El invierno dejó aún más expuesto quienes son los hijos de los que pasan frío las aulas.
Viernes 5 de julio de 2019 23:03
Era jueves por la mañana, y por frente de casa pasaba el tránsito que generalmente pasa por la ex Ruta 9. Pensé, por un momento, que otra vez hubo despidos en el frigorífico Rioplatense y que los trabajadores estaban cortando la ruta en reclamo. Pero no.
Esta vez ellos no eran, sino los pibes del barrio de Delfino, un barrio que está ubicado a pocas cuadras del famoso Nordelta. Los alumnos estaban cortando la ruta con sus padres y docentes. ¿El motivo? No soportan el frío que hace dentro de las aulas.
En un video realizado por este medio se escucha a una docente contar que los niños que recién inician primer grado no pueden estudiar, y se acercan al escritorio y les dicen: “seño, tengo frío”.
Es sumamente difícil no caer en la comparación, la distancia que hay entre la educación de los hijos de los ricos y la de los nuestros, los hijos de los laburantes, es mucho más grande que las cuadras y los muros que separan esa vida de lujos que tienen unos pocos, de las necesidades que pasamos la mayoría.
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En Nordelta hay súper colegios con diseños fantásticos y aulas calentitas con muy pocos alumnos, mientras tanto en la escuela donde van nuestros hijos pasa lo contrario. Nuestros pibes están abarrotados en las aulas y se les congelan las manitos a la hora de escribir, tienen que ir con frazadas. Pero la calefacción puertas y ventanas no es lo único que falta en las escuelas, en Moreno, por ejemplo, faltan Sandra y Ruben.
En un año donde los candidatos de los partidos de siempre recorren con falsas promesas los barrios obreros de Delfino o Las Tunas, yo les pregunto ¿Dónde viven? ¿A qué escuelas van sus hijos? ¿En qué hospitales se atienden?
Estoy segura que ninguno de ellos son vecinos nuestros, ni sus hijos compañeritos de cursada de nuestros hijos, ni me los voy a cruzar en la guardia del Hospital de Pacheco. Entonces no me jodan, en un país que tiene capacidad para darle de comer a muchas más bocas que las que habitamos este suelo, donde hay gente sin casas y edificios enteros sin gente, mientras los nuestros duermen tirados como un perro y amanecen en la intemperie muertos, congelados.
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Todo esto pasa mientras ellos viven en mansiones en sus countries, mandan a sus hijos a estudiar calentitos al Northland de Nordelta, y se atienden en el exterior o en prestigiosas clínicas de primer nivel.
Los trabajadores nos tenemos que organizar, y empezar a hacer política para nuestra clase, porque los de arriba van a seguir haciéndola para unos pocos, como siempre. Apoyemos la única lista que tienen candidatas y candidatos que son obreros y obreras, estudiantes y docentes: la lista del Frente de Izquierda Unidad (FIT-U). Ellos y ellas son las que dan clases y viven en los mismos barrios que nosotros, y viajan en el mismo transporte público que nosotros, y van a cortar la ruta con los pibes de Delfino, no para sacarse una foto, sino porque son las mismas docentes que pasan frío en las aulas, son las que mandan a sus hijos a las mismas escuelas que los nuestros.