Fue cerrada el área de Neonatología del Hospital Petrona V de Cordero, único provincial de la localidad y el principal centro de atención pública
Jueves 16 de julio de 2020 12:45
El cierre de un área central del hospital, tiene origen el martes 30 de junio cuando una trabajadora de la salud del área de Neonatología se internó como caso sospechoso de coronavirus. Al recibir su resultado como positivo, denuncian trabajadores que no se cumplieron los protocolos de aislamiento de contactos estrechos de profesionales ni de pacientes de dicho sector.
El director declaró en medios locales y en la página oficial del nosocomio que se habían cumplido con los protocolos correspondientes, desde la Comisión Interna local del sindicato CICOP denunciaron en una circular provincial que se puso en riesgo la vida de los pacientes y trabajadores del sector.
Agregan también que intervinieron ante esta situación llevando el reclamo a la dirección, lo que derivó en el hisopado de todo el personal del sector y el cierre del Servicio de Neonatología ocho días después. El accionar tardío de la dirección del Hospital tuvo como consecuencia que transcurriera más de una semana con el virus circulante, como afirman trabajadores del hospital.
El saldo final de contagios fue de 12 trabajadores y 2 neonatos. Pero el cierre de la neonatología derivó en la incapacidad de la maternidad de funcionar correctamente, registrándose luego también profesionales infectados en este sector, manifiestan fuentes locales.
Diarios locales y nacionales que dieron cuenta de esta información del Hospital omiten la responsabilidad de la provincia y de la dirección.
¿Cuál es la situación del hospital?
En consulta con trabajadores, usuarios y las denuncias del sindicato CICOP, pudimos abordar a que la realidad de la situación de los contagios tanto en la población general como en los nosocomios es bien distinta de la que nos muestran los medios en general.
Tratan de responsabilizar exclusivamente a los individuos del cuidado colectivo solo para ocultar sus acciones y omisiones, que provocan un aumento progresivo y exponencial de los contagios, con el único objetivo de encubrir a los verdaderos responsables: El gobierno provincial de Axel Kicillof y el directorio del hospital.
Denuncian también que el director, como lo hizo anteriormente por otra situación de incumplimiento de protocolos al principio de la pandemia, vuelve a amenazar a quien toma como responsable, un trabajador, para no asumir sus responsabilidades tanto en el cumplimiento de los protocolos como de la entrega de los correspondientes Elementos de Protección Personal (EPP).
Lo esencial parece invisible a los ojos
El caso del Hospital Cordero es el reflejo de lo que pasa en todos los hospitales de la provincia. Hay un conjunto de medidas y protocolos que son ignorados; como también es ignorada la necesidad de licencias a personal de salud con factores de riesgo: como personas mayores de 60 años, enfermedades crónicas respiratorias o coronarias, entre otras.
Toda esta situación provoca además la sobrecarga laboral por el poco personal nombrado que existe y se expone a los trabajadores con insumos escasos y/o de mala calidad, que no son efectivos para evitar los contagios. Sumado a la amenaza, siempre latente, de que el que no trabaja no percibirá la totalidad de su salario, ahora con la negativa del gobierno a llamar a paritarias, obligando a los trabajadores a seguir trabajando aun con malestares físicos y ante negativa en toda la provincia de licenciar a los grupos de riesgo y de implementar los testeos masivos, que los sindicatos como CICOP vienen reclamando incansablemente para no afectar la salud de los profesionales.
Todo este contexto deja al descubierto que el gobierno ordena que los hospitales se arreglen con lo que tienen sin proveerlos de ninguna de las cosas que necesitan.
Las publicaciones de los distintos hospitales, en sus páginas oficiales, sólo intentan encubrir la falta de inversión provincial, siendo los insumos reemplazados por donaciones hechas desde escuelas técnicas hasta distintos emprendimientos o empresas que se reinventan para solidarizarse con materiales de seguridad e higiene. Ocasionalmente llegan desde el gobierno de Kicillof alguna cama para terapia intensiva que reciben con bombos y platillos, como si esto fuera a solucionar el vaciamiento sistemático de la salud pública.
En otras localidades como Merlo, reabrieron el área de maternidad pero sin protocolos claros y con los profesionales tirados en el piso para el descanso; en las peores condiciones laborales.
Amenazados con sanciones se pudieron organizar y presionaron para que se hisopara a los trabajadores sintomáticos y asintomáticos, y se desinfectara el sector. Todo esto con el apoyo de la comunidad y medios locales. En Chivilcoy, Chascomús y San Isidro también se organizaron contra los despidos, por los EPP, los protocolos y por sus salarios.
El resultado de toda la desidia de autoridades provinciales y locales deriva en el aumento progresivo de contagios en personal sanitario llegando a los 1041 contagios y 4 fallecidos en la región quinta, casi el 10% del número total de contagiados en la región.
La salida es la organización
Existe una falta de datos de contagios intrainstitucionales de pacientes que ingresan a internación por otras causas, lo que evita visibilizar las malas medidas de protección de los pacientes en estas situaciones.
Resulta urgente y elemental la puesta en marcha de los comités de seguridad e higiene de los trabajadores ante la pandemia, con participación activa de todos los trabajadores, sin condicionamientos por parte de las direcciones de los hospitales y de los distintos gobiernos, ya que sus intereses personales y partidarios condicionan su accionar.