Con tristeza, despedimos este 16 de junio al nieto del revolucionario sin fronteras, quien tantas veces nos abrió las puertas de la Casa Museo León Trotsky en Coyoacán. La obra de gran parte de su vida fue aportar a la preservación y difusión del legado de su abuelo.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Viernes 16 de junio de 2023 23:56
Una mirada profunda de cielo claro que guardaba recuerdos de momentos muy duros. Templado y firme, metal noble, alegría de vivir. Así era Esteban Volkov, quien, en 2019, junto con el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky de Argentina, impulsó una declaración contra la serie Trotsky, de Netflix,ante la tergiversación histórica –y para nada ingenua– de la vida de su abuelo, uno de los principales dirigentes de la Revolución rusa.
Esa serie había reavivado las llamas de las difamaciones y las mentiras que golpearon al revolucionario nacido en Ucrania, quien había hallado en el México de Lázaro Cárdenas su último exilio, y fue asesinado por un sicario estalinista.
Hasta su llegada a México, Volkov había navegado por las aguas turbulentas de la vida de exilio, persecución y muerte que signó a su familia. Platón Volkov, militante de la Oposición de Izquierda en la URSS, fue deportado a Siberia en 1928. Lo ejecutaron.
Zinaida, hija del primer matrimonio de Trotsky, oposicionista también, logró salir de la URSS para ver a su padre en Prinkipo, Turquía, durante su primer exilio. Pero luego el estalinismo le impidió regresar a su país, donde había dejado a su otra niña. La rudeza de la persecución contra su padre y sus seguidores, y la pena la orillaron al suicidio en el Berlín de 1933, cuando Hitler subía al poder. Esteban quedó huérfano a los 7 años. Lo enviaron a un internado en Viena, y luego lo acogió León Sedov, hijo del segundo matrimonio de Trotsky y uno de sus principales colaboradores. Pero la GPU alcanzó a Sedov durante una hospitalización. No sobrevivió. Su esposa disputó la custodia con Trotsky y finalmente, unos amigos de su abuelo lograron traerlo a México.
Esteban Volkov, "Sieva", con 14 años, fue uno de los testigos del atentado contra su abuelo, en mayo de 1940 y luego de su asesinato en agosto de ese año. Cada vez que cuenta la historia lo embarga la emoción: volvió de la escuela y percibió la agitación en la casa de la calle Viena en Coyoacán. “El abuelo estaba en el comedor, con la cabeza bañada en sangre”, rememoraba, “pero todavía tuvo la presencia de espíritu de decir: ‘Mantengan al niño alejado, no debe ver esta escena’”.
A la sombra de esos recuerdos, Esteban Volkov creció en México. Estudió ingeniería química y se cuenta entre quienes fabricaron las primeras píldoras anticonceptivas. Se casó y tuvo tres hijas, brillantes. Tradición de familia. Con el paso de los años, fundó el Museo Casa León Trotsky y el Instituto del Derecho de Asilo, instituciones que dirigió hasta hace pocos años.
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Ahí está la importancia de la labor de una vida, la de Esteban Volkov, como guardián de la memoria histórica de su abuelo. En la presentación de El caso León Trotsky, una obra que contiene las actas y el informe de la comisión Dewey, que el Centro de Estudios Investigaciones y Publicaciones León Trotsky -que impulsamos quienes somos parte de la red internacional de diarios- tradujo y publicó por primera vez en español en 2010, Esteban escribía “De las muchas batallas libradas por Leon Trotsky contra el estalinismo, sin lugar a dudas la Comisión Dewey o los Contraprocesos de Moscu fue de las mas notables y trascendetenes. Allí desenmascaro y demostró en forma contundente e inapelable, ante la historia presente y futura del género humano, la absoluta ilegitimidad del regimen de Stalin, que solo se podia mantener en base al crimen y al fraude histórico”. Desde el año 2012, y como parte de esta labor de difundir la obra del revolucionario ruso, el Museo Casa León Trotsky y el CEIP coeditamos las Obras Escogidas de León Trotsky, que ya lleva 15 volúmenes.
Recientemente, en uno de los últimos homenajes a su abuelo destacó que “los seguidores de Trotsky tienen una partícula del futuro de la humanidad”. Esteban "Sieva" Volkov dedicó así sus días a la preservación de la memoria histórica de su abuelo y a limpiar su nombre, labor que reconocemos y hoy homenajeamos, quienes militamos en las filas de la corriente fundada por León Trotsky, con el fin de acabar con el capitalismo y construir una sociedad comunista.
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