El Partido Liberal reúne candidatos con rangos militares, expresando el avance de este sector en el régimen político brasileño.
Miércoles 21 de agosto 11:19
El Partido Liberal (PL), el partido del reaccionario expresidente Jair Bolsonaro, presenta 393 candidatos con rangos militares en estas elecciones, mostrando claramente que su partido de extrema derecha estará presente con las fuerzas armadas.
Los altos mandos del ejército brasileño constituyen uno de los sectores más reaccionarios de la sociedad brasileña, que desde el golpe institucional de 2016 ha entrado cada vez más en el escenario de la política de aquel país, acompañado por el auge del bolsonarismo y la extrema derecha. La continuidad de los legados de la dictadura militar se pueden ver con la presencia de los militares en la estructura política nacional, una situación que es parte de un rastro que viene directamente de la transición acordada después del final del régimen militar, donde los altos mandos del ejército ganaron la amnistía, se le perdonaron los crímenes cometidos contra la clase obrera y los sectores oprimidos.
Otro partido de Bolsonaro, Los Republicanos, está en segundo lugar con 193 candidatos militares, un partido que lleva el nombre de Tarcísio de Freitas, gobernador de São Paulo. Junto con Renato Fader, secretario de Educación de Bolsonaro, propusieron escuelas cívico-militares, una propuesta reaccionaria que tiene como objetivo fortalecer no sólo el cuerpo militar, sino también la policía que, coordinada por las manos cubiertas de sangre de Tarcísio, llevó a cabo la mayor matanza de negros en las periferias desde Carandiru.
El gobierno Lula-Alckmin, por su parte, sigue desempeñando un papel fundamental para dar espacio a estos militares, ya que les ofreció un aumento salarial, mientras se mantuvo intransigente durante la huelga de profesores y técnicos, ofreciendo un aumento salarial del 0% para el año 2024. También dio a Tarcísio financiación del BNDES (Banco de desarrollo de Brasil), dándole el visto bueno para continuar con sus proyectos de represión y su programa de privatización de SABESP (Empresa de saneamiento) y del Metro de São Paulo.
El gobierno de Lula no está interesado en cuestionar los resabios de la dictadura militar, de la transición pactada con el régimen del 88. Según sus propias palabras, no quiere recordar el pasado, y como vimos recientemente, rindió homenaje al fallecido Delfim Neto, que fue uno de los firmantes del AI-5, la cumbre del régimen dictatorial en términos de represión y persecución. Una vez más, la conciliación de clases fortalece a la extrema derecha, manteniendo intactas las fuerzas armadas que llevaron a cabo las persecuciones y torturas durante la dictadura.
Para defender una lucha real y efectiva contra la extrema derecha y los militares, necesitamos una alternativa que confíe en la clase trabajadora, independientemente de los gobiernos y la patronal. Por eso es sumamente importante organizar candidaturas como las de la Bancada Comunista, que llamen a los sectores oprimidos y explotados de la sociedad capitalista a tomar en sus manos la dirección de sus luchas y poner fin a este sistema miserable.
Esta artículo fue publicado originalmente en Esquerda Diário, parte de la Red Internacional de La Izquierda Diário.