El presidente brasileño viajó a encontrarse con su homólogo chino Xi Jinping fortalecer lazos económicos, como las inversiones chinas en Brasil, e intentar formar un grupo de países mediadores en la guerra en Ucrania incomodando a Estados Unidos.
Viernes 14 de abril de 2023 14:33
El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva llegó a Beijing el miércoles por la noche para fortalecer aún más las relaciones de ambos países, concretamente para hablar del conflicto en Ucrania y de inversiones. Es su primera visita desde que asumió en enero del 2023, y su cuarta incluyendo los dos períodos de gobierno anteriores entre el 2003 y 2010 aseguró el jueves último que su país está "de vuelta" a la escena internacional.
Lo acompaño una robusta delegación que incluye a unos 40 representantes políticos, entre ellos nueve ministros, gobernadores de estados y diputados, y un nutrido grupo de empresarios. Una vez en suelo chino, fue recibo con una ceremonia como no se veía previo a la pandemia lo que ya anunciaba las expectativas de la reunión por parte de Xi Jinping.
El dirigente del Partido de los Trabajadores aseguró que pretende que Brasil y China se asocien para "equilibrar la geopolítica mundial" y advirtió que "nadie va a prohibir" la profundización de las relaciones entre ambos países. En la reunión bilateral se firmaron 15 acuerdos en los cuales, según la parte brasileña, se prevén en el largo plazo inversiones chinas en Brasil por unos 10.000 millones de dólares.
"La época en que Brasil estaba ausente de las grandes decisiones mundiales ya es cosa del pasado. Estamos de vuelta en la escena internacional después de una ausencia inexplicable", dijo Lula en su primer acto oficial. Desde su regreso al poder el 1 de enero, el líder del PT quiere volver a colocar a Brasil en la nueva geopolítica mundial atravesada por la guerra en Ucrania y grandes tensiones entre las grandes potencias para dejar atrás el aislacionismo internacional de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
El presidente chino Xi Jinping, le dio un fuerte apoyo a la figura de Lula dejando claro que "China coloca las relaciones con Brasil en un lugar prioritario en nuestras relaciones exteriores. Usted es nuestro viejo amigo y un buen amigo. Fue con su atención y apoyo que las relaciones entre China y Brasil lograron un gran salto".
Por la “paz” en Ucrania
Tras la cumbre bilateral en Beijing ambos mandatarios emitieron una declaración conjunta convocando a más países a sumarse al intento de una negociación para frenar la guerra en Ucrania.
"Las partes afirman que el diálogo y la negociación son la única forma viable de salir de la crisis en Ucrania y que deben alentarse y apoyarse todos los esfuerzos que conduzcan a una solución pacífica de la crisis", dice el comunicado conjunto.
La declaración llega luego de que el presidente Xi lanzara su propuesta de plan de paz el 23 de febrero último para frenar los combates en Ucrania y convocar al diálogo que fue aprobado por el presidente ruso, Vladimir Putin.
En ese marco, Lula había dicho que propondría a Xi liderar un esfuerzo global para sentar en la mesa de negociación a rusos y ucranianos y sus socios de la OTAN.
El comunicado conjunto no ofreció detalles sobre las acciones analizadas por Xi y Lula en la reunión de más de dos horas que mantuvieron hoy en la sala de reuniones del Palacio del Pueblo de Beijing, en el marco de la visita de dos días que el brasileño realizó a China.
Los dos países tienen en común el hecho de no haber impuesto sanciones a Rusia, y esperan desempeñar un papel de mediadores.
Fortaleciendo las relaciones económicas
China es hoy el principal socio comercial de Brasil, luego de desplazara Estados Unidos en 2009 durante el segundo mandato de Lula. Desde ese momento la relación fue aumentando con el perfil exportador de materias primas al ritmo del crecimiento de China, motivo por el cual Lula dijo buscar inversiones para crear innovaciones con valor agregado en suelo brasileño. Desde su primer mandato, las relaciones entre China y Brasil experimentaron un fuerte impulso. Tras la primera visita de Lula en 2004, el volumen de comercio entre ambas economías creció 21 veces, según el Planalto.
En 2022, el gigante asiático importó por valor de más de 89.700 millones de dólares, especialmente soja y minerales, y exportó por un monto de 60.700 millones, de acuerdo con las cifras de la presidencia brasileña. El pasado, el producto brasileño más vendido en el mercado chino fue la soja. Supuso el 36 por ciento del total exportado, seguido del mineral de hierro, con el 20 por ciento, y el petróleo, con el 18 por ciento. El perfil de las exportaciones cambió ligeramente en enero y febrero de 2023, con el petróleo a la cabeza con el 23 por ciento, seguido de la soja con el 22 por ciento y el mineral de hierro con el 21 por ciento.
En el discurso abierto a la prensa, que precedió a la reunión privada, Lula habló de intensificar las relaciones Brasil-China en áreas como ciencia y tecnología, intercambio de estudiantes universitarios, relaciones culturales, estrategias para combatir el cambio climático, energía limpia, producción de automóviles y autobuses eléctricos. Según fuentes brasileñas, se prevén en el largo plazo inversiones chinas en Brasil por unos 10.000 millones de dólares.
Brasil en el nuevo tablero mundial
La visita de Lula a Beijing se da en un momento clave en el estado de las relaciones entre las grandes potencias. La guerra en Ucrania, la crisis de bancos de tamaño medio como el Silicon Valley Bank, el aumento de la inflación en Estados Unido y Europa y la inestabilidad de los precios de la energía y los alimentos son factores que están condicionando las alianzas políticas y económicas a escala mundial.
Brasil históricamente mantuvo una posición conservadora o aislacionista en las relaciones internacionales pero cercano a Estados Unidos hasta la llegada de Lula que inició al país como actor más dinámico en arena mundial entablando también lazos con China. Con respecto a los nuevos cambios y las relaciones de Brasil con las dos potencias rivales André Barbieri, editor de Esquerda Diario en Brasil, dice que “Lula tiene una política externa basada en el no alineamiento automático a ninguno de los bloques”. A pesar de que Biden y el poder financiero de Estado Unidos le dieron la venia a Lula en las últimas elecciones, en los hechos juntoa a la visita del mandatorio a Beijing “muestran una inclinación mayor por el bloque de China-Rusia, pero que no significan una ruptura de ninguna manera con Estados Unidos”, explicó Barbieri.
“Brasil tiene una dependencia de naturaleza distinta a la de China de Estados Unidos porque aún es el principal inversor en este país, Lula esto lo sabe y va a tratar de balancear su ubicación entre ambos, pero buscando cierta autonomía.”
Pero en Beijing, Lula tuvo un tono distinto con Xi Jinping que en la cumbre con Biden, “hizo muchos movimientos que incomodan a Biden y el imperialismo norteamericano, que diga que no van a utilizar el dólar como moneda de intercambio internacional es un insulto directo a Estados Unidos, aunque en la práctica pueda ser muy difícil de concretar.”
Este tipo de jugadas por parte de Lula son formas de mantener el equilibrio, “no sería raro ver que a su vuelta haga algún tipo de gesto de acercamiento con Estados Unidos” dijo Barbieri, su principal objetivo es obtener mejores condiciones de negociación con el imperialismo.
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