La protesta social ha sido una constante en los últimos meses en Guatemala. Esta vez son los trabajadores los que cuestionan la política del actual gobierno de Jimmy Morales contra los derechos y conquistas laborales en uno de los países más pobres de América Latina.
Viernes 23 de septiembre de 2016
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Integrantes de la Confederación Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), llevaron a cabo una manifestación en la Casa Presidencial con el objetivo de denunciar los bajos salarios para obreros y obreras de las maquilas en Guatemala, así como exponer sus reclamos para ampliar la libertad sindical dentro de su sector.
Algunos de los representantes de la CGTG, declararon que ya se han presentado varias denuncias en el Ministerio Público (MP) en contra de dueños de maquilas por violaciones a los derechos laborales, en donde también destaca el incumplimiento del Convenio 87 sobre la libertad sindical y protección de derecho de sindicación.
Mientras el gobierno de Jimmy Morales es fuertemente cuestionado por los actos delictivos de sus familiares con el fisco, ha ignorado la problemática no sólo de la actual denuncia de los trabajadores, sino también de las demandas del magisterio que en este año han protagonizado importantes movilizaciones a nivel nacional, así como de sectores indígenas y campesinos en defensa de su territorio y contra la construcción de hidroeléctricas, como la del complejo Renace promovido y construido por la empresa española Cobra-ACS.
Los representantes de la entidad solicitaron audiencia con el presidente Jimmy Morales. Sin embargo, no han sido atendidos. También destacaron que en un plazo de 15 días llevarán a cabo una asamblea en donde se decidirán medidas de hecho ante la negativa de ser atendidos por el Ejecutivo.
El gobierno pisotea los derechos de los trabajadores
Según datos de últimas encuestas nacionales, las condiciones de vida para el grueso de la población en el país centroamericano han empeorado significativamente. Para el 2014 esos datos arrojan que más del 50% vive en condiciones de pobreza y un 23% en extrema pobreza, donde el ítem alarmante sobre desnutrición infantil ocupa el 50% en los niños menores de 5 años de edad.
Estas condiciones se agravan en zonas rurales donde la pobreza afecta al 76% de la población y llega hasta casi el 80% entre la población indígena. Datos del Banco Mundial evidencian que Guatemala ocupa el cuarto lugar a nivel latinoamericano y el noveno a nivel mundial en desigualdad.
Además de ello se suma que Guatemala es señalado también por ser uno de los países donde más se vulneran los derechos laborales y sindicales, y donde las y los sindicalistas son blanco de amenazas, son perseguidos y asesinados por reivindicaciones laborales; donde los despidos, las violaciones a los contratos colectivos y ataques contra dirigentes sindicales se encuentran a la orden del día.
Según la Red de Defensores de Derechos Laborales, entre 2004 y 2013 fueron asesinados 70 sindicalistas. En los casos de amenazas, persecución, secuestro, tortura y asesinato el índice es del 98% de casos de impunidad denunciado por los propios trabajadores. Los sectores textil (maquila) y agroexportador (monocultivos) es donde más se dan esos tipos de violaciones.
Organizar la indignación
Para dar una verdadera salida a favor de las demandas de las y los trabajadores en Guatemala es necesario tejer lazos de unidad con todos aquellos sectores que vienen expresando el descontento social en las calles.
Recuperar la masividad de las movilizaciones del año pasado en contra del gobierno corrupto de Otto Pérez Molina debe ser una tarea fundamental, al lado de sectores populares y de estudiantes, en la imperiosa necesidad de organizar el repudio contra la política del gobierno actual.
Es necesario sacar las lecciones de la contención ejercida por el régimen guatemalteco por medio de las elecciones pasadas. El camino es confiar en la fuerza de la clase trabajadora mediante sus propios métodos de lucha como el paro o la huelga, junto a las mujeres, las organizaciones campesinas y la juventud.