Ante la amenaza de desalojo de la toma de Guernica, brota la solidaridad entre los de abajo para evitar una nueva arremetida represiva.
Viernes 16 de octubre de 2020
Pese a que esta semana el desalojo de Guernica se suspendió, buscando desgastar lo más posible la resistencia de los habitantes de la toma, desde el sur bonaerense, más precisamente desde la toma de Don Bosco al 4000 de Bahía Blanca, un grupo de vecinos envió sus saludos a los compañeros de Guernica.
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Mientras el gobernador Kicillof y el presidente Fernandez se jactan de “progresistas”, la realidad es que la única solución que ofrecen ante la necesidad de miles de familias que hoy pelean por un pedazo de tierra dónde vivir, es la represión. Muy distinta es la vara con la que resuelven los “conflictos” con los grandes empresarios, los especuladores financieros, la minería o el agronegocio
Ante las extorsiones y la represión vividas tanto en Guernica como en muchas otras tomas que de desarrollan a lo largo y ancho del país, es fundamental exigir el cese urgente de todo tipo de amenazas de represión y desalojo, como también el fin de los aprietes de la bonaerense, las detenciones y las causas judiciales de todas las personas que procuran tener un lugar para vivir.
Ambos conflictos, el de Guernica y el de las tomas de Don Bosco en Bahía Blanca podrían resolverse rápidamente si se avanzara sobre la expropiación y declaración de utilidad pública de esos terrenos, poniendo en pie un plan de viviendas sociales para dar una solución de fondo al problema. Pero evidentemente esto sólo se puede imponer con la lucha, la solidaridad y la movilización de los trabajadores, porque de los de arriba, de los partidos patronales, de los gobiernos nacionales, provincial y municipal, nada se puede esperar.