinda a la policía la oportunidad para aterrorizar a las personas de color con impunidad.

La consigna "Justicia para George Floyd" siempre estuvo destinada a algo más que a George Floyd. Justicia para George Floyd, y para todas las víctimas de la violencia policial, significa derribar el sistema que inherente y sistemáticamente brutaliza a los negros con impunidad. Como muchos de nosotros gritamos este verano, " Todo el maldito sistema es culpable hasta la médula".


Tatiana Cozzarelli

Docente, actualmente estudia Educación Urbana en la CUNY.