Crece la preocupación y la bronca de los vecinos de Manantiales en Moreno, que hace semanas se encuentran viviendo en condiciones muy duras, y ahora le llegaron boletas a nombre de personas que no conocen. El Municipio de Mariel Fernández aún no ha dado respuesta oficial.
Jueves 3 de diciembre de 2020
Hace semanas los vecinos de Manantiales se encuentran viviendo en condiciones muy difíciles ya que no cuentan con los derechos básicos como electricidad y agua para la mayoría de las familias. Hace más de un mes fueron reubicados con la promesa de una vivienda digna y la realidad está lejos de eso. El acceso a servicios básicos como agua o luz lejos están de ser garantizados, y encima ahora le llegaron boletas a nombre de terceros desconocidos.
Recordemos que los y las vecinos de La Bibiana 2 fueron reubicados a partir del 12 de octubre, en tandas, en “Manantiales” perteneciente al Barrio Cascallares de la localidad de Moreno. El lugar donde fueron reubicados se encuentra a unas 10 cuadras del Río Reconquista y del Dique Cascallares.
Esta semana llegaron las primeras boletas y para sorpresa y preocupación de las familias de allí, se encontraron con que esas boletas que deben abonar al municipio de Moreno están a nombre de otras personas que no son ellos y, como si fuera poco, también llegaron boletas de servicios como agua, tendido eléctrico y recolección de residuos. Todos servicios que con solo acercarse al barrio es evidente que no están. Y eso que el municipio va al barrio. La instalación de luz depende de los oficios de quienes allí viven y de la solidaridad entre vecinos garantiza un trago de agua. Para muestra basta un botón: la única vez que Fernández se hizo presente, su Gobierno colocó luces. Que luego de que terminó el show, se las llevó. Miserables.
Funcionarios municipales hicieron una recorrida informal por el barrio esta semana asegurando que el hecho de que los vecinos tengan que pagar un terreno que no está a su nombre se debe a “un error administrativo” 135 errores administrativos parece que tuvieron. Sea cual sea la situación, el Gobierno municipal a través del IDUAR tiene que dar una respuesta a los vecinos y hacer las aclaraciones pertinentes de manera pública.
Los terrenos de Manantiales
Estos terrenos no recibieron ninguna adecuación o trabajo previo que los haga habitables para las más de 100 familias que han sido reubicadas por el gobierno municipal del Frente de Todos. Tal es así, que ante las lluvias ocurridas las familias de Manantiales han perdido lo que tenían por la subida del agua.
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Además, los lotes en los que fueron ubicados no cuentan con perforaciones de agua o tendido eléctrico. Cuando el Municipio presentó la oferta habitacional, esta decía que se las familias tendrían la posibilidad de pagar por su terreno en un lapso de 3 años.
Cuando los medios oficialistas como Página 12 mencionan en esta nota que buscan poner de ejemplo como el peronismo trata el problema habitacional omiten, a propósito, que las condiciones en las que viven las 135 familias son las que ningún funcionario aceptaría. ¿Quién puede vivir sin luz? ¿Sin agua? ¿Dónde y cómo vive el gobernador Axel Kicillof? O, mejor dicho, ¿por qué para los trabajadores y sectores más afectados por la crisis la única solución es la represión como vimos en Guernica o condiciones de vida muy lejos de ser “dignas”? En Manantiales no hay escuelas, no hay salas de atención primaria de salud ni tampoco llega el transporte público (la única línea de colectivos que se acerca hasta allí pasa a unas 15 cuadras de tierra) como sucede en otros barrios de Moreno en los que la gente tiene que caminar hasta 20 cuadras a la parada.
Las familias de Manantiales se organizaron, lucharon y sacaron su conflicto a la calle. Por eso, el Municipio tuvo que dar respuesta después de un año de negarles la atención de salud en las salas de la zona por ser de “la toma” y el ingreso de materiales de construcción poniendo una guardia policial para eso. La demanda era “tierras para vivir” pero así como comer pan no es sinónimo de alimentarse, un pedazo de tierra que se inunda sin luz ni agua ni escuelas o salitas cercanas no es igual al derecho a una vivienda digna tal como lo consagra la Constitución Nacional en su artículo 14 bis.
Vivienda digna: tierra y trabajo para todes
Guernica, Los Ceibos, Rafael Castillo y los más de 4000 barrios populares de nuestro país muestran que el acceso a la tierra y la vivienda no es el resultado de un plan de obras públicas del Estado, sino fruto de la ocupación de los terrenos y la lucha colectiva. En nuestro país faltan 1.300.000 mil viviendas. Y más de 2 millones de viviendas son precarias. Conquistar con la lucha y la organización la tierra es un gran primer paso para avanzar en la pelea por el derecho a la vivienda digna. Pero la clave es fortalecer la organización para luchar por ese derecho negado para millones de trabajadores. Y en esa lucha no se puede dejar de lado el “problema” del trabajo: ¿se puede tener una vivienda digna sin trabajo? Por eso en Guernica, por ejemplo, los jóvenes también se organizan en La Red de Precarizades, una organización que pelea por trabajo genuino contra el trabajo precario al que el capitalismo y sus gobiernos condenan a la mayoría de los jóvenes: en Argentina más del 60% de la juventud trabaja sin derechos laborales. Los sindicatos tienen fuerza, tienen que liberarla para esta pelea. Comer pan no es el derecho a alimentarse, trabajar en negro no es el derecho trabajar y un pedazo de tierra no es vivienda digna. Desde ya que hay que pelear por el pan, el trabajo y la casa pero con el horizonte de tener una vida plena para todos.