El día de ayer se efectuó la llamada misa de reconciliación en la ciudad de Osorno, a la que asistieron los sacerdotes Scicluna, Bertomeu y Concha quienes pidieron perdón a nombre de Francisco por los casos de abuso sexual al interior de la Iglesia.
Lunes 18 de junio de 2018
La misa se realizaba bajo el profundo cuestionamiento a la Iglesia Católica luego de conocerse los casos de abuso sexual y encubrimiento por parte de sacerdotes y que fue reconocido por Francisco hace sólo por un de semanas. Cuestionamiento que intenta ser cerrado por el Vaticano con la salida de Barros y la solicitud de perdón por parte de los sacerdotes en su visita a Chile.
La visita a Chile de los sacerdotes se da en los marcos de la aprobación del aborto legal en la Cámara de Diputados de Argentina y que Francisco salió a repudiar tratando de "nazis" y "asesinas de chicos" a todas las mujeres que se realizan abortos y a quienes apoyan su aprobación.
Ambas caras de una misma moneda. Moneda que representa a una institución en crisis que busca desesperadamente su legitimación y que ayer mostró su verdadero rostro: la de la Iglesia anti-mujeres. Responsable de la muerte de millones a causa de abortos clandestinos y sostenedora estructural del machismo.
Iglesia que frente al abuso sexual responde de rodillas en un altar y que cuando las puertas de la Iglesia se cierran, esconde debajo de sus sotanas a abusadores sexuales de niños.