Escenario bonaerense. PBA: un camino lleno de incertidumbre hacia la "madre de todas las batallas"

El calificativo de "madre de todas las batallas" fue forjado en la jerga política para destacar la relevancia que tiene la elección en la PBA en el resultado nacional. Esta nueva versión se prepara en medio de una gran incertidumbre, alimentada por la crisis que cruza a las dos coaliciones mayoritarias, en medio de una disparada inflacionaria que pega por abajo acrecentando la desilusión y la bronca.

En este marco Kicillof se viene jugando por su reelección, pero el reciente re-renunciamiento de Cristina abre la posibilidad que tenga que recalcular su plan inicial. Si bien hasta ahora la reelección de Kicillof no estaba asegurada, ahora se agrega la posibilidad de que el gobernador sea el elegido de CFK para cubrir la candidatura presidencial, si finalmente la inflación sin control se termina comiendo la candidatura de Massa. Por ahora la defensa del principal bastión del kirchnerismo está sumergida en un gran interrogante.

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Kicillof, entre el desdoblamiento de las elecciones y el re-renuciamiento de Cristina

En las últimas semanas resurgió el rumor sobre un posible desdoblamiento de las elecciones provinciales. Poco más de un mes atrás el gobierno de Kicillof publicó un decreto anunciando que la realización de las PASO se mantendría en la misma fecha que las nacionales, pero que a la vez dejaba la puerta abierta para un posible cambio de fecha de la elección general en la provincia. Ahora, con los resultados favorables a los oficialismos en las provincias que empezaron a desdoblar sus elecciones para separarse de la debacle del gobierno nacional, resurge la idea en las usinas de Kicillof. En la PBA tendría un condimento extra: evitar una posible fuga de votos hacia Milei cuando el libertario encuentra un terreno próspero, especialmente en un conurbano que es "tierra arrasada" heredada del gobierno de Vidal que el propio gobernador se encargó de profundizar, donde el prometido "Derecho al futuro" aparece cada vez más como un slogan vacío.

Ante este peligro en ciernes, cerca de Kicillof apuestan a que separando a Milei de la boleta y obligándolo a participar con una lista llena de candidatos ignotos, le bajarían el precio que ellos mismos vienen “remarcando” (la propia CFK lo subió al ring en su discurso en el Teatro Argentino) para debilitar a Juntos por el Cambio. El desdoblamiento pone en evidencia una pobre arquitectura que por sí misma no garantiza allanarle el camino a la reelección. Kicillof no solo fue parte del ajuste que viene aplicando el gobierno del FdT para cumplir con el plan inflacionario que impone el FMI, sino que también su supuesto progresismo sólo sirvió para maquillar al viejo pejotismo bonaerense. En su gobierno, las 3 B (Bonaerense, Burocracia y Barones del conurbano) siguieron vivitas y coleando. Kicillof sostuvo a Sergio Berni hasta que se tomó licencia; se apoyó siempre en la burocracia sindical manteniendo una alianza inalterable con Baradel contra los docentes; los dirigentes de ATE le abrieron las puertas del sindicato de par en par y su proyecto reeleccionista logró unir a toda la dirigencia amarilla de la CGT regional por primera vez en 17 años. A su vez los Barones le parcelaron su propio gabinete.

Su progresismo de manos vacías ha despertado una extendida bronca y desilusión con su gobierno, que aparece catalizada en los fuertes paros docentes, a pesar de los aprietes del gobierno y el boicot de su socio Baradel. Más allá de aparecer bien en las encuestas, la bronca por abajo carga de incertidumbre su proyecto reeleccionista y a la defensa del principal bastión del kirchnerismo.

Por otra parte la confirmación de Cristina Kirchner vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de que el propio Kicillof termine siendo el presidenciable del FdT, y de esta forma sus ansias de reelección en la PBA queden definitivamente sepultadas y se termine convirtiendo en un presidenciable seguramente perdedor.

JxC: una interna que cruzó la General Paz y se posó en tierras bonaerenses

La oposición de derecha intenta apurar sus pasos para alcanzar una tregua que al menos amortigüe las grandes diferencias que se viven a su interior. La nueva cumbre entre los jerarcas del macrismo realizada el lunes pasado en el departamento de Vidal en el coqueto barrio de Recoleta trató de dar una respuesta a los magros resultados en varias de las elecciones provinciales que se adelantaron, y especialmente a las presiones del establishment que, pensando en sus intereses, ve con preocupación cómo se deshilacha como oposición de derecha competitiva.

La "solución" anunciada fue definir una candidatura única en CABA que se resolvería por encuestas, y la presentación de más de una lista del PRO en las PASO de la PBA. Un equilibrio inestable que se posó en tierras bonaerenses, donde, según el acuerdo, cada presidenciable impulsaría a su propio precandidato a gobernador. Un pacto que en principio favorecería a Larreta y a su candidato Diego Santilli, que encabezó la lista cambiemita que venció al kirchnerismo provincial en las legislativas del 2021. Por su parte, Patricia Bullrich tiene que elegir entre cuatro precandidatos. Desde el vamos impulsó las precandidaturas de tres Barones amarillos: Néstor Grindetti de Lanús, Joaquín de la Torre de San Miguel y Javier Iguacel de General Sarmiento. Luego la exministra se acercó a Cristian Ritondo cuando éste quedó huérfano del patrocinio de Vidal. Así las cosas, se puede prever un mayor revoloteo entre los halcones, a lo que se suma las pretensiones de sus aliados radicales, que vienen encumbrando a Maximiliano Abad para encabezar la lista provincial.

Aprovechar la "madre de todas las batallas" para pelear por una política de otra clase

La próxima elección en la PBA se presenta de forma devaluada, confrontando dos coaliciones mayoritarias sumergidas en una seria crisis, por aparecer como responsables de los últimos años de ajuste y del robo a los salarios, que llevaron a la decadencia actual y que por lo tanto están en el centro de la bronca, la desilusión y el repudio de las mayorías populares. Esta situación abre a la izquierda clasista la posibilidad de tallar en la crisis de las coaliciones patronales y fortalecer la lucha por una política propia de nuestra clase, de las mujeres y de la juventud.

Estos últimos no solo sufren un presente precario y una desesperante falta de futuro, sino también el impacto de los mayores sufrimientos de sus familias. Allí intenta pescar simpatizantes Javier Milei, y muchos medios convierten esto en un hecho incontrastable y aparentemente irreversible; pero la importante elección realizada por el FITU en Jujuy demuestra que la rebeldía no solo es de derecha, sino también de izquierda. Amplios sectores de jóvenes, trabajadores y trabajadoras del Gran Jujuy colocaron a la lista encabezada por Alejandro Vilca en el segundo lugar en ese conglomerado, abriéndose paso entre los aparatos feudales de la UCR y del PJ.

En los barrios del conurbano, en los lugares de estudio y trabajo y en las actividades que se hacen en ferias y plazas, nos encontramos con que jóvenes dispuestos a expresar su bronca votando a Milei lo hacen sin conocer realmente la implicancia de sus propuestas, siendo esa intención de voto poco firme. En estas elecciones se incorporan al padrón provincial al menos 680 mil nuevos jóvenes y se abre un terreno de disputa donde la izquierda tiene planteada una importante lucha política contra la ultraderecha libertaria, su demagogia anticasta, su defensa de una dolarización que es una verdadera estafa que solo anticipa mayores penurias y una dependencia mayor del país al imperialismo, y su plan privatista y profundamente reaccionario. Frente a esto hace falta una izquierda que defienda un programa anticapitalista para que esta crisis no la volvamos a pagar los trabajadores.

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El PTS impulsa las precandidaturas de Myriam Bregman y Nicolás del Caño como presidenta y vice para encabezar y fortalecer al FITU. Hemos comenzado una campaña militante recorriendo distintos municipios del conurbano y en las principales ciudades de la provincia. El próximo fin de semana realizaremos nuevamente las asambleas que venimos impulsando desde el PTS; en ellas votamos las precandidaturas que presentamos antes el FITU, y ahora vamos a organizar nuevos compañeros y compañeras para extender la campaña electoral y organizarnos para fortalecer una izquierda clasista, que se prepare para estar a la altura de las circunstancias frente a los combates de la lucha de clases que se vienen. Aprovechar las elecciones para difundir que la salida es por izquierda tiene ese sentido estratégico. A este desafío te invitamos a sumarte. Hace falta nuevas fuerzas para nuevas tareas.

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