La crisis del sistema de Cantareira, uno de los mayores sistemas de tratamiento del agua del mundo, y el desabastecimiento tiene que ver con la mala gestión, el desguace y la privatización de las empresas públicas y con las decisiones estratégicas equivocadas de parte del gobierno. Sin embargo, desde el inicio de la crisis el gobierno se ha empeñado en cambiar de tema.
Jueves 13 de noviembre de 2014
Disculpas y evasivas
Cambiaron de tema alegando que no existe el racionamiento; que la crisis es fruto de la histórica sequía; que el gobierno y la Compañía de Saneamiento Básico del Estado de San Pablo (Sabesp) hicieron todo lo que pudieron; que el problema fue el aumento desenfrenado del consumo y el derroche de las familias. En la campaña electoral Alckmin intentó mitigar su responsabilidad afirmando que el problema era una cuestión federal.
En síntesis, para estos "administradores" esta crisis es un problema de la naturaleza y no de sus gobiernos. Es como si la crisis y los administradores públicos nunca se encontraran. Siempre que pueden las autoridades afirman que la crisis es pasajera y que no es seria ni grave. Pasemos a examinar uno a uno los elementos de este relato oficial que no es más que una inmensa cortina de humo.
Encubriendo la crisis
En primer lugar, todo el tiempo intentan negar o encubrir el racionamiento en curso. Estamos frente a un escándalo político. Sin embargo, la primera medida del gobierno ha sido negarlo. En estos días fue posible tener acceso a un audio de una reunión de la Sabesp que tuvo lugar al inicio de la crisis donde uno de los burócratas, sin saber que estaba siendo grabado, decía que el abastecimiento iba a colapsar, mientras otro se lamentaba sobre "las órdenes de arriba" que buscaban esconder la crisis. Ninguno denunció esta situación públicamente.
Este procedimiento de encubrimiento también puede ser considerado como una estafa electoral: en campaña por la reelección lo que Alckmin buscaba era "esconder la crisis pues era necesario ganar la elección". Y desviar el tema durante el año entero.
Escondiendo la denuncia de la ONU
De hecho la crisis solo fue aceptada después del primer turno, cuando el triunfo de Alckmin estuvo asegurado. Esta política de negar la realidad llegó al punto de que el gobierno se enfrentó a una funcionaria vinculada a la ONU quien divulgó un informe denunciando la irresponsabilidad del gobierno frente a la crisis que ya se desarrollaba a cielo abierto.
Alckmin llegó a enviar una carta agresiva a la ONU, en octubre, desautorizando a dicha especialista que estudió profundamente el problema y que en el informe divulgado públicamente en agosto acusó abiertamente al gobierno de San Pablo por los problemas de abastecimiento. Es decir, el gobernador no vaciló en adoptar la política de "matar al cartero” que trajo la mala noticia.
Al mismo tiempo proclamó que la ONU "no puede manifestarse en momentos electorales". Es que la especialista Catarina de Albuquerque (portuguesa) fue al centro del problema cuando declaró a la Folha de San Pablo que el gobierno del estado violó el derecho humano al agua y priorizó las ganancias de la empresa Sabesp en detrimento de las inversiones necesarias para garantizar el abastecimiento para el consumo actual y futuro de la población.
Alckmin no le perdonó su crítica, que puso en claro la lógica del mercado de una empresa formalmente pública y su planteo de que por el contrario el Estado debe garantizar el derecho al agua a todos. Mucho menos fue de su agrado que tal denuncia fuera hecha en el período electoral, desafiando el discurso oficial.
La crisis en el interior de San Pablo ya dura meses
En la periferia de Campinas y San Pablo el pueblo pobre vive desde hace tiempo bajo un régimen de racionamiento. Más de 60 municipios de San Pablo enfrentan la falta de agua. En los barrios pobres de Campinas las familias permanecen por horas en las filas para llenar un balde de agua en la ciudad vecina de Itupeva, incluso con agua no apta para el consumo.
En septiembre, alrededor de 20 municipios racionaban el agua con interrupciones que duraban de 4 horas a 48 horas. Uno de cada 20 residentes del estado de São Paulo, según Carta Maior, ya estaban sujetos a racionamientos durante el mes de agosto, es decir, 2,1 millones de personas. Todos con cortes de agua diarios. La hidrovía Tietê-Paraná está parada desde hace más de cinco meses.
La ciudad de Itu, cercana a San Pablo, ya va por el noveno mes en una crisis donde, como afirmaba un habitante, "Itu no duerme" pues las familias deben salir a la noche, después de llegar de sus trabajos en busca de agua, lejos de casa, con recipientes en la mano para conseguir un poco de agua. En la periferia pobre de San Pablo hay "apagones" de canillas, días sin agua, el racionamiento ya es una dura realidad. Las empresas de camiones que proveen agua ganan horrores y se improvisan pozos, en un boom de perforaciones.
Pero esta realidad jamás fue asumida seriamente por el gobierno. Y de hecho la casta política no vive esta realidad y tampoco la elite que domina los medios más influyentes. No les falta agua ni dinero, por eso también este sufrimiento popular no merece las tapas de los diarios.
A ocho meses de la crisis, el gobernador declaraba que "está todo bajo control". En octubre el secretario estadual de recursos hídricos, M. Arce declaraba que los reclamos por falta de agua son un tipo de "exhibicionismo" de la población. Alegando que "a la gente le gusta el micrófono" para reclamar la falta de agua (noticia del RBA, 9/10/14), minimizando la crisis. En realidad todos lo hicieron.
Arrogancia y cinismo de los gobernantes y altos funcionarios
La negativa del gobernador en reconocer la crisis fue el centro de la investigación judicial por parte del Procurador de Justicia, acusando al "jefe del Poder Ejecutivo del estado de haberse negado a reconocer la grave crisis de abastecimiento de agua".
Por su parte, el cinismo de la empresa Sabesp no tuvo límites en la tentativa de negar que la crisis estaba llegando y profundizándose: en mayo de este año, en la Cámara Municipal, el director metropolitano de la empresa, que está en el cargo desde hace más de diez años, P. Massato, queriendo demostrar que no había peligro de crisis hídrica en San Pablo, tuvo el valor de declarar que si la situación del agua empeoraba, él mismo distribuiría agua con una jarrita (Estadão 25/10/14). Es decir, no se preocupen, no hay ninguna crisis.
Casualmente, el mismo director fue grabado en el audio anticipando que "no iba a haber agua ni para el baño y quien pudiera comprara agua mineral, y quien no pudiera que vaya a bañarse a la casa de la madre en Santos o Ubatuba". (Estadão 25/10/14). Son estos los "administradores públicos" del agua en San Pablo.
En el mismo audio, la presidenta de Sabesp reclama que en enero las órdenes de arriba eran que no se podía nombrar la palabra "sequía", que no se podía hacer mención al racionamiento, que Alckmin apenas aceptaba la idea (electoralera) de un premio para el que economizara agua. Pero... obedeció al jefe.
Es decir, que la crisis no existía. Solo pasó a existir después de las elecciones. Esta es la historia del agua en San Pablo en 2014.
Gilson Dantas
Nacido en el estado de Sergipe, Brasil. Integrante del MRT de Brasil, del staff de Esquerda Diário y de la revista Idéias de Esquerda. Coordinador de la línea de investigación sobre Imperialismo y de la cátedra Historia de la clase trabajadora en Brasil, en la Universidad de Brasilia (Trabajo Social). Posdoctor en Políticas Sociales y médico graduado por la misma universidad. Posgrados en la UBA y en la Academia de Ciencias de Pekín. Exdirector de la revista Contra a Corrente e integrante del Núcleo de Investigación Marxista (NUPEMARX) de la Universidad Federal de Goiás. Autor de varios libros, (...)