El pasado 6 de septiembre en declaraciones del presidente Evo Morales se afirmaba la necesidad de un cambio de actitud, el “ajuste de los cinturones”, abriendo el debate sobre cómo enfrentar la crisis económica en el país, debido a que se empiezan a sentir los efectos de la baja en el precio de las materias primas de exportación.
Jueves 5 de noviembre de 2015
Fotografía: wikimedia
Durante estos años los economistas gubernamentales afirmaron no tener preocupación ya que el gobierno estaría preparado para enfrentar la crisis con altas reservas en divisas, un buen ahorro fiscal y el crecimiento sostenido de un 5% aproximado durante los últimos años. Por otro lado los economistas de la oposición hablan de empezar los ajustes y festejan que estos van a tener costos políticos para el gobierno. Estos analistas sugieren que este año el gobierno tiene dos áreas donde no puede continuar con la demagogia, recomiendan no pagar el doble aguinaldo y “no excederse en los aumentos salariales como los años anteriores”. La otra área donde entran en debate es que hacer con la inflación y frente a la revalorización del dólar, alientan una devaluación del peso boliviano que durante los últimos años, el ministro de economía Arce Catacora ha tenido una política de valorización de la moneda nacional con respecto al dólar.
Al apreciarse más la moneda y poder desarrollar un sector del mercado interno posibilitando un mayor consumo dentro el país se alentó el surgimiento de sectores empresariales nacionales vinculados no solo a la producción artesanal y de consumo sino el rol de las cooperativas mineras y sectores de una nueva burguesía de origen plebeyo alentada también por altos precios de los minerales.
Sin embargo, todos los discurso sobre el “blindaje” de la economía nacional, empiezan a entrar en crisis con la caída de las recaudaciones en concepto de impuestos y regalías de hidrocarburos, asi como el derrumbe de las exportaciones nacionales en el primer semestre del año de un 29%. En estos últimos días el gobierno, ha empezado a dar un verdadero giro estratégico frente a los grandes capitalistas y jugadores de la economía mundial: China y EEUU, como una opción para enfrentar la crisis. Ha estado "promocionando" al país para más inversiones y crédito ofreciendo ventajas impositivas, seguridad jurídica y la voluntad de asociarse a grandes capitalistas del norte, en un encuentro auspiciado por el Financial Times que agrupó a más de 130 inversionistas del país del norte, entre ellos la poderosa Boing, que manifestó su voluntad de invertir en Bolivia. A esto hay que agregar que el gobierno del MAS ya cuenta con el multimillonario crédito Chino de 7 mil millones de dólares para obras de infraestructura que serán adjudicadas a trasnacionales de origen chino. La razón es que a nivel internacional la crisis económica y su profundidad aún no está calculado por el gobierno, es mejor tener de donde sacar "dinerito" antes que la crisis arrase, parece ser el lema. No importa si tiene que lidiar con el tan "odiado" imperialismo.
¿Y para los trabajadores?
Para los trabajadores este debate tiene un solo sentido salvar a los sectores empresariales y burgueses. ¿Cómo?
El empresariado y los economistas burgueses apostaban a no pagar el doble aguinaldo, aunque lograron poder pagarlo en cuotas y hasta abril del 2016, ya que el oficialismo no podía prescindir de tal medida en momentos que apuesta su reelección en el mes de febrero en el referéndum que modificará la constitución política del Estado.
La otra medida donde la derecha y el oficialismo se ponen de acuerdo es en los despidos y la violación de la estabilidad laboral. El vicepresidente, Álvaro García Linera, anunció los despidos en el sector petrolero, el mutún, además de Huanuni (empresa minera de más de 5000 trabajadores y con medidas de ajuste y racionalización de personal) y ENATEX (Empresa Nacional de Textiles). Cabe señalar las declaraciones del ministro Romero que toda empresa estatal que no aporta será cerrada, en una réplica del más rancio discurso neoliberal.
El mensaje de este debate es que los trabajadores pagaremos la crisis. Estos años de "bonanza" fueron para los empresarios y ahora se preparan para ajustar a los trabajadores. Por eso el gobierno y los economistas burgueses piensan salvar la situación ajustando a los trabajadores con más trabajo precario, despidos y cierres de fábricas en los distintos sectores que ya empiezan a sentir la crisis.
Lo que tenemos que hacer los trabajadores es prepararnos para la defensa de nuestros puestos de trabajo, reagrupando un sector de trabajadores que sostengan la defensa de la independencia política de los trabajadores, que pelee contra la burocracia sindical cooptada por el gobierno y que sea capaz de proponer defensa en lucha de la estabilidad laboral y toma de fábrica ante cualquier empresario que quiera cerrar la fábrica por la crisis.