El lado B de la revinculación de los alumnos que no tuvieron continuidad pedagógica por falta de internet o dispositivos (y muchas veces, comida y techo). Un día en la vida de David, trabajador del programa que tanto aplauden el Gobierno y el Suteba de Baradel.
Domingo 29 de noviembre de 2020 22:41
David, docente de ATR, organizado en la Red de Trabajadorxs Precarizadxs.
David es docente de historia, recibido hace algunos años. Pero este año, como muchos otros docentes, no pudo tomar horas. Luego de trabajar en FinEs y Piedas, se inscribió en el programa ATR (siglas de “Acompañamiento a las Trayectorias y Revinculación”). Axel Kicillof refiriéndose a los estudiantes que no tuvieron acceso a la educación dijo el 30 de septiembre: “esto no se arregla con marketing, sino con política de Estado”. Dicha política de Estado llegó en diciembre y solo por 15 días, sin resolver las condiciones materiales de esas familias (trabajo, alimento, conectividad). Para los y las docentes significa más precarización. Ellos también son parte de las familias que vieron precarizados sus trabajos, salud, comida y vivienda.
La precarización de la vida y del trabajo
Luego de patear cuadras y cuadras bajo el sol, dos veces por semana David llega a la casa de una de las tres niñas de primaria a quienes les da clases. Vestido como astronauta, entra a su domicilio y se sienta a hacer las actividades con ella. Cuenta que la familia de estas niñas están pasando una situación muy cruda. Esta niña no pudo tener continuidad pedagógica por falta de recursos: al no tener internet, y seguramente dispositivos, se hace imposible mantener esa continuidad. David cuenta que muchas veces pone plata de su bolsillo para sacar fotocopias, para dar una mano, porque la familia no se las puede costear.
Ese día la abuela de la niña estaba muy preocupada por la falta de comida: “¿Sabés qué pasó con la mercadería? Todavía no nos avisaron nada, y si bien es poco, a nosotros nos sirve mucho porque estoy sola con mi marido y son muchos chicos”. David fue a dar clases, y lo primero que le pidieron fue comida. Porque estos pibes, a quienes los docentes de ATR están revinculando, son los hijos de las incontables familias que perdieron trabajos o no pudieron salir a “changuear” y el Gobierno tampoco les garantizó un salario de emergencia para poder comprar alimentos y otras necesidades durante la cuarentena. En el caso del IFE, el presupuesto 2021 no lo incluye. Todo lo contrario: este presupuesto recorta en asistencia social, salud y en universidad, a tono con el acuerdo con el FMI. La situación de esta familia se reproduce en los miles de chicos y chicas que no tuvieron acceso a la escuela. Pero esta situación no es ajena a las condiciones laborales que existen. Trabajar en negro y contratado precariza la propia vida.
“A mi me asignaron tres estudiantes para revincular en un radio de masomenos veinte cuadras de mi casa. Como no hay colectivos, tengo que ir caminando.Todo por un salario recontra insuficiente de 8 mil o 16 mil pesos”. Cuenta David. Le preguntamos qué sucedía con la revinculación de chicos de primaria siendo que él es profesor de historia, de nivel secundaria. “Yo les dije: mirá que hay muchas cosas que yo no sé, porque no estoy formado para enseñar a nenes tan chiquitos. Me contestaron que no había drama, que haga lo que pueda”. Nos dice, poniendo cara de no poder creerlo.
“Hay compañeros que están revinculando hasta 10 o 12 chicos”. Nos comentaba en relación a la sobrecarga laboral. Esto es muy común en el caso de situaciones en las que no hay una normativa sobre el tipo de trabajo, sino que se bajan desde el municipio pedidos de tareas generales. Por otro lado, las situaciones de las familias son muy terribles. “Yo tengo compañeras que me cuentan que hay casas en las que los nenes no tienen comida hace días. No solo eso, sino que muchas veces te encontrás con situaciones que no sabés cómo resolver, porque no estamos preparados para eso. Hay niñes judicializados o con problemas de desnutrición y otras problemáticas”. Recordemos que este año la pandemia acrecentó los índices de pobreza, desempleo, y especialmente se profundizó la precarización de la vida en el caso de las niñas y mujeres.
Aquí el relato completo que David subió a sus redes:
En las redes sociales docentes abundan relatos de este tipo, como también enojos de los maestros por la falta de trabajo y los salarios insuficientes: “Yo solo cobro Piedas, solo eso. Y soy sostén de hogar.”, “17.000 para vivir: MISERIA”, “Tenía Piedas y una sola comisión que tome en octubre. Espero que se actualice, sino no sé de qué me voy a disfrazar.”, “Nos dan $8000, sabemos que no alcanza ni para la comida del mes. Qué vergüenza”. También muchas dudas sobre el aguinaldo, los aumentos y la compatibilidad de los planes con otros programas. Porque los docentes, que durante el año no pudieron tomar horas, llegan a noviembre sin trabajo y rebuscándosela como pudieron. Algunos pudieron anotarse en programas como Piedas o ATR, bancándose la precarización que implica no tener derechos laborales mínimos como obra social o la posibilidad de sindicalizarse. Otros ni siquiera eso pudieron y están trabajando de albañiles, o usando sus pequeños salarios para vender sandwiches.
Estos programas fueron aplaudidos automáticamente después de su anuncio por el Suteba Provincial de Roberto Baradel. En Suteba festejan una “supuesta conquista”, y que se lleve adelante gracias al “compromiso” y “empatía” de sus trabajadores. Sin embargo, no se puede hablar de ninguna conquista más que de la precarización laboral y una educación pobre para los pobres.
David se organiza en la Red de Trabajadorxs Precarizadxs y nos cuenta que por un lado muchos no tienen ni sindicato, y por el otro, que algunos lo tienen y no se sienten representados. Y agrega: “Yo creo que la única salida es unirnos los y las trabajadoras. En la Red apostamos a eso: a organizar toda nuestra fuerza la de los desocupados y precarizados. Incluso venimos de una gran asamblea junto a las familias que pelean por un techo para vivir en Guernica. Con esta fuerza no solo tenemos que salir a las calles y apoyar las luchas que surjan, sino que también tenemos que imponer a los sindicatos que tomen nuestras demandas y unirnos también a los trabajadores en blanco. La situación que se vive es muy dura y la crisis social y económica intentan descargarla sobre el laburante, no lo podemos permitir. Plata para para vivienda, salud y educación, no para el fmi”.
Contactate con La Red de Trabajadorxs Precarizadxs acá y con La Marrón docente acá.