Se cumplen 85 años del triunfo del levantamiento fascista encabezado por Franco contra la República. Algunas lecturas recomendadas para comprender las causas y el desenlace de la guerra civil española.
Liliana O. Calo @LilianaOgCa
Jueves 4 de abril 20:40
“La historia de las revoluciones es para nosotros, por encima de todo, la historia de la irrupción violenta de las masas en el gobierno de sus propios destinos”, escribía León Trotsky en uno de sus escritos indispensables sobre la Revolución rusa. Ciertamente en cientos de gestos y acciones desplegadas por los trabajadores y campesinos españoles aparece la decisión firme de tomar en sus manos la causa republicana, hacer su propio camino. Los libros que seleccionamos: La victoria era posible. Escritos sobre la revolución española [1930-1940] de León Trotsky y La guerra civil española de Pierre Vilar, entre tantos que se han publicado sobre la guerra civil española, se inspiran en ello desde diferentes aproximaciones políticas. Pasen y lean.
La primera publicación que elegimos tiene un carácter estrictamente político. Hablamos de los escritos de León Trotsky, La victoria era posible. Escritos sobre la revolución española [1930-1940], publicado en coedición del CEIP León Trotsky y Museo Casa León Trotsky. Aquí los protagonistas tienen nombre, tradiciones y programas concretos ya que los artículos sintetizan, al fragor del desarrollo de la guerra civil, la actuación y la intervención de las organizaciones del campo republicano y marxistas y los intentos del revolucionario ruso por incidir en el curso de los acontecimientos a pesar de hacerlo en las condiciones de un obligado exilio en Turquía, Francia, Noruega y por último en México. Como sintetiza el título del libro, Trotsky consideraba no solo que se podía vencer sino que el triunfo de la revolución española abría otra perspectiva frente al camino hacia la Segunda Guerra Mundial.
Particularmente recomendables son los artículos, y no son pocos, que tratan sobre la política de las direcciones tradicionales de la clase obrera española, el Partido Comunista español, el Bloque Obrero y Campesino y el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), ya que en este campo suele ocurrir que el “diablo mete la cola” y las tergiversaciones y falsificaciones son moneda corriente, en producciones no solo políticas sino culturales e historiográficas, especialmente en lo que hace a las posiciones del POUM y los grupos ligados a la IV Internacional, ni qué decir las referidas a las posiciones del mismo Trotsky.
Textos y artículos de intensa lucha política, escritos con el propósito de avanzar en la construcción de una organización revolucionaria, interviniendo en los procesos previos y al calor de la guerra civil, comprendida no sólo como un conflicto militar, que lo era, sino como el enfrentamiento entre la contrarrevolución y el movimiento revolucionario de los trabajadores y campesinos en defensa de su gobierno contra el levantamiento militar y en lucha por sus demandas. Escribe León Trotsky en uno de los textos : “en el plano puramente militar, la revolución española es más débil que sus enemigos. Pero su fuerza consiste en que es capaz de arrastrar a amplias masas. Incluso es capaz de privar a los oficiales reaccionarios de su ejército. Solo hace falta llevar adelante seria y sagazmente el programa de la revolución socialista” (“Primeras lecciones de España”). Un camino realista que trataba de profundizar el abierto por los trabajadores desde el momento en que se produce el golpe fascista en julio y desarrollar las formas de autoorganización y defensa que las acompañaron.
La revolución española expuso con claridad la política de los Partidos comunistas y la III Internacional estalinista. España demostraba una vez más el usufructo de Octubre en manos de un aparato contrarrevolucionario contra la que los Oposicionistas primero y la IV Internacional combatieron. La edición y compilación de estos escritos, publicados con motivo del 75 aniversario del final de la guerra civil española, incluye el Prólogo de Santigo Lupe que compartimos al final, indispensable para encarar la lectura y profundizar sus lecciones y conclusiones políticas.
Continuamos con un clásico. La guerra civil española (Editorial Crítica, 1992) del historiador francés Pierre Vilar, escrito a 50 años del inicio de la guerra civil. Combina el análisis histórico de aquellos sucesos, intentando comprender sus causas sociales profundas. Vilar se estableció en Barcelona a finales de la década del ‘20, colaboró entre otras publicaciones con los Annales de Marc Bloch y Lucien Febvre dando cuenta de la realidad española y catalana. De esta etapa es otra de sus publicaciones importantes Cataluña en la España moderna.
Si ya en sus artículos y lecturas previas daba metodológicamente relevancia al relevamiento en el terreno directo, cuando se produce el levantamiento en Barcelona de octubre de 1934, protagonizado por la clase obrera ante el temor a la emergencia de un fascismo español, hace de la voz y la experiencia de los protagonistas una de las fuentes y testimonios centrales. Un déjà vu de microhistoria, en el que los pequeños detalles, usos y costumbres revelan condiciones sociales y culturales estructurales, de otra forma difícilmente observables. En La Guerra civil española este recurso aparece si no en forma directa, ciertamente en el modo de articular la reconstrucción de los hechos y las conclusiones centrales del libro.
La guerra civil se inicia con la sublevación franquista en Marruecos de julio de 1936 y culmina en 1939, cuando el comunicado de Franco anunciaba el 1 de abril que el “Ejército rojo” había sido desarmado: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”. Solo unos meses después Hitler invadía Polonia. En varios momentos Pierre Vilar resalta que el desenlace español se irradiaba más allá de sus fronteras, la guerra civil no era más que “el primer escenario de una lucha armada, de una guerra “moderna” ya, entre fascismo y antifascismo, iba a servir a la vez de laboratorio y de espectáculo, de representación de lo que otros iban a vivir.”
En cada uno de los capítulos temáticos releva en un estilo claro y directo los hechos más importantes, las causas de coyuntura y las más remotas, combinando el relato cronológico y el análisis de los principales actores sociales y políticos. Refiere a la constitución del capitalismo español, comenzando por la herencia recibida del siglo XIX, la de los graves desequilibrios sociales, vestigios del antiguo régimen agrario con su latifundio característico, y regionales como el nacionalismo “periférico” vasco y catalán.
Muy particularmente se detiene en analizar las motivaciones espirituales que convocaron a jugar sus cartas al Ejército español, forjado en las guerras civiles y guerras coloniales, en su pretensión de reaseguro de la unidad de la nación y de la Iglesia española. Villar explica que para 1931 y 1933 ésta vio amenazados sus privilegios: libertad religiosa, separación Estado e iglesia, legalidad del divorcio, etc. y se pregunta, “entonces, ¿por qué leyes laicas capaces de suscitar, como en la Francia de 1900, una guerra moral? Porque para una burguesía media española, ‘ilustrada’, heredera del liberalismo de todo un siglo, el peso de la Iglesia y de sus alianzas era tenido por responsable del retraso de España con respecto a Europa. Laicizar era modernizar en la esperanza de contener la amenaza social. Pero, hacia 1930, se propuso otro medio para los mismos fines: el fascismo.”
Señala otro aspecto central. El atraso de la economía española no significa que en un país campesino, el mundo urbano y obrero no tuviera incidencia. Aquí opera, como suele mencionarse, la dinámica del desigual desarrollo español. El autor pone el foco y describe las dos grandes ciudades Barcelona y Madrid, seguidas por Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga en las que son relevantes la presencia de sectores obreros (transportes, construcción) y empleados, dispuestos a mantener duras luchas. Es un proletariado disperso orgánicamente pero concentrado regionalmente, y destaca, “un proletariado tan agrupado piensa y se organiza”. El desarrollo de la guerra civil lo confirmó.
Dedica varios capítulos a analizar el estado de situación y las contradicciones políticas y militares, los recursos económicos, las ideologías y adhesiones e impactos logrados en el campo cultural según cada bloque militar enfrentado, al calor del desarrollo de la revolución y la contrarrevolución. Más discutible resulta su abordaje de las organizaciones e ideologías dominantes entre los trabajadores, como la del Partido Socialista Español (PSOE) y su influencia en la Unión General de Trabajadores (UGT); los anarcosindicalistas, agrupados en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y el Partido Comunista Español (PCE), hecho a imagen y semejanza de Moscú y el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), entre los más importantes. Vilar no termina de clarificar la estrategia general a las que estas organizaciones se subordinaron, más allá las singularidades de su intervención e inserción regional, quedaron apegadas en última instancia a la lógica y política del Frente Popular, y la burguesía a su sombra, ante el temor y la amenaza que provocó el despertar de la revolución.
Hacia el final, Vilar retoma algunos problemas para el debate que giran alrededor del número de víctimas, las marcas de la represión, las matanzas franquistas, los exilios y el papel que jugaron las potencias imperialistas europeas, como la ayuda de la Alemania de Adolf Hitler y la Italia de Benito Mussolini enviando soldados, municiones y aviones. Y la tristemente célebre “no intervención” adoptada por las “democráticas” Gran Bretaña y la Francia del gobierno de Frente Popular, ayuda que en el caso soviético estuvo limitada a contener, a no superar los límites del campo burgués.
La obra del historiador francés, polémica en muchos aspectos, tiene la ventaja de poner en debate la guerra civil española, sus principales causas y el conflicto de clases.
Prólogo de Santiago Lupe
Prólogo de España. La victo... by Ediciones IPS
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Liliana O. Calo
Nació en la ciudad de Bs. As. Historiadora.